Al corrupto y ambicioso gobernador de uno de los Estados de México, le estalla un gran escándalo al filtrarse a la prensa un video que lo muestra recibiendo una gruesa suma de dinero de un reconocido narcotraficante que tiene el dominio pleno de todo el territorio, lo que genera la indignación de la población y de los partidos de oposición que le exigen la renuncia. El astuto gobernante, que ya había iniciado una silenciosa carrera que lo lleve a convertirse en candidato y presidente de la República, no se amilana ante el tropiezo, y busca la forma de acercarse, primero, al dueño de la cadena de televisión que reveló el escándalo, a quien soborna con millonaria ofrenda para las acciones sociales de la empresa, y luego contrata a la más reconocida firma de «marketing político» (también de propiedad de la organización televisiva), para que diseñe la estrategia de distracción y de desinformación de la comunidad para lograr limpiar la deteriorada imagen del político.
Mientras los secuaces del gobernador ejecutan atentados y asesinatos de opositores que lo han denunciado, aprovechan la misma cadena de televisión que publicó el video del acto de corrupción, para que le haga un montaje al principal opositor denunciante, concediéndole una entrevista en vivo y en directo, en donde lo desprestigian públicamente y así van logrando borrar las huellas del escándalo. Adicionalmente, crean una noticia falsa que conmueve a toda la población con el supuesto secuestro de unas niñas gemelas con lo que arman un culebrón novelado que conmueve hasta las fibras de la ciudadanía al ver cómo el gobernador lidera la investigación y la posterior liberación de las pequeñas… Esta es la trama de la película mexicana LA DICTADURA PERFECTA (2014), dirigida por Luis Estrada y protagonizada por Damián Alcázar.
Cuando vi esta película estuve cavilando si esa historia ya la había visto en la vida real, como cuando uno siente que algo que sucede ya había pasado, una especie de Déjà vu, que llaman. Y, no es para menos, comparar lo narrado en dicho film con la «película» que se ha rodado hasta el desgaste en Colombia: la influencia del narcotráfico en las elecciones presidenciales, desde que ese flagelo corruptor se apoderó de gran parte de la vida nacional contaminando instituciones públicas, políticos, empresarios; sembrando de terror y muerte al país, y lo peor: generando un imaginario entre la juventud de la urgencia del enriquecimiento rápido sin importar las consecuencias de las acciones que se deben cometer para alcanzarlo; más, el actuar casi criminal de la mayoría de los grandes medios de comunicación que son cooptados por fortunas soportadas en la depredación de los bienes públicos con actuaciones ilícitas.
El temor al comunismo que ha bordeado a nuestro país desde la década de los 50 del siglo XX con el triunfo de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, la posterior Revolución Cubana de Fidel Castro, el ascenso y derrocamiento de Allende en Chile, más la llegada al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, le han permitido a la extrema derecha colombiana enfilar sus baterías alternando sus ataques con campañas de desprestigio y acciones criminales cada tiempo contra los movimientos alternativos y sus líderes que pretenden ser opción de poder y proclaman las reivindicaciones sociales en un país cuyas desigualdades sociales, racismo, discriminación, maltrato y violaciones de los derechos humanos, son muy superiores a la mayoría de los países de América, incluso comparada con el resto de los países del mundo.
Desde que Gustavo Petro apareció en los escenarios políticos del país hablando claro y denunciando las acciones criminales de quienes siempre gozaron de los privilegios protegidos por el blindaje de la corrupción, se ha iniciado una sistemática y detallada persecución en su contra que se materializó en las elecciones presidenciales de 2018, cuando emplearon todo tipo noticias falsas, difamaciones y cuantos elementos perversos y sucios en su contra, más la entrada de dineros mal habidos en la campaña Duque materializados en la abierta participación del Ñeñe Hernández, personaje envuelto en escándalos y malas compañías que lo llevaron a la muerte.
El peligro del CASTROCHAVISMO y que Colombia se convertiría en otra Venezuela, no fueron suficientes argumentos para derrotar a Petro en 2022, pues no obstante la andanada difamatoria en su contra, la estigmatización y acoso de todas las fuerzas progresistas, un triunfo diáfano rompió el hechizo de que un movimiento alternativo que albergara a la izquierda y los sectores opositores sí podía elegir presidente y superar a la horda uribista que ejercía total dominio sobre un Estado que era despellejado vivo para el beneficio de una minoría déspota y saqueadora.
El golpe de Estado blando que se ha venido gestando en Colombia, aun antes de que Petro se posesionara como presidente, tiene sus orígenes en la traída al país del ultranacionalista y neonazi Alexis López (ya habían llegado otros reconocidos desestabilizadores como J.J. Rendón), promotor de la teoría de la revolución molecular disipada encargada de crear un enemigo interno para perseguir a los opositores de los regímenes tiránicos. Una vez posesionado el presidente, los expertos en desinformación contratados se han unido y utilizando los micrófonos de la radio, televisión y prensa escrita, han estado destilando veneno día y noche en contra del gobierno del Cambio, haciendo resonancia con hechos triviales o que carecen de veracidad para confundir a la población colombiana.
A Petro se le señala de dictador o de pretender buscar su reelección, olvidando que fuera Uribe quien se hizo reelegir mañosamente (hecho por el cual todavía hay exfuncionarios suyos condenados), y luego impusiera su ficha clave quien también se hizo reelegir e impusieron a Duque, un pelmazo sin formación académica, ni experticia profesional, pero como que se comportaría como buen perrito obediente cumpliendo a rajatabla lo que se le ordenaba desde el Ubérrimo (cosa que se reusó Santos, más por la lucha de egos con Uribe y la posibilidad de un premio nobel de la Paz, que por seguir lo ordenado en la Constitución política, ni menos por cumplir los acuerdos de PAZ).
Ante el escándalo de Óscar Iván Zuluaga por sus nexos con Odebrech y la fuerza imparable de Gustavo Petro, la degradación política le llegó a la extrema derecha con candidatos impresentables como fueron Fico Gutiérrez (un camaján mal hablado) y Rodolfo Hernández (lo peor que hubieran encontrado y que casi se convierte en presidente), para afrontar el momento histórico vivido en 2022.
Petro hizo todo el recorrido democrático que ningún político colombiano haya podido realizar arriesgando su propia vida en muchas ocasiones hasta llegar a la presidencia de la República (hecho que no pudieron contar ni Gaitán, ni Galán, ni Jaramillo, ni Pizarro), y ha tenido que soportar el señalamiento de quienes añoran el regreso de LA DICTADURA PERFECTA orquestada por el GRAN COLOMBIANO, que ahora tiene nuevos «camajanes malhablados» para salvar a Colombia de que siga despertando de tanta infamia, de que siga enterándose la sociedad de los robos multimillonarios, de que se sepa de los miles de muertos insepultos de los habla Salvatore Mancuso y los centenares de militares que declaran en la JEP, en una telaraña con fuerza centrípeta (Que se mueve hacia el centro o atrae hacia él) que va encerrado en su núcleo al verdadero responsable de tanto horror y que en verdad ha sido desde hace más de 20 años el gran dictador.
Con toda la razón el presidente de la República ha venido denunciando los intentos de GOLPE DE ESTADO y para ello ha convocado a la movilización social como manifestación del respaldo a su gestión. Las cifras económicas presentadas y los resultados sociales durante estos dos años de gobierno, son carta de garantía de la estabilidad y buenas acciones que avalan el gobierno Petro.
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«LA DIFERENCIA ENTRE UNA DEMOCRACIA Y UNA DICTADURA CONSISTE EN QUE EN LA DEMOCRACIA PUEDES VOTAR ANTES DE OBEDECER LAS ÓRDENES.»
Charles Bukowski
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LA LIBERTAD ES SIEMPRE LIBERTAD PARA QUIEN PIENSA DIFERENTE.
Rosa Luxemburgo.
AÑADIDURA UNO. Aterrador lo denunciado por el presidente sobre el Software PEGASUS, el arma espía para hacerle seguimiento a la oposición del gobierno Duque. Esos son los mismo que señalan a Petro de dictador, paridos.
AÑADIDURA DOS. Lo del paro camionero debe servir de motivador para seguir habilitando las líneas férreas del país.
Jorge D. Hernández
México cada día más cerca de la dictadura perfecta, Morena el nuevo PRI, Y AMLO abrazando Narcos.
Ilustrativa columna.