Por VICENTE ZULUAGA OSORIO
Eso lo afirmó Transparencia Internacional, tras una encuesta en 70 países, a más de 20.000 entrevistados.
¿Dónde está Duque?
Hablando paja por televisión; obedeciendo las órdenes de Uribe; defendiendo a los denunciados comandantes del Ejército y la Policía tras las acusaciones de varios generales, a los cuales se suman a última hora las incriminaciones contra los oficiales Oscar Naranjo y Argemiro Serna, por su papel de encubridores en el magnicidio de Luis Carlos Galán; estructurando la Comisión contra el Crimen para incluir al ex fiscal Néstor Humberto Martínez Neira, experto en entrampamientos contra la Jep y algunos de sus magistrados, con la asesoría de agentes de la Dea; preparando su defensa contra la petición del Reino Unido a la Comisión de Acusaciones de la Organización de las Naciones Unidas, para que respete y cumpla el Acuerdo de Paz; gagueando para defenderse del hiper presidencialismo de que lo acusa la Decana de la Universidad de Los Andes, Catalina Botero, cuando afirma que el gobierno no puede meterse contra los jueces, porque hay que respetar sus decisiones y la tridivisión del poder, no como lo hace el Ministro de Salud quien se hizo acompañar de su colega de Justicia y del Procurador General de la Nación Fernando Carrillo para atemorizar al Juez que ordenó las prueba, en la decisión de una tutela. Hasta ahora lo que se sabe es que el Jefe del Ministerio Público sigue metiendo las narices donde no lo han llamado para que el señor Juez modere su decisión. Estamos a la espera de que titular del juzgado nos entregue el resultado de la gavilla; analizando la acusación del historiador mejicano, Enrique Krauze, quien acaba de afirmar que la democracia en Colombia está en riesgo por el desprestigio del gobierno; contando las masacres que van durante su período a las cuales hay que sumar las más recientes de Santander de Quilichao, San José del Guaviare, Tarazà, El Bagre y Bahía Solano que arrojan un saldo de 12 asesinados en la última semana; analizando qué es más dañino y repugnante para los niños, si la carne de burro o de caballo o el atún vencido que les suministran en la Costa Atlántica a los menores de edad; o mirando en cuál departamento se cometen más actos de corrupción, en perjuicio del erario público, en la celebración indebida de contratos, como lo ocurrido en el Instituto de Bienestar Familiar a cargo de alcaldes, gobernadores, congresistas, ministros, asesores para un total robados de 90 billones de pesos, según la fiscalía; o llorando de la rabia porque se quemó Alberto Carrasquilla quien aspiraba a la gerencia del Banco de la República y de paso se hundió la peligrosa dependencia de la entidad al gobierno, aunque los colombianos tendremos que aguantarlo otros dos años más como ministro de Hacienda; o preocupado porque los empresarios se atrevieron a ofrecer un aumento del 2% al salario mínimo para el 2021 o porque tendrían que pagar ese sueldo a los trabajadores que cumplan una jornada de 40 horas; o celebrando la denuncia presentada contra Juan Manuel Santos por el caso de Santrich.
Mientras tanto Uribe sigue libre porque Barbosa le asignó un fiscal de bolsillo que ya dio claras muestras del papel que le mandaron a cumplir en la investigación; el Túnel de la Línea se derrumba; la Justicia sigue cojeando; el ministro de Defensa y el Director de la Policía se preparan para pagar el arresto por desacato a una tutela; y los perjudicados con la pandemia esperan que se dicten medidas eficaces para recuperarse económicamente.
El paro nacional sigue en pie, porque sin los votos de Fajardo y de Petro la oposición no va a ningún Pereira.
Gracias, Señor Columnista por enmarcar con detalle como el eterno guerrerista, su títere presidente, su centro demoníaco, establecen un gobierno dictatorial similar al del país vecino, peor aún con masacres, con exterminio de los más débiles.
Y para empeorar imita todo lo del mandatario vecino: presentador del show presidencial.
Vicente no discuto el Contenido de su escrito, solo el titular que surge de creer todo lo que suben a la Red.
No es cierto que seamos el más corrupto, aunque ese mal nos está arruinando, curiosamente en ese listado no aparece Venezuela, ni los desafortunados del África y Centro América.