Enfocados
Terminamos el año 2021 con resultados agridulces en las dimensiones económica, política y social. Estos deben ser analizados de forma relativa, o sea, comparando con alguna línea de base; sobre todo en un país donde los niveles educativos y de lectura son bajos. Por ello, es insultante que algunos líderes nacionales presenten resultados de la gestión 2021 comparados con el año 2020. Este año de la pandemia, es un período atípico que siempre requiere ser resaltado como tal en los análisis y ojalá no utilizarlo para magnificar la gestión económica, política y social del país.
Nos tacha de ingenuos el presidente de Colombia cuando publica en sus discursos que Colombia tuvo el crecimiento más alto de los últimos 115 años (9,7%). A renglón seguido, debería decir que es un efecto rebote, pues dicho crecimiento sale de comparar el PIB del año 2021 con 2020, cuando por efectos de la pandemia, Colombia se contrajo -6,8%.
Con lo anterior quiero decir que no podemos esconder detrás de los análisis light del crecimiento económico de Colombia, los grandes desafíos que tenemos en 2022. Si en el año 2019 el PIB creció 3,3%, al 9,7% del año 2021, debemos descontar -6,8% del decrecimiento de 2020, quedando un crecimiento neto de 2,9%. Con esta cifra podremos trabajar en 2022 para ponernos metas más realistas. Esto no será fácil con el deterioro de otros indicadores como son la devaluación del peso colombiano que terminó el 2021 como la segunda moneda más devaluada del mundo solo por debajo de Venezuela.
Otro indicador crítico es la inflación. Esta, aunque es un mal de la mayoría de los países en el mundo por efectos de las ineficiencias creadas por la pandemia, afecta a cada país de una forma muy diferente. Depende de la estructura económica de cada uno y del desempeño de otros indicadores como el déficit fiscal, el tamaño de la deuda externa, de los niveles de eficiencia y productividad. La inflación en Colombia cerró en 2021 en 5,62% por encima de la meta del Banco de la República que estuvo fijada en 3% y también de la cifra de 2019 que fue de 3,8%. Este indicador es un gran desafió para Colombia en 2022, pues las ineficiencias en la cadena de suministro a nivel internacional parece que seguirán presionando los costos del comercio exterior. También hará presión inflacionaria el aumento del salario mínimo decretado por el presidente Duque (10%) para 2022. Dicha decisión además dificultará la generación de nuevos empleos desde el sector empresarial.
En cuanto a la dimensión social, el gobierno también hace comparaciones entre 2020 y 2021, sin hacer aclaraciones, pues por efectos de la pandemia y los subsidios que recibieron muchas familias en zonas rurales del país, la pobreza monetaria disminuyó de 47,5% en 2019 a 42,9% en 2020. Cuando se agrega la población urbana a la rural, la pobreza aumenta de 35,7% a 42,5%, mostrando el gran impacto negativo de la pandemia en las zonas urbanas del país.
El desempleo del año 2021 se aproximó al 12%, frente al 2019 que fue de 10,5%, deja una tarea mayor a Colombia. Llevar dicho indicador a niveles de un dígito, es un desafío mayor para 2022, en un año de campañas políticas y de incertidumbre con la pandemia.
En el plano político, el país sigue polarizado entre la izquierda y la derecha. Sé que los extremos son importantes como puntos de comparación, pero en mi caso no es lo que quiero para mi país, así que solo espero que podamos bajarle a la polarización que tanto daño hace y ha hecho. Elegimos el gobierno actual de un extremo político y si las elecciones fueran hoy, Colombia elegiría el otro extremo (izquierda). Con estas decisiones, el país es el que ha sufrido, sufre y sufrirá las consecuencias, pues seguirá en la mitad del fuego cruzado entre petristas y uribistas. Duque fue elegido con 10,3 millones de votos y Petro obtuvo 8 millones. El gran lío de estos extremos es que cada uno quiere excluir al otro.
¿Cómo pretende el uribismo excluir 8 millones de colombianos? y, al contrario, ¿cómo insiste Petro en desconocer varios millones de compatriotas y empresarios que comulgan con las ideas uribistas?. La solución para poder hacerle frente a los grandes desafíos sociales, económicos y políticos de 2022 no está por ninguno de los dos extremos.
Buen análisis económico de la triste realidad colombiana, pero un análisis poco profundo de la realidad política de un país donde muchos quieren disfrazar la desigualdad e Inequidad como un problema de extremos, no es de izquierda ni derecha, es del neoliberalismo que interpretan los defensores del centro como la salvación sin que los que están allí no fueran tan responsables como los que usted identifica como derecha, respeto la diferencia porque asi se construye democracia pero leer el país sin sesgos es de entender la realidad de un país que muere lentamente.