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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadEl deber de la esperanza

El deber de la esperanza

Desde muy joven he guardado en mi memoria esta idea para sobrevivir a los descalabros de la vida. La llevo consigo como un amuleto contra las frustraciones que produce una sociedad como en la que sobrevivimos. Me cautivó porque encuentro en ella la posibilidad de no renunciar jamás a las utopías. Vivir sin estas no tiene sentido. Por eso he sido “acusado” de idealista. El mundo sin idealistas tampoco sería posible.

La esperanza es lo último que se pierde. He escuchado eso en momentos de extrema adversidad. Digo todo esto como introducción a un asunto que históricamente nos ha sido esquivo: la paz. Su contraria, la guerra, la hemos naturalizado tanto que nos ha domésticado. Cuando más cerca hemos estado, más lejos la vemos. Es como un espejismo en el desierto de las realidades. Soñar con la paz también es una pesadilla.

Como demócrata y ciudadano del común, he marchado, vociferado, escrito durante mi existencia para que cese el fuego, venga de donde venga; para que sea la vida y no la muerte la que reine en el territorio nacional; para que la paz y la reconciliación, en medio de las contradicciones, sea el resultado de una sociedad sustentada en los derechos, en la justicia social, esencialmente.

La Paz Total a la que estamos convocados por el gobierno de Petro y Francia, es la columna vertebral en la que se afianza la esperanza de millones de colombianos y colombianas para vivir sin los agobios del luto y el llanto de quienes ven morir a sus seres queridos enfundando una divisa, un color político, una idea, una causa, como la defensa de la naturaleza, o simplemente por ejercer un liderazgo social.  

La palabra tregua ha servido, entre otras cosas, para recordarnos que vivimos bajo fuego. Cuando aparece en el escenario de los contrincantes quienes más experimentan la esperanza son las comunidades a merced del fuego cruzado y del confinamiento. Cuando no aparece, desplazarse del territorio es la constante. Como muchos colombianos celebramos, a la distancia, el pasado 31 de diciembre, el anuncio del cese bilateral. Luego el jarrón cayó al suelo pero no se volvió añicos. Se mantiene intacto.

No recuerdo otro gobierno que con el ahínco y voluntad de este, se haya empeñado en crear las condiciones para que la paz, sobre la base de la justicia social, deje de ser un sueño. La realidad y horizonte de las reformas son el piso estructural de una paz que, además, no solo abrigue el cese multirateral. Sin derechos, a una vida digna por ejemplo, la paz siempre será frágil en un país donde la injusticia es el color invisible que atraviesa los colores de nuestra bandera.

Ahora de lo que se trata es que la posibilidad y necesidad de la Paz Total también asome su rostro redentor en nuestra región, en Pereira más concrentamente. Quienes leímos el informe de la Comisión de la Verdad sabemos que el Eje Cafetero no ha sido un remanso de paz como groseramente nos han querido hacer creer. Más de 20 mil víctimas en veinte años, entre el siglo que paso y este, así lo indican. 

Paz Total en Pereira y su área de influencia requiere el concurso de muchos actores y actrices. De la voluntad y disposición del gobierno nacional para que se propicie una mesa de diálogo. Que las partes digan quiénes son sus Gestores de Paz; que la sociedad civil se manifieste; que se cree la confianza y se avance. Desde esta humilde tribuna convoco a quienes verdaderamente aman este territorio y pongan su granito haber si entre todos somos capaces construir el edificio más complejo de todos: la paz. Se debe y se puede. El deber de la esperanza nos llama.

Adenda: feliz año para todos y sobre todo que las elecciones regionales se realicen en paz.

*Profesor Asociado de la UTP

12 de Enero de 2023

4 COMENTARIOS

  1. La paz total solo es alcanzable con mandatarios que amen tanto lo público, que su trayectoria vital haya sido muestra de que su voluntad carece de la depredadora codicia por los parabienes de todos. Tu posees ese atributo. Claro es que tu trayectoria de vida es prueba irrefutable de tu convicción democrática y decente de la política. Adelante con el loable propósito de conducir a Pereira por el camino de la confraternidad y el desarrollo compartido con todos sus habitantes, basado en la garantía plena de los derechos y libertades y no en el festín de auténticas castas y asociaciones para delinquir que arribistas e inmorales han convertido el ejercicio del gobierno. Duro con el clientelismo y la corrupción que son los hermanos legitimos y de la violencia. En buena hora decides jugar tu nombre para hacer un alto en el camino y reformular la visión de la ciudad. Adelante y éxito en el despertar de las fuerzas cívicas y productivas de nuestro terruño. Un abrazo.

  2. La falta de paz entendida desde la violencia social y economíca que perenne ha acompañado a Colombia, tiene en su colombianidad en el exterior un signo muy visible del terrible impacto en la huida a los horrores de la desesperanza y el hambre. Por ello la ilusión de la paz total no es cosa solo del gobierno, es también de toda la sociedad incluida la que vive allende los mares. Bienvenida sea la esperanza por ella
    seguiremos en la brega, estemos donde estemos.

  3. Interesante profesor Victoria, es usted un gran vocero de la paz no solo para Pereira, también para el departamento, porque fenómenos perturbadores de la paz están por todos los rincones de los 14 municipios del departamento de Risaralda, adelante y cuente con el apoyo.

  4. Texto que provoca a seguir creyendo en la utopía, en la esperanza y a pensar en unos candidatos que hagan honor a ésta. Adelante Carlos Alfonso, no hay otro igual.

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