En estos tiempos de liquidación en el Deportivo Pereira cuando se busca un entrenador competente para reemplazar al ascendido Néstor Craviotto es bueno recordar a un profesional que dejó huella como técnico matecaña.
Por: DANILO GÓMEZ HERRERA
Pregonero de tu historia
Con esta sencilla fórmula aritmética un profesor venido del sur del continente realizó una gran transformación en beneficio del fútbol colombiano cuando arrancaba la década de 1960. Para algunos ese hecho no tuvo mayor importancia, pero para quien escribe estas líneas fue un mensaje para la dirigencia del balompié nacional en el camino de brindarle oportunidad al talento criollo.
Pero… ¿De qué estoy hablando? Es sencillo. En 1964 cuando César López Fretes arribó a Pereira en compañía de don Gabriel Cardona, quien fue delegado por Santiago Cabal y Miro Malca para acompañarlo desde Cali, donde aterrizó procedente de Asunción, pidió hablar con el “ñato” Benjamín, el recordado “aguatero y masajista” de los matecañas.
Benjamín González conocía mejor que los dirigentes la realidad del vestuario, de lo que se vivía en el camerino y en la cancha, desde aquel Deportivo Pereira que había disfrutado del talento de César López Fretes en su paso fugaz como futbolista en 1951. Para el abogado paraguayo era muy importante la información que le entregara el “Nato” Benjamín para iniciar la tarea como adiestrador.
Desde la época de El Dorado en el torneo de la Dimayor los equipos tenían en sus nóminas muchos futbolistas extranjeros. Así lo hacía el Deportivo Pereira que estuvo integrado en su totalidad por paraguayos en las temporadas de 1951, 52 y 53. Y como López Fretes lo vivió en carne propia quería hacer una transformación.
El paraguayo tenía claro que en Colombia había mucho talento. En diálogo con quien escribe estas líneas destacó en varias oportunidades a Harold Valderruten, integrante de la Selección de Colombia en el Suramericano Juvenil de Caracas en 1954. “Era brillante, un mago con la pelota, pero se decidió por el estudio y dejó las canchas” relataba el profesor. Agregó Don César que desde ese momento se convirtió en hincha de los futbolistas colombianos y valoró lo que en la cancha ellos demostraban. Cosa distinta notó cuando ya los conoció en el terreno de juego y en los entrenamientos: la indisciplina y la falta de fortaleza mental eran la nota predominante. “Pero eso se puede trabajar, se puede mejorar, porque el talento es innato”, sostenía el profesor.
Un botón: en 1964 llegó al Deportivo Pereira un veloz puntero proveniente de Palmira. El técnico descubrió sus condiciones y muy rápido lo puso a debutar, pero los hinchas que asistían al Mora Mora tuvieron que esperar muchas fechas para poder conocerlo. Se trataba de Alfonso Tovar cuyo estreno fue en el estadio Atanasio Girardot. Tovar relató los hechos así: “el día del partido frente a Nacional el profesor me mandó a conocer el estadio junto al “Ñato” Benjamín mientras los compañeros se alistaban en el camerino. De repente me mandó a llamar y me dijo, usted va a debutar hoy como titular, y él mismo me puso las vendas porque yo no sabía vendarme”, dijo Tovar mientras su mirada brillaba evocando al inolvidable profesor López Fretes. Agregó Tovar que su técnico delegó en Alfredo Vega las instrucciones que le daría al joven debutante durante el juego.
En ese partido Alfonso Tovar hizo dos goles y fue destacado a pesar de la derrota del Deportivo Pereira. Al llegar al hotel pasó lo siguiente: “otra vez Don César mandó al “Ñato” Benjamín para que me llevara a cine, y de esa manera me sacó del hotel donde ya los periodistas buscaban alguna nota. El profesor me dijo ese día que no me quería como figura de un partido, sino formar un futbolista para muchos años. Lo cierto es que tardé para debutar en Pereira porque siempre me llevaba como titular cuando jugábamos de visitante. Tal vez quería quitarme presión para que no me mareara con la fama”; remató Alfonso Tovar, quien hoy reside en Armenia. Después de su estreno con el Pereira Tovar fue un destacado delantero del fútbol colombiano con paso por la Selección Colombia, Deportivo Cali y Millonarios, entre otros.
Formador? … Psicólogo? …Orientador? Estos y muchos otros términos valen para calificar la formidable tarea de César López Fretes en el fútbol colombiano. Otros entrenadores “montando en el caballo ganador” lograron muchos títulos, pero el estratega paraguayo sembró en tierra fértil y luego se vieron los frutos en un equipo como el Deportivo Pereira, con menor presupuesto, con el que realizó buenas actuaciones como la del recordado “kínder de López Fretes” en 1967 con muchos futbolistas antioqueños rodeados por la experiencia de jugadores paraguayos.
Al poco tiempo fue designado como entrenador de la Selección Colombia para el Suramericano de mayores en 1966, lo que hoy se conoce como la Copa América, pero en un formato muy diferente.
En 1965, 1966 y 1967 Deportivo Pereira no solo ganaba en su “Fortín de Libaré”, también triunfaba ante los grandes del país en Cali, Medellín y Bogotá, siendo el equipo de moda en Colombia. López Fretes era algo así como el Mourinho o el Simeone de estos tiempos y en su época con orden defensivo y letal contraataque los sorprendió a todos. ¿Por qué no fue campeón con el Pereira? Porque en un torneo de 52 fechas al final, por las lesiones o suspensiones, su nómina quedaba corta.
Y cuando fue creado COLDEPORTES en 1968 (hoy Mindeportes) el director de ese instituto nombró a César López Fretes como entrenador nacional. En esa condición dirigió al combinado patrio en el Suramericano Sub 20 de Asunción y los Juegos Panamericanos, ambos eventos en 1971.
César López Fretes se coronó campeón del fútbol colombiano como técnico de Atlético Nacional en 1973 donde llegó en el julio, y ya en diciembre levantó la Copa. Con el onceno matecaña estuvo seis años de manera continua y preparó un gran número de futbolistas que pasaron a lograr títulos con otras instituciones. Entre otros, puso a debutar como profesionales a Alfonso Tovar, Gustavo Santa, Rigoberto Urrea, Darío López, Miguel Escobar, Víctor Campaz, Efraín Padilla, Fabio Cadavid, Emilio Narváez, Héctor Jaramillo, “Mincho” Cardona, “Chiqui” Aguirre, y “la gran joya” Jairo Arboleda, todos jugadores de la Selección Colombia.
Excelente nota querido Danilo. Salvo que aparezca otra posterior creo que como periodista de El Diario hice al profesor López Fretes, quien era abogado, la última entrevista en su residencia de la Circunvalar. Por allá en el 67 impuso en Colombia el estilo de juego con él fuera de lugar. Era un gusto ver al Pereira de esos años. Yo era un chico de 14 años cuando vi detrás del arco del gato Víctor González – desde donde veníamos el partido los chicos- mordiendo el pasto del Mora Mora porque Querentinha (Unión Magdalena) le
Hizo un gol de mitad de cancha.
El Dr López Fretes fue un gran hijo adoptivo de la ciudad, un estupendo técnico del fútbol y un excelente ser humano. Trascendió, como bien lo destacas en tu columna. Un abrazo.