Casi no alcanzo a terminar la columna de la semana pasada, sobre el problema del escaso uso del casco del motociclista en las poblaciones de Colombia, la falta de autoridades para ejercer el control y aplicar la normas de tránsito, cuando me explotó en las manos un escándalo de talla mayor.
Nadie lo va a creer si lo contamos únicamente desde una columna de un periódico digital, debemos tener las evidencias, imágenes, videos, para poder soportar la impresionante historia que les voy a contar, que repito , no es fácil de digerir si no se tienen sobre la mesa las evidencias.
Resulta que en días pasados el alcalde del municipio de Riofrio en el Valle del Cauca, fue protagonista de un acto que transgrede todos los límites de la legalidad, pone en el ojo del Huracán a la seguridad vial, puesto que se demuestra que muchos de los municipios en Colombia no están haciendo nada para fortalecer la prevención y la seguridad vial y las autoridades nacionales no se han dado cuenta o no les interesa ejercer el control de estos municipios que viven en el medio evo, de seguridad vial hablando.
El burgomaestre se opone claramente a la intervención de los agentes de tránsito departamentales en su municipio y lideró un alzamiento de las comunidades que terminó en la agresión de los uniformados, el daño de las motocicletas y los insultos y amenazas de muerte no se hicieron esperar.
Algo impresentable, vergonzoso que deja en carne viva la desorganización estatal, la falta de autoridad del gobierno Nacional, departamental y la ausencia de administración municipal.
El problema empieza con una realidad sofocante para los municipios pequeños, los cuales no tienen organismos de tránsito y si los tienen, no pueden sostener un cuerpo operativo de agentes de tránsito y transporte, para que hagan cumplir la ley 769 de 2002, Por ello estos municipios se apoyan con un cuerpo de agentes de tránsito departamental, porque el Código, hay que recordarlo, es de obligatorio cumplimiento, no es voluntario , es erga omnes, sin excepción alguna, por ende, el alcalde es la primera autoridad de tránsito en el municipio y es el responsable de tomar todas las medidas necesarias para hacer cumplir las normas, no para incumplirlas y atacar a las autoridades departamentales.
Hasta acá es la narrativa normal que siempre se escucha en todos los foros, eventos académicos, universidades y discursos gubernamentales, pero todo es mentira , ni el gobierno de Duque, ni los dos periodos de Santos y menos los gobiernos de Uribe han logrado implementar una política pública de seguridad vial, que logre llegar a todos los territorios, muy por el contrario, como una caricatura a la autoridad nacional y territorial, se observan motociclistas con cuatro personas en la moto, es difícil verlos usar el casco y donde lo usan, se lo colocan mal o lo llevan en los brazos, sin contar que el mismo ministerio de transporte y demás autoridades hacen el ridículo exigiendo en los pocos municipios que si usan el elemento de protección persona, la placa en el casco , que ni siquiera ellos usan, por ser una norma poco práctica, que no sirve para la prevención y seguridad vial y que deja en ridículo a todo el establecimiento.
Por la agresión al estado social de derecho ejercida por el mismo alcalde, donde se niegan a cumplir con el código de transito de Colombia es necesario solicitar la debida investigación disciplinaria de la procuraduría general de la nación. En el mismo oficio encartar también a la señora gobernadora del valle, quien es la autoridad encargada del tránsito departamental, para que, entre el alcalde y la gobernadora respondan por colocar en riesgo la vida de los agentes de tránsito, quienes tienen dignidad humana, derechos laborales y civiles y no son carne de cañón para ser manipulados por los politiqueros de turno.
Las autoridades de transito se respetan, es el mensaje claro a todos los conductores del país, pero el dia de hoy, hay que hacerlo extensivo a los politiqueros de oficio, que piensan que la ley es para los de ruana y se burlan del estado social de derecho y los compromisos que tiene Colombia con el decenio de la seguridad vial convocado por la ONU, el plan nacional de Seguridad vial y en cada municipio, el plan local de seguridad vial.
Recordemos que la seguridad vial es compromiso de todos.