Por CRISTIAN CAMILO ZULUAGA CARDONA
Hace como 28 años, o tal vez más, aprendí en el que fue mi jardín infantil Comfamiliares en Manizales, que colarse en la fila, hacer trampa para adelantarme en mi turno o cualquier acto similar, es una de las prácticas más repudiables de un ciudadano. Se lo aprendí a una apuesta profesora de quien apenas logro acordarme que se llamaba Adriana, cuando corrigió a uno de mis compañeros por meterse a las malas en la fila para una actividad deportiva en una tarde de clases.
Me imagino que a los distinguidos médicos que por estos días se las han tirado de vivos y que se sienten muy verracos por saltarse o colarse en su turno de vacunación, también les enseñaron desde temprana edad que esas prácticas son horribles. A esto sumémosle que a estos ‘zánganos’ los formaron profesionalmente para que tuvieran la vocación de preservar la vida de quienes la tienen en peligro y a tener una disciplina estricta en todos los protocolos que se deben seguir y respetar en el ejercicio de la salud.
Surgió el del primer caso de colados en Bucaramanga y por fortuna los colombianos le conocimos la cara y la identidad, gracias a que los medios hicieron eco de la vergonzosa práctica irregular y ventajosa que hizo el distinguido doctor Camilo Reyes con el proceso de vacunación.
Suerte distinta, o mejor contraria, tuvimos en Manizales donde gracias a una denuncia en un medio digital y a las exigencias del concejal Christian Pérez y el diputado Camilo Gaviria para que se aclarara el tema, pudimos conocer que una persona allegada o cercana a la Gobernación de Caldas se las dio de vivo y se vacunó sin hacer parte del listado de profesionales de la salud que estaba asignado para que les aplicaran las primeras 990 dosis de vacunas contra la COVID-19 que llegaron a la capital caldense.
Digo que la suerte fue diferente, porque acá imperó la también absurda y puerca práctica del tape tape, pues aunque la mayoría de funcionarios, contratistas, integrantes de los medios de comunicación y otros ciudadanos conocieron del hecho y hasta algunos de estos se enteraron del nombre del tramposo, ninguna autoridad competente reveló la identidad del antisocial profesional de la salud que se dio a la tarea de colarse en un proceso de vacunación que inició con una muy baja cantidad de vacunas (el 0,2% del equivalente al total de la población de Manizales) y que además estaba priorizada para colegas y compañeros suyos, que a diario exponen sus vidas enfrentándose a los riesgos de esta pandemia, que sigue cobrando la vida de centenares de empleados de la salud. Ni colegaje tuvo el ‘honorable ciudadano’.
Esta situación desde todo punto de vista es repudiable. Personas y más aún médicos que recurren a estos actos de viveza y que rayan con la corrupción evidencian la podredumbre que a diario se carcome al país. Ni en una crisis de carácter mundial dejan de verse estas aberraciones.
Pensaba cerrar en este punto este escrito, pero me alargaré un poco más porque mientras redactaba, un amigo me envió un pantallazo de un chat en el que un empleado de un hospital de Manizales le dijo que el colado no fue uno ni dos ni tres… asegura que fueron varios. Ese empleado incluso identificó a un cirujano maxilofacial y agregó que varios ortopedistas y cardiólogos que decidieron no entrar a la zona COVID en esta pandemia también se hicieron vacunar.
Este trabajador de ese centro hospitalario asegura que por vacunar a estos médicos omitieron la vacunación de varios profesionales de la salud que sí hacen parte de la primera línea de atención de la COVID-19. Situación que coincide con la del esposo de una amiga que trabaja en ese mismo centro hospitalario, que atiende pacientes COVID y que incluso se contagió cumpliendo el deber de salvar vidas, pero que inexplicablemente no le aplicaron la vacuna.
Ahora solo me queda por decir que ojalá que el hermetismo con estas sucias prácticas no tenga que ver con que, de pronto, alguno de los colados o tramposos es muy cercano a algún político poderoso o porque se trate de personajes que tienen aspiraciones políticas en las próximas elecciones parlamentarias que se vienen el año próximo en nuestro país.
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Me alegra que volvió a escribir, muy oportuna se denuncia.
Danilo muchas gracias. Espero que mi retorno sea para el agrado de todos y bueno me hacia falta escribir. Creo que fue Justo el descanso pero venimos recargados.
Lastima por los mayores de 80 años sin registro en las EPS. Lastima por los mayores de 80 años, que no tienen acceso a las paginas para registrarse. Lastima para la población en general, pues si esto pasa con un número mínimo de vacunas, qué pasara con el arribo de un numero mayor de vacunas?
Lastima que no sistematizan el plan de vacunación y lo hacen a puño y letra, en plantillas manuales.
Cómo es posible que después de un año, el Min TIC, no haya cruzado información con MinSalud? Para agilizar el proceso de vacunación?
Esta es Polombia..
Así es: corrupción en el poder político que salpica a Profesionales de la Salud. Ojalá haya igual diligencia para denunciar otros profesionales, en otras ramas del conocimiento y a unos cuantos políticos y sus familiares.
Lastima por los Profesionales de la Salud en que no fueron vacunados.