Esta semana se presentó el Informe Nacional de Competitividad 2022-2023, coincidió el momento con la noticia de la caída del Producto Interno Bruto (PIB) del país de 7 puntos frente al mismo periodo del año anterior. La economía colombiana no registraba cifras negativas desde la pandemia. La desaceleración se presentó principalmente en sectores de la construcción (-8,0%), la industria manufacturera (-6,2%) y el comercio (-3,5%).
El Informe Nacional de Competitividad llega en un buen momento para abrir la discusión sobre los problemas estructurales pendientes por resolver, sobre los impactos que dejó la pandemia y sobre el ambiente económico que ha generado el nuevo gobierno nacional.
El informe contiene 16 capítulos y una separata especial que se titula “Bajando la cerca: reduciendo las barreras a la inclusión” que invita a la reflexión sobre la naturaleza y los efectos de las regulaciones en Colombia que en muchos casos terminan generando improductividad tanto en las personas como en las empresas. También con las normas imposibles de cumplir se termina incentivando la informalidad y por lo tanto la exclusión.
En cuanto al capital humano, que es fundamental para mejorar la competitividad, se sugiere implementar estrategias de alertas tempranas para los jóvenes que están en riesgo de deserción tanto en la educación básica, media y superior. Promover el acceso a la oferta de educación posmedia (técnica, tecnológica y universitaria), a través de programas en el marco del Subsistema de Formación para el Trabajo.
Esta recomendación la implementó Bogotá con mucho éxito a través del programa Jóvenes a la U. En Pereira en menor escala se dio también el primer paso con la U en tu colegio. Sería importante que en la mayoría de las capitales se incluyeran programas similares al de Bogotá que garanticen el tránsito de la educación media a la superior.
El documento también reitera la necesidad de reformar el Sistema General de Participaciones (SGP) para mejorar no solo la focalización de recursos para aumentar la cobertura, sino también el desafío de mejorar la calidad. Sobre este último aspecto, se propone también revisar los mecanismos de evaluación docente. Esta propuesta también la realizó la Fundación Empresarios por la Educación en la encuesta de opinión de educación superior, realizada este año.
El gobierno nacional debe mirar en detalle las recomendaciones del informe y convocar a la academia y al sector privado para implementarlas. La situación del país lo amerita.