Los cálculos renales, uno de los males más antiguos de la humanidad, son acumulaciones duras de sedimentos cristalinos compuestos generalmente de calcio y oxalato, los cuales pueden crecer hasta obstruir el paso de la orina a través de los riñones. Los hombres son tres veces más propensos que las mujeres y una vez aparece la enfermedad, las probabilidades de recaída son del 40% durante los primeros cinco años y del 80% durante los siguientes veinticinco. La formación de cálculos renales depende de muchos factores y entre ellos se encuentra la herencia, las anormalidades metabólicas, las infecciones, los medicamentos y la dieta. Los cristales de minerales entre ellos el calcio y los oxalatos contenidos en los alimentos se disuelven en la orina que pasa a través de los riñones y cuando la orina está demasiado saturada los cristales se separan para formar masas minúsculas que con el tiempo se endurecen como piedras. Cerca del 80% que afectan a las personas son de oxalato de calcio y esto es debido en gran parte a consecuencia de la dieta que actualmente consume nuestra moderna sociedad. Si se tiene propensión a formar cálculos, reduzca la carne, la razón es que la proteína animal eleva en la orina los niveles de las materias primas de los cálculos a saber el calcio, el oxalato y el ácido úrico, multiplicando las probabilidades de que se formen las piedras. Incluso una cantidad normal de proteína animal puede elevar los niveles de calcio en la orina de ciertas personas por razones desconocidas, el hecho es que los hombres que consumen la mayor cantidad de proteína aumentan en un tercio las probabilidades de formar cálculos renales. Un estudio realizado en Japón en la Universidad Kinki, de Osaka mostró como el cambio en la dieta lograba retardar de manera asombrosa la formación de cálculos y para ello se tomó un grupo de hombres y a algunos les aumentaron el consumo de líquido mientras que a otros se les dio a consumir hortalizas en las comidas y se les redujo la cantidad de carne. El resultado fue sorprendente, la dieta baja en carne y abundante en hortalizas mostró que durante los cuatro años posteriores al inicio de la misma la probabilidad de desarrollar cálculos disminuyó entré un 40 y 60% y sin necesidad de consumir medicamentos. La reducción en el consumo de sal es también una de las medidas eficaces que se deben tomar en especial cuando el consumo de sal es grande. Se ha encontrado que al restringir el sodio que se encuentra en la sal se reduce la cantidad de calcio en la orina especialmente cuando se trata de personas que excretan grandes cantidades de calcio. Por eso se aconseja a los formadores de calcio cuyo nivel de calcio es alto en la orina evitar que usen sal de mesa en la mesa y tampoco para cocinar y que eviten alimentos procesados ricos en sodio, como el tocino y otras carnes curadas, las aceitunas, las sopas enlatadas, el pescado ahumado y las entradas y comidas congeladas y enlatadas a menos de que sean bajas en sodio. Los alimentos ricos en oxalato pueden aumentar el nivel de este componente en la orina contribuyendo a que se combine con el calcio para formar cálculos. El exceso de proteínas en la alimentación aumenta el oxalato en la orina de allí que sería conveniente hacer una restricción importante en el consumo de algunos alimentos como las espinacas, el ruibarbo, el maní, el chocolate y el té a fin de evitar la posible formación de cálculos renales en un futuro.