Algo especial deben de tener los niños o niñas que nacen por pares, o al menos eso parecía pensar el nefasto Dr. Mengele, famoso por sus monstruosos experimentos con infantes nacidos en esa condición. Lo cierto del caso es, que cuando los recién nacidos son una pareja, las posibilidades de trocar sus identidades se duplican, caso no tan común, pero tampoco tan infrecuente, si nos atenemos a los casos reales ocurridos, algunos de ellos llegados a los estrados judiciales, o los ficticios, como uno que dio origen a una tierna película.
En los años 90, en la película Juego de Gemelas, una preciosa y pecosa rubiecita, Lindsay Lohan hace el papel de dos gemelas separadas por sus padres divorciados, cada uno de los cuales se quedó con una de sus pequeñas hijas, las niñas se reencuentran en un campamento de verano y deciden intercambiar de padres logrando que se vuelvan a enamorar y retomen su hogar con sus dos niñas. “La historia no era un relato original sino una adaptación de otra cinta de 1961 llamada Operación Cupido que, a su vez, es una adaptación de una obra literaria alemana Las dos Carlotas de 1949. Es que en Hollywood las ideas no se matan, se reciclan” (infobae.com/tele show/ 20 nov 2022).
La pizpireta niña, con el paso de los años se transformó en una espléndida mujer, que, por paradojas de la vida, a pesar de su fama y reconocimiento, terminó llena de problemas judiciales; Lindsay fue arrestada por consumo de drogas y alcohol; solo después de 10 años tomó parte en otro proyecto de mucho presupuesto” Navidad de Golpe” de Netflix.
Esculcando mis recortes de prensa, encontré tres casos reales de mellizos embolatados al nacer y encontrados después, al cabo de los años y las consecuencias, por lo general negativas para las familias verdaderas y las “adoptivas”-
En el primero de esos casos (Foto 1), dos gemelas ecuatorianas separadas al nacer, se encontraron de manera accidental 15 años después en un restaurante, adonde las dos familias llegaron a comer: “La historia, digna de un guion de telenovela, impactó a los ecuatorianos y trastornó la vida de las dos menores que crecieron separadas, con padres diferentes y sin sospechar de la existencia de la otra. Hace casi 15 años, el 24 de noviembre de 1992, Eddy Peñaherrera de Freire fue atendida en un parto por cesárea por los médicos y esposos Roberto Romo Caicedo e Isabel García propietarios de la Clínica Romo en la población de El Triunfo, provincia de Guayas (en el litoral ecuatoriano)” (“El Tiempo” Maggy Ayala Samaniego. Gemelas separadas al nacer se reencuentran a los 15 años, martes 10 de julio de 2007, página 1-16).
Según la versión de la señora Peñaherrera, al despertar del parto recibió junto a su esposo, de manos del doctor Romo a una niña a quien bautizaron Melissa, pasados cuatro años el matrimonio Freire – Peñaherrera se trasladó a vivir del Triunfo, a una vecina ciudad llamada Milagro; en los días anteriores al artículo de prensa reseñado, el matrimonio Romo – García llegó a Milagro de paseo, entraron a un restaurante y al mismo sitio llegaron los Freire – Peñaherrera con su hija Melissa, descubriendo a una menor de edad (Margarita), idéntica a su hija, que acompañaba al matrimonio de médicos que años atrás había atendido el parto de Eddy, (ambos nombres cambiados para proteger la identidad de las menores) ”al verse descubierta, la doctora García se apresuró a salir del lugar con la niña. Pero los padres biológicos de Margarita denunciaron el caso a las autoridades que hoy investigan por secuestro al matrimonio Romo-García. Ante la Fiscalía los médicos admitieron que “cuando Margarita nació no había a quien entregarla, porque la madre era una adolescente, no tenía hogar y el embarazo era fruto de una aventura amorosa. Por eso decidieron cuidarla y darle toda la atención como médicos, para salvar su vida” (“El Tiempo” Maggy Ayala Samaniego. Gemelas separadas al nacer se reencuentran a los 15 años, martes 10 de julio de 2007, página 1-16). Los médicos admitieron haber registrado a Margarita como su hija legítima, tres mases después del parto en enero de 1993, argumentando que la madre biológica no quería saber de la niña, versión desmentida por el matrimonio Freyre- Peñaherrera que declara haber asistido a todos los controles prenatales con el Dr. Romo sin que éste les hubiera informado que esperaban gemelas.
Por orden de un juez, se dispuso que Marielisa permaneciera con sus padres biológicos los fines de semana, determinación que la niña pareció acoger con alegría, pero con el paso de los días, sus demostraciones de afecto hacia sus progenitores cambiaron, decidió regresar conde los médicos y pidió a sus padres biológicos, desistir de cualquier acción judicial contra sus padres de crianza. “Los Freyre aseguraron a El Tiempo que están dispuestos a retirar las acciones legales siempre que los Romo reconozcan que plagiaron a su hija. No obstante, Williams Vallejo, abogado del matrimonio Romo García, asegura que sus clientes cometieron un “error de buena fe” al no denunciar el abandono de la niña, pues arguyen que fue la madre quien la entregó supuestamente porque no podía criarla” (“El Tiempo” Maggy Ayala Samaniego. Gemelas: reencuentro agridulce, domingo 15 de julio de 2007, página 1 -18).
El caso de las hermanas ecuatorianas Marielisa y Andrea Martha pasó de la confrontación legal entre familias, a afectar la convivencia social, en la localidad de El triunfo, donde tienen su residencia y su clínica los Romo, las gentes los miran con desconfianza, y unas 300 personas vestidas de blanco, la mayoría niños de escuelas con globos y pancartas acompañaron a marchar a los padres biológicos de las gemelas que reclamaban justicia; las desavenencias afectan no solo a las familias y amigos de la partes, sino también a sectas religiosas como los testigos de Jehová y un grupo llamado Creciendo en Gracia.
En otro caso de identidades falsas, ocurrido en Colombia (Foto 2): “dos pares de gemelos fueron intercambiados después de nacer y se criaron en hogares diferentes a los originales por cuenta de, al parecer, un acto de negligencia del hospital instituto Materno Infantil. El tema se ha convertido en objeto de artículos periodísticos, incluso con coberturas de medios internacionales como “The New York Times”, y se han escrito varios libros sobre el asunto, incluso en la plataforma Netflix fue estrenado en junio pasado un documental que narra la historia desde la voz de cada uno de sus protagonistas” (“El Espectador”, Redacción judicial, Gemelos separados al nacer: en Netflix, pero sin justicia, domingo 20 de octubre 2024, páginas 15 y 16).
La historia de Jorge Enrique y Carlos Alberto Bernal, y la de William y Wilber Cañas, no ha dejado de sorprender al mundo desde 2014, cuando los Bernal y los Cañas demandaron al estado por daños morales y pérdidas de oportunidades debido al intercambio. “El caso, en manos del Juzgado 38 Administrativo Oral del Circuito de Bogotá, ha tenido todo para tomar una decisión desde hace un año y, por ahora el silencio ha sido la constante. El caso arrancó en 2016, cuando los hermanos presentaron una demanda en contra el hospital Materno Infantil y, durante tres años el proceso estuvo estancado. Solo hasta 2019, cuando los demandantes pidieron vincular a la Gobernación de Cundinamarca y a la Alcaldía de Bogotá, el expediente prendió motores” (“El Espectador”, Redacción judicial, Gemelos separados al nacer: en Netflix, pero sin justicia, domingo 20 de octubre 2024, páginas 15 y 16).
El caso es así: el 22 de diciembre de 1988 nacieron en Bogotá los hermanos Jorge Enrique y Carlos Alberto Bernal, y uno de ellos por complicaciones de salud quedó hospitalizado en la Unidad de atención especial por unos días; allí también hospitalizado por problemas de salud, estaba uno de los hermanos Cañas nacido en Vélez, Santander, trasladado por problemas médicos al Instituto Materno Infantil. No se sabe a ciencia cierta que pasó en esa unidad, pero los dos bebés terminaron en familias equivocadas. El bebé nacido en Vélez se quedó en Bogotá, pocos días el bogotano emprendió camino con su abuela hacia Vélez. La defensa plantea que en el hospital hubo negligencia médica en el cuidado de los bebés.
“Otro de los puntos claves que tiene en cuenta la defensa tiene que ver con la situación particular de William Cañas Velasco. Él, a pesar de haber nacido en Bogotá, fue entregado a una familia en Santander, mientras que su hermano biológico sí fue criado en la capital. La situación para William, aseguran quienes lo conocieron de cerca no fue nada sencilla, pues creció en el municipio de Vélez, Santander, un territorio golpeado por el conflicto y donde las necesidades económicas fueron una constante desde su niñez, algo, que lo obligó a abandonar el colegio desde primero de primaria. Le arrebataron el derecho de haber conocido a sus padres. Le quitaron una identidad y «le quitaron una vida que el llevaba”, “El intercambio no solo produjo efectos en William Cañas, sino, también en el resto de sus hermanos, pues así tenga uno solo biológico, a todos los considera de su sangre. Los cuatro vivieron 25 años en familias que no eran realmente las suyas y los daños de haber vivido en esa ficción son los que buscan reparar” (“El Espectador”, Redacción judicial, Gemelos separados al nacer: en Netflix, pero sin justicia, domingo 20 de octubre 2024, páginas 15 y 16).
No busco hacer propaganda a Netflix, pero no deja de ser curioso que estas historias de gemelos, la de fantasía de Hollywood y las reales, hayan sucedido en la década del 90 del siglo pasado y, que ahora esa plataforma haya divulgado esta historia colombiana y resucite a la Lohan en este mismo año 2024 ¡Sorpresas te da la vida ¡