Por: DANILO GÓMEZ HERRERA.
Pregonero de tu historia (Periodista de Múnera Eastman radio en Medellín)
Ahora que estoy laborando en la ciudad de Medellín me he dado cuenta de la profunda influencia de las diferentes factorías, en especial las textileras, en el desarrollo del fútbol a partir de los trabajadores-jugadores. Fue allí donde se patrocinó a numerosos equipos que hacían las delicias del público en las jornadas dominicales disputándole popularidad al fútbol rentado que ya se jugaba en Colombia. Y lo que empezó como el apoyo de los familiares se regó como verdolaga en playa y las canchas del balompié aficionado tuvieron su cuarto de hora. Con mucho público.
Estos torneos dominicales de las fábricas en Medellín tuvieron su brillo entre 1949 y 1980.
Coltejer, Fabricato, Tejicóndor, Everfit y Vicuña, no solo eran nombres ligados a temas del mercado textil, ya que sus marcas lucían los domingos ante numeroso público que aplaudía a los calidosos de la pelota; y pasaron al mercado futbolero, porque vale recordar que Fabricato fue de gran impulso para salvar al Atlético Municipal de su desaparición, para convertirse en Atlético Nacional en 1950 con el soporte económico de la citada factoría.
La cancha del barrio Miraflores, La Marte cerca al Atanasio Girardot, La Floresta, Independencia y el Hipódromo estadio de Itagüí son considerados como los templos del fútbol aficionado en Medellín.
En Pereira y Dosquebradas.
En Pereira se evoca con nostalgia al equipo Gaseosos LUX que fue invencible durante muchos años en el panorama local. Pero además tuvo el enorme valor de proyectar futbolistas al campo profesional como “Kike” Salazar, Emilio Narváez, Diego “Pancha” Agudelo, Gustavo Santa, Augusto Ramírez y Alcides Ospina. Hernán Vega tenía el talento para ser futbolista profesional, pero prefirió el estudio. En este equipo fue gran protagonista nuestro colega Henry Carvajal Castro, un elegante volante creativo que alcanzó a estar bajo la dirección de López Fretes en el onceno Matecaña.
“Kike” Salazar, Gustavo Santa y Emilio Narváez lograron un puesto en la titular en el famoso “kínder de López Fretes”. Los dos primeros tuvieron la oportunidad de actuar en Atlético Nacional, siendo más exitosa la carrera del veloz puntero Santa. Narváez jugó en Deportivo Cali.
En materia de canchas se recuerda a Hilos Cadena en el sector de Kennedy, el mismo estadio Mora Mora fue cuna del fútbol aficionado, “Las canarias” en la UTP; el público del Barrio Cuba también disfrutaba el espectáculo en sus canchas populares; y ni que decir de la inolvidable cancha de Bavaria. Allí cerca al Puente Mosquera la gente llenaba la tribuna natural del talud en una policromía de celebraciones y aplausos. Eran llenos espectaculares para apreciar el mejor fútbol aficionado. En Dosquebradas se contaba con las canchas de Valher, Comestibles La Rosa y Paños 0mnes. Humberto López “Pulga”, otro entusiasta del fútbol, me recuerda que existían las canchas de Postobón, un peladero donde hoy queda la fábrica de Kosta Azul, al igual que la cancha de TPL.
Crecí en el Barrio la Capilla. En mi edad temprana, por allá en la década de 1970, Dosquebradas no tenía alcalde porque éramos corregimiento de Santa Rosa, y muchos de mis vecinos trabajan en estas fábricas. Mejor dicho, el sueño de cualquier familia era que alguien de su núcleo tuviera empleo en La Rosa y Textiles Omnes porque había muchos beneficios económicos y sociales.
Para ver aquellos partidos de fútbol no había tantas medidas de seguridad, precisamente porque el municipio industrial era muy seguro, muy tranquilo.
Quien escribe estas líneas era un aficionado fijo en Omnes y en La Rosa. En éste equipo jugaban los hermanos Valderrama, uno como arquero, le decían “el ñato”, y el mediocampista Darío Valderrama. Este último, qepd, fue figura con su equipo en la Copa Ciudad Pereira.
Eran los tiempos de una cancha con gramilla ubicada dentro de la fábrica a bordo de carretera. Por lo tanto mucha gente veía los partidos de cachete. Más de una vez dejé de ver al Pereira por presenciar esos partidazos en las canchas de La Rosa y Textiles Omnes.
