Por José Danilo Salazar
Los cazadores-recolectores, por lo general, no se devanaban los sesos pensando en la próxima semana o el siguiente mes; por ser nómadas, su hogar eran amplios territorios, que incluían: ríos, lagunas, bosques etc., vivían precariamente y no podían conservar mucho alimento o posesiones, no necesitaban vivienda fija, y por lo demás, tampoco tenían un sistema de leyes qué obedecer.
Al aparecer la agricultura, llamada de manera general la “revolución neolítica”, nombre derivado de la época en que sucedió, la humanidad aumentó su número, de manera veloz, la inmensa mayoría de seres humanos pasó de vivir al aire libre, a vivir en poblados permanentes, solo quedaban unos pocos pastores nómadas, los ahora campesinos, pasaron a laborar en un pequeño campo o huerto, además, talaban bosques, desbrozaban campos y plantaban árboles en líneas metódicas, sus plantas y animales, cuando aprendieron a domesticarlos estaban protegidos por cercas; trabajaban pensando en función del futuro, el siguiente mes, el próximo año, para mantener a esas personas reunidas, cooperando armónicamente entre sí, había que tener un orden, según Yuval Noah Harari, en su obra “De animales a dioses” ese mecanismo, fue la creación de mitos, dioses, patrias, red de narraciones, realidades imaginadas, ficciones o contratos sociales, que servían para mantener ese orden y la cohesión social. Las realidades imaginadas pueden cambiar muy rápidamente, como se evidenció en la Revolución Francesa, donde los franceses pasaron de creer en el mito del derecho divino de los reyes, a creer en la soberanía popular.
Una de las primeras civilizaciones que organizó su población en torno a uno de esos mitos, la religión, fueron los egipcios; sus sacerdotes eran astrónomos, que tenían elaborados calendarios, fruto de muchos años de observación, que les permitían “predecir” los periodos de inicio de las diversas actividades del país, igualmente podrían decir, que su dios mandaba el mensaje que a partir de tal o tales días, deberían preparar sus herramientas, arados y semillas, porque seguramente, por sus observaciones, sabían que por las montañas de Etiopía, habría empezado la temporada de lluvias, que ocasionaría las inundaciones del Nilo, que proveían de abono natural los terrenos de cultivo egipcios, dando así inicio al ciclo de siembras y cosechas en sus territorios. La geometría, que a algunos de nosotros nos dio dolores de cabeza en nuestra época escolar, apareció como una herramienta para poder cobrar los impuestos, a los agricultores o sus patrones, de acuerdo con el tamaño del área sembrada.
La aparición de la escritura en el imperio sumerio, entrañó para mí una decepción, pues supuse que había sido creada para escribir versos, poemas, historias de amor, narrar epopeyas de reyes etc., pero en sus inicios, la escritura, se limitó a cifras y hechos relacionados con ellas, es decir registros esenciales, primordialmente para llevar la contabilidad del dineros, que los dioses prestaban a los campesinos por intermedio de los sacerdotes, quienes supuestamente se comunicaban con ellos, que se suponía, vivían en una habitación en la parte alta del zigurat; además, escribir era demorado y los lectores, una ínfima minoría, eran, por lo general escribas y funcionarios reales, sin tiempo para escribir o leer sobre fantasías o amoríos
Los excedentes de alimentos, producidos por los campesinos, que eran, algo así como el noventa por ciento de la población, fueron la base de los sistemas sociales y políticos, dichos excedentes les eran decomisados en forma de impuestos y permitieron alimentar, no solo al mismo productor, sino además a sacerdotes, soldados, rey, funcionarios reales etc. y además permitieron la aparición de toda clase de artes y oficios, ejecutados, por personas que podían dedicarse a otros menesteres, por estar liberadas de la agricultura.
Inicialmente la costumbre hace ley, y por siglos, quizá milenios, estas leyes se transmitieron de manera oral, de generación en generación, luego, con el paso del tiempo, la ley se escribió, lo que significó un progreso, pues el infractor pudo conocer de antemano, el castigo a que se sometería por su acción; la más famosa de estas leyes fue el “ Código de Hammurabi”, una colección de leyes y sentencias judiciales, destinada a servir como base del sistema legal, para uniformar la administración de justicia en el imperio Babilónico, y enseñar a futuras generaciones, qué es la justicia; como en el caso posterior de los mandamientos judíos, Hammurabi y Moisés, solo eran mensajeros y ejecutores, de lo que “ los dioses ordenaban”.
Para el caso de los babilonios, las personas se dividían en dos géneros y tres clases: superiores, plebeyos y esclavos, legitimando la realidad social, para hacer ver como normal, las desigualdades de esa sociedad, pues ésta era ordenada por los dioses y ejecutada por el rey, lo que le daba una jerarquía que se debía aceptar, hoy, nosotros sabemos que por la evolución, no somos iguales biológicamente, pero, que si damos por cierto que en esencia todos somos iguales, crearemos una sociedad próspera y estable.
Oras leyes famosas son: la del Talión y la Draconiana; la primera de ellas, es una antigua regulación de justicia, basada en que al delincuente se le debe causar el mismo mal causado a la víctima, es un avance en el sentido que pone límites a la venganza, que no puede ser incontrolada, introdujo la proporcionalidad de la pena, que estaba en manos del ofendido, no de un juez. La segunda se le debe a un jurista griego, Dracón, es la más antigua ley ateniense, aunque, célebre por su dureza, significa un avance jurídico, pues pone la venganza privada, en una organización judicial pública.
Como colombianos y latinoamericanos, tenemos la tendencia a minimizar o despreciar, la mayoría de las veces, más, por desconocimiento que por prejuicio, aunque de esto último, tampoco falta, a los legisladores precolombinos, hacedores de leyes, aquellos de nuestros antecesores indígenas, llamados amerindios, cuya fecha de llegada al continente americano, se estima en por lo menos 10.000 años, es decir, los auténticos dueños de éstas tierras, despojados después, de muchas de ellas, por la invasión y posterior dominación española.
Pocas veces, por no confesar con vergüenza, que casi nunca, pensamos o notamos que los poderosos imperios americanos de altas culturas, del clásico y posclásico: Aztecas, Mayas, e Incas, tuvieron enormes organizaciones estatales: ejércitos propios, astrónomos cuyos calendarios eran más avanzados, que los europeos de las mismas épocas, comerciantes, artesanos etc., y que además para la época del descubrimiento de nuestro continente, aquí existían ciudades más populosas, con mejor planificación urbana y arquitectónica que las del viejo continente. Recordamos con asombro, que los romanos construyeron caminos, usados hoy en día, pero desconocemos que, en esta parte del mundo existen los senderos incas, también usados, casi que cotidianamente hoy por hoy, olvidamos, además el soberano inca tenía a su servicio una red de mensajeros o chasquis, para mantenerse enterado de lo que ocurría en sus territorios, y se narra que en el palacio real, gracias a esos mensajeros, el soberano podía comer pescado fresco traído de la costa ¿Cómo la ven Uds. que tienen gafas ?. Si pensamos en nuestros imperios americanos, tendremos que deducir que, aquí debieron existir grandes legisladores, seguramente equiparables a los del viejo mundo.
Para comprobar la anterior afirmación, citaré dos ejemplos, el primero es el caso de Túpac Yupanqui, quien gobernó al imperio inca, entre 1471 y 1493 y expidió una especie de código, algunas de cuyas normas fueron rescatadas en el siglo XVI, por el indígena Guamán Poma, éste documento se le envió al rey, pero se perdió por más de 300 años, siendo descubierto en 1908 y publicado solo hasta 1936, algunas de sus disposiciones prohíben el robo, cobrar las deudas de un muerto, a su familia, ordena el respeto a los mayores, por parte de los más jóvenes, que debían ser muy obedientes con sus padres, y ordenaba la caridad para los más necesitados.
El segundo ejemplo, para orgullo nuestro, buscando resaltar los grandes logros, en todos los campos del saber de nuestros antecesores, es el del cacique Nemequene, nombre desconocido por nosotros, que significaba “hueso de león”, sucesor de Saguanmachica, quien gobernó hacia 1490,hay dos versiones, una en verso y la otra en prosa del “código de Nemequene” un extenso código precolombino, ambas recopiladas por cronistas españoles, más de 150 años después de haber sido promulgadas por uno de los últimos zipas . Algunas de sus disposiciones son comparables a las leyes del talión, en especial en el caso de asesinato, que se pagaba con la muerte del homicida, la cobardía en guerra era castigada, el cobarde era vestido de mujer y debía hacer oficios con ellas; Para finalizar, es bueno destacar que ambas leyes indígenas prohíben el incesto, solo que en el caso del Perú, el inca estaba autorizado para casarse con su hermana.
Espero haber dejado en claro que, la religión y las leyes sirven de instrumentos, con los que las clases más poderosas, dominan a las más débiles, y que la religión es un instrumento de sometimiento de las masas, como lo expresó magistralmente Karl Marx “la religión es el opio del pueblo “
Excelentes enseñanzas nos deja para abrir los ojos en este mundo en el que siempre somos sometidos y abusados por aquellos que están en el poder
Desde los inicios de la historia, se observa siempre la búsqueda de esa herramienta para que el más poderoso esté encima del más débil, incluso usando esa habilidad de conseguir alimentos, para tener los mejores manjares, algo parecido al día de hoy…. Muy bueno el escrito
Historias que yo particularmente no conocía, reafirman la idea que los poderosos usan la religión y las leyes para someternos, un abrazo!