PENSANDO EN VOZ ALTA.
¡El diablo haciendo hostias! Dijo el venerable anciano, comúnmente El Ingeniero, que perdió las elecciones presidenciales por no aliarse con los politiqueros. Mi señor, ¿usted en qué país vive?. Fue justamente, por lo contrario, pues el pueblo cansado de miseria, explotación y exclusión había visto en usted una luz de esperanza dado su discurso frentero contra “la robadera” que preocupó a los de siempre, quienes, sin haber terminado el conteo de la primera vuelta adhirieron a su persona. El insufrible Fico, ya quemado, tomó los micrófonos y gritó a los cuatro vientos “Rodolfo, cuente conmigo”. Igual el desteñido candidato de Salvación Nacional, Enrique Gómez a quien vergüenza debería darle usar las banderas de ese gran colombiano que tuvo el coraje de darse el “mea culpa” y proponer otro modelo de régimen. Siguieron, sin dárseles nada, Uribe, Vargas Lleras, Gaviria, Pastrana, Jorge Robledo, la momia mal embalsamada; el barranquillero Cepeda, Char, María Fernanda, Paloma y el presidente Duque no desaprovechaba la oportunidad para direccionar el voto. ¿Cuáles politiqueros le faltaron? Ninguno. Todos estaban preocupados por la pérdida del poder y no era que les fuera significativo. Jamás, lo despreciaban por locuaz, ordinario y vulgar. Pero, no concebían que algún alternativo ganara. Pero, además, creían que lo manipularían.
Todos ellos descendientes de los que traicionaron a Bolívar y lo obligaron a renunciar; están ligados a quienes depusieron al general Melo, único gobierno popular antes de Gustavo Petro; son de los que mataron a Rafael Uribe Uribe; de quienes tumbaron a ese santo viviente llamado Marco Fidel Suárez que nos les cuadraba por ser “hijo bastardo” de una lavandera mueca; vienen de la ralea del asesino Abadía Méndez; de quienes aleccionaron al “travieso” Alfonsito para desestabilizar al gran López Pumajero; de los que dividieron el gran partido liberal en el año 45 entre dos grandes: Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán, para luego matar al último; amigos íntimos del “hombre tempestad”, generador de la más grande ola de violencia que ha vivido Colombia; de los que pactaron el excluyente Frente Nacional para repartirse el poder sin pudor y sin control legal; de los que robaron las elecciones al general Roja Pinilla para entregarlas al inepto “Patraña Borrego”. De los degradados que fueron capaces de llevar a la presidencia al antiliberal y siniestro Turbay Ayala. De quienes rechazaron y mataron al valiente Luis Carlos Galán para aupar al fracasado como ambicioso López Michelsen. De quienes admiraron y simpatizaron con los grupos paramilitares. De los que abandonaron al gran Belisario cuando planteó el diálogo como el mejor camino para salir de la violencia. De los que eligieron a Uribe Vélez; de los que se roban 50 billones de pesos al año. De los que no dejan gobernar a Petro. Por fortuna entre esos malandrines, como dice el alcalde de Cartagena, no están el gran Santos, ni mi querido Ernesto Samper, a quien por traer una propuesta popular le hicieron la vida imposible. ¡Aterrice, Ingeniero!
Jaime Bedoya Medina.