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Director Fundador

ActualidadEl método de Baunsheidt

El método de Baunsheidt

El método de Baunsheidt forma parte de los métodos de estimulación cutánea, conocidos desde la antigüedad en medicina; en la utilización externa de estimulantes, el interior del cuerpo se guía según el exterior y todas las secreciones externas constituyen un remedio curativo para otras enfermedades. Carl Baunsheidt (1.809-1.872) científico y mecánico de precisión, fue el primero en sistematizar el método de la pustulación, es decir la formación de pústulas a nivel de piel, entendiendo por pústulas pequeñas acumulaciones de material purulento y gracias a una experiencia personal concluyente, sin tener conocimiento de los respetables métodos de la medicina antigua. En 1848 fabricó un innovador instrumento de aguja, «el despertador de vida» e inventó una mezcla oleosa para la estimulación cutánea que debía aplicarse con un pincel sobre las zonas de la piel punzada. A consecuencia de ello aparecía una erupción y las enfermedades desaparecían, incluso las hasta entonces resistentes a tratamiento. La Facultad de Medicina de Bonn recibió este método con tal entusiasmo que, hasta el descubrimiento de la quimioterapia, éste gozó de una gran fama en todo el mundo occidental.

Los libros de Baunscheidt se tradujeron a todas las lenguas importantes del mundo y en 1923 se imprimió la edición número 18 de su obra maestra. El índice de indicaciones consta de aproximadamente 56 indicaciones, dentro de las cuales podemos citar las siguientes: Enfermedades de tipo reumático, artrosis, