Las democracias son imperfectas pero necesarias en los procesos de desarrollo social y económico de los países. En Colombia nos da orgullo decir que somos la democracia más sólida y estable de Latinoamérica. Sin embargo, nada se puede analizar en blanco y negro, izquierda y derecha, arriba y abajo, pues la democracia es un modelo político donde actúan personas. No es una ciencia exacta, pero nos ayuda a llegar a acuerdos entre los diferentes grupos de interés y descansa en la soberanía en la gente, del pueblo.
Gente que en cada país es diferente; no es lo mismo establecer un modelo democrático en un país de población con altos niveles de pobreza que en uno desarrollado. La democracia se debilita más en círculos viciosos en países pobres con bajos niveles educativos. En conclusión, la democracia es una dimensión necesaria para impulsar el desarrollo de otras como la social, ambiental, económica, política, entre otras.
El caso de Colombia, volviendo a traer la percepción que tienen muchos actores nacionales e internacionales de tener la democracia más estable de la región, es importante hacer algunas apreciaciones matizadas. Es difícil de comprender cómo se mantiene una democracia estable a la par de ser reconocidos como el segundo país más desigual en la región. Cada vez los ricos concentran más valor en su haber de los mil billones del producto interno bruto (PIB). Otra variable que muestra la gran brecha económica que hay en Colombia es que el 80% de la tierra está en manos del 10% de las personas.
En el 2018 la firma Oxfam hizo un estudio donde identificó que “el 1 % de las fincas de mayor tamaño tienen en su poder el 81 % de la tierra colombiana. El 19 % de tierra restante se reparte entre el 99% de las fincas”. Se podría argumentar que las élites colombianas que también dominan los medios de comunicación han contenido las expresiones sociales (la protesta social) y la participación democrática hacia el cambio del “statu quo”, induciendo a los pueblos a la violencia y el miedo. Hoy los principales medios de comunicación son de los grupos económicos que tienen miedo a Petro como presidente. Semana es del Grupo Gilinski, Caracol es del Grupo Prisa (español), RCN y La República es de Ardila Lule, El Tiempo es del banquero Sarmiento. Grupos económicos que son muy importantes en el desarrollo económico del país y que cualquier presidente que llegue debe darles garantías en cuanto al libre mercado y la seguridad jurídica.
Pero para el desarrollo de la democracia de Colombia, dichos grupos económicos deberían garantizar la objetividad y la transparencia en la información dando garantías a todos los candidatos en la contienda electoral actual (crucial para el país). Dichos medios han llevado la campaña a los dos extremos, reviviendo la historia de 2018. Un candidato que ha demostrado ser buen gobernante como Fajardo, lo están bloqueando.
Dichos medios de comunicación llegan con sus noticias en primicia a las comunas y corregimientos del país, mostrando solo a los dos candidatos en los extremos. Por ello es tan valioso lo que hace el empresario como Roberto Gálvez en los corregimientos de Cerritos, Caimalito y Puerto Caldas de Pereira. Él defiende con la gente de carne y hueso, con líderes, comuneros y dignatarios de acción comunal, las propuestas liberales de “Fajardo Presidente”. El jueves pasado, ante más de 100 personas, les dijo: “El cambio que propone Fajardo, tiene como fundamento el cambio de la cultura y la forma de hacer política, especialmente, desatando las cadenas que aprisionan a los sectores populares condenados a la pobreza y a la pérdida de la esperanza”. ¡La democracia de Colombia se debe fortalecer sin ocultar sus defectos, es una tarea de todos, participa!