Por JORGE EDUARDO MURILLO MEJIA
Mucho se discute hoy en día sobre la contaminación, el cambio climático, el cáncer, las muertes por accidente y la chatarrización entre otros.
Son frases diferentes pero todas tienen un denominador común: chimeneas andantes. Son nada más y nada menos que vehículos automotores que andan libremente por todas las ciudades emitiendo chorros de humo negro. Esos vehículos tienen la característica de un mal funcionamiento mecánico, son prohibidos y siguen libremente. Esas chimeneas producen una serie de consecuencias malignas para la sociedad y el ambiente. Al ambiente le emiten gases contaminantes que actualmente tienen en jaque al medio ambiente con un cambio climático arrasador. A los humanos nos generan miles de problemas como cáncer en las vías respiratorias. En el centro de la ciudad estas chimeneas generan gases contaminantes que consumimos mucho más que fumarnos miles de cigarrillos. A los deportistas, caminantes, ciclistas o atletas nos ocasiona lo malo después de hacer un buen ejercicio. Si por un andén está un recién nacido y pasan 5 vehículos seguidos botando humo negro, puede matar al bebé. En fin son miles de razones que todos conocemos y sabemos, que perjudican estas chimeneas ambulantes. Diagnósticos médicos es lo único que hay. Estadísticas de muertes de cáncer e intoxicación por ese motivo existen. Legislación al respecto sobra por doquier. Chatarrización de vehículos viejos existe. Pero no, toda clase de vehículos con chimenea propia es lo único que hay en las calles y carreteras. Son buses, busetas, volquetas, camiones y automóviles que no tiene el tubo de escape hacia arriba sino hacia abajo y los costados. Los guardas de tránsito y policías reciben bocanadas en sus propias narices y no existen comparendos, ni inmovilización de vehículos, ni chatarrización de carros viejos, ni sanciones a empresas transportadoras de los propietarios de los vehículos. Ojalá los encargados de obrar de acuerdo a la ley lo hagan y no sigamos produciendo miles de diagnósticos al respecto, sabiendo de antemano cual es el problema y por supuesto muchas soluciones existentes. Como quiera que sobre este tema permanentemente se habla de parte de la ciudadanía y se realizan innumerables foros ambientales, las autoridades se gastan millones de pesos en divulgar lo que nunca hacen. En ese sentido los medios y grupos de opinión en redes debemos hacer una gran convocatoria para que se le ponga un límite a lo que pregonan y mientras tanto sancionar a las ricas empresas de transporte que se lucran mientras contaminan y matan el medio ambiente.