Por: Juan Mario Sánchez Cuervo
Nota aclaratoria: esta columna apareció el 04 de julio de 2019 en Las2orillas. En ese entonces me llamaron loco. Los hechos corroboran mi premonición. Y lo escrito aquí se cumplirá al pie de la letra.
El mundo que habitamos es un sistema: todas las criaturas, seres y personas estamos interconectados con el todo. Somos un solo organismo. Así como lo que le sucede a una parte de nuestro cuerpo afecta a las demás partes, lo que le sucede a cada individuo en el planeta repercute de alguna forma en las demás personas y en todas las criaturas que lo habitan. El efecto mariposa ya fue dado a conocer hace muchos años. La tierra es un organismo vivo, una red semejante a la red neuronal de nuestro sistema nervioso. Entendido esto entenderán el mensaje.
El tiempo está maduro. La tierra está agotada, desgastada, socavada, enferma. El ser humano, supuestamente el más inteligente, en todo caso el menos inocente, y el responsable directo del corto circuito actual, ha de sufrir y sufrirá más que cualquier forma de vida en este planeta. Es decir, la revelación de su inconsciencia y la autoevaluación que viene a través del pensamiento y la energía mental jugará en su contra de tal forma que el dolor permita el despertar de su corazón. El corazón supera la inteligencia y va más allá de cualquier proceso mental. Como fue antes es ahora y como es ahora será mañana. El sufrimiento es la hora de la purga y la purificación. Confronten esta información con lo que fue dicho y se dice, porque conforme a ello se dirá que así fue, y así debe ser. No hay otro camino, y este camino ha sido recorrido muchas veces y habrá que recorrerlo cada vez que sea necesario.
Esto que escribo no es ficción ni corresponde a un análisis apocalíptico a la luz de la religión, es a la luz del espíritu. El hombre ya no observa, ya casi ni levanta sus ojos al cielo; por eso en su ignorancia no percibe, no lee los signos de los tiempos. El hombre olvidó su corazón y anda drogado, anestesiado en momentos en que debería estar más lúcido ante el cambio que viene. En estos momentos la humanidad se divide en dos clases de personas: las que están ascendiendo espiritualmente y las que se están degradando más y más, día a día. El término medio ya no tiene ningún valor. O lo tomas o lo dejas. Un instante trascendental se acerca y no es la hora del miedo, sino de la esperanza y de la alegría y de la liberación para los despiertos. Nadie cuando se aproxima el momento más importante de la fiesta quiere quedarse dormido, sino que hace todo lo posible para que no se cierren sus ojos. Cada quien debe elegir y asumir la responsabilidad de su elección.
Esta información puede ser confrontada y contrastada con lo que han dicho sabios, iluminados y algunos científicos: el que busca encuentra. Carl Sagan, Albert Einstein (“temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”. Ese día llegó), James Hansen, Stephen Hawking. Confronten con videntes y profetas, y con el mensaje de Jesús. Confronten antes de llamarme loco o idiota; prefiero exponerme al ridículo a guardar silencio. Esto lo sabía hace mucho tiempo, pero todo tiene su momento y el mundo está como esos frutos que caen por inercia por estar maduros. El hombre de a poco ha convertido la tierra en un queso gruyere, ha herido la tierra y la ha transformado en oquedades y abismos artificiales. En consecuencia, viene la plena realización de la ley causa-efecto, o acción-reacción. Es lógico, razonable. Solo no puede ver ni podrá el que se niega a ver.
El mundo está dirigido por individuos irresponsables, mentes ambiciosas y ávidas de lo inmediato, sedientas de poder y dinero en detrimento del equilibrio del planeta y del bienestar de la inmensa mayoría. Todo acto tiene una consecuencia, y esa consecuencia afectará a todos: ya saben, lo que le afecta a uno le afecta a todos, lo que le haces a otro se lo haces a ti mismo. Es una ley universal. Somos unidad, así desde el principio nos hayan impuesto el mandato de la división que corresponde a este mundo, y es mentira, porque somos uno con el todo y todos somos uno. Viene la verdad, como viene la luz y huye la oscuridad cuando sale el sol. Antes la tierra debe restablecerse, acomodarse, restaurarse. Es la búsqueda del punto de equilibrio, otra ley universal. Así como una bestia herida, como un animal atormentado por plagas y parásitos, la tierra deberá estremecerse para obtener el ajuste predicho. Las bajas y oscuras vibraciones espirituales del mundo actual y las bajas frecuencias causadas por el miedo, la ansiedad, la ira, la envidia, el odio, la violencia, el crimen y la depravación por los antivalores traerán graves consecuencias. Todo fue advertido y sin embargo todo siguió igual.
El alto voltaje de esa energía oscura ha provocado un corto circuito; por eso la hostilidad, la impaciencia, la zozobra, la perturbación, los anhelos de contiendas o guerras, los deseos de muerte entre los seres humanos que fueron diseñados para la hermandad y el amor, no para el odio y la muerte. Los animales que son menos inteligentes que nosotros, según nosotros, saben de esto y lo perciben. Gran parte de la humanidad perdió la sabiduría que otorga la naturaleza porque se han desnaturalizado. El que observó este estado de cosas y el que observa entiende. Solo los despiertos observan. Solo los despiertos sobrevivirán. El Amor y la fraternidad serán restaurados sobre la tierra en el lapso de pocos años. Nadie sabe la fecha exacta de la restauración; mas no falta mucho, de aquí en lo sucesivo no muchos años… de aquí en lo sucesivo será una sorpresa, como cuando en el cielo de súbito brilla un relámpago. Solo El-que-es, El-que-sabe, lo sabe. No hablo del fin. No. Hablo de un renacer y un despertar, de un nuevo comienzo. Cuando se aproxima la fiesta los invitados al banquete se alegran, el corazón late de fe y esperanza. Solo temen y desesperan los que persisten en la oscuridad. Nadie puede ser salvado sino quiere ser salvado. Si el que se ahoga en aguas oscuras no toma la mano que quiere rescatarlo morirá ahogado. Nadie puede ser iluminado si no acepta la luz, y nadie soportará la experiencia que viene si no acepta el amor. Sin amor nadie sobrevivirá. El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que oiga y el que tenga entendimiento que entienda.
Escalofriante.
Acertados argumentos, somos un sistema , conviviendo con otros sistemas de seres, los que atropellamos, en forma negativa, cuando aplicamos mecanismos de explotación desaforada, cuando le robamos espacio , a la naturaleza,.
Acertados los libros de Yuval Noah Harari, en los que nos muestra como el ser humano, arrasa sin misericordia su entorno.