“Mindilí” Soto y “Parpadeo” Gutiérrez
De Arley “Mindilí” Soto tengo la certeza que laboró en el antiguo Seguro Social, pero jugaba para Textiles Omnes, donde compartía con Wilson Cano, Omar y Gonzalo Loaiza, “El flaco” Ospina, Aldemar “Garrincha” Arizmendi, “La Gata” Mejía y el gran zaguero central Javier Posada, entre otros. En esos terrenos que hoy ocupa el intercambiador de Megabus fueron admirados muchos futbolistas de la barriada. No existía la táctica. Todo era talento puro. Fintas, gambetas y paredes. Y en el ataque de Textiles Omnes el que se robaba los aplausos era el popular “Cáscara”, Gustavo Marín Hincapié, quien desde sus tiempos con el equipo del Batallón San Mateo hizo famosa su “bicicleta”, jugada clásica de técnica pura; además de sus desbordes electrizantes y precisos centros. En este equipo se recuerda a arqueros como Jorge González, Miguel Gutiérrez y Wilson Cano, quien jugaba en varios puestos.
En esa zona se pasó del megafútbol al Megabus. Infinitas gracias a los Toulemonde, dueños de textiles omnes, por lo que hicieron por Dosquebradas como generadores de empleo y entretenimiento. ¡Qué tiempos aquellos cuando los chicos nos deleitábamos con ese fútbol de potrero que nos regalaban estas promesas del deporte rey!
He mencionado en estas líneas a Arley “Mindilí” Soto y Néstor “Parpadeo” Gutiérrez porque tuve la oportunidad de verlos con el Deportivo Pereira. Primero en el torneo de reservas patrocinado por Postobón, cuando el equipo orientado por Ángel Chávez logró el título a nivel nacional en 1978 en la Copa Colombiana.
En el medio campo matecaña de reservas estaban Olmedo Tamayo, “Mindilí” y “Parpadeo”. Un sector que generaba mucho fútbol. Soto, proveniente de Dosquebradas y Gutiérrez, un dominador de balón, del barrio Berlín. Pero, claro, en esa época solo les daban algunos minutos en el equipo profesional. Y del Barrio Villavicencio surgieron Adán Giraldo, Edgar “Gualo” Giraldo un lateral zurdo de buena técnica y el puntero Jorge “Nalgas” Giraldo.
El año 1979
El estadio: Hernán Ramírez Villegas
El hecho: el autor de esta nota ya laboraba en la radio y recuerdo un domingo que esperábamos la lista de los once titulares junto a la puerta del camerino sur. El técnico Gilberto Osorio nos alegró con la noticia de que en ese partido del Pereira frente al Tolima Néstor Gutiérrez sería titular. El antioqueño le dio minutos en varios partidos.
En cuanto a “Mindilí” Soto éste prefirió conservar su empleo en el Seguro Social que lanzarse por la aventura del fútbol profesional cuando el terreno solo estaba abonado para los extranjeros y algunos veteranos criollos. Didier, es un hermano de “Mindilí”, quien tuvo sello de crack y le decían “trapeadora” en el fútbol aficionado de Pereira.
Muchos de los jugadores de Gaseosas Lux luego pasaron a integrar el poderoso equipo de Heladería Tropical con Gustavo y Gilberto Santa. Otros oncenos que hicieron época en Pereira en el fútbol aficionado fueron Jarcano y Drogas Don Saludero que tuvo dos grandes arqueros, Hernando Arias y Guillermo Muñoz, a quienes Wilson Cano les aprendió muchos secretos del arco.
La anécdota: En los tiempos del torneo de reservas estos jóvenes siempre jugaban el preliminar al partido profesional del Deportivo Pereira. Por lo general el guardameta titular era Gustavo Pérez y el juvenil Wilson Cano era el suplente.
Cuando los partidos se complicaban, entonces Ángel Chávez miraba al banco y le decía a Cano que se cambiara el buzo porque iba a ingresar como delantero. Más de una vez el hijo de “Canito” le salvó la papeleta al entrenador paraguayo. La verdad es que Wilson Cano siempre fue un jugador de talento y definición. En años recientes Wilson Cano ha sido un exitoso entrenador de la Selección Risaralda y preparador de arqueros del Deportivo Pereira. Actualmente dirige al reconocido Club Sócrates Valencia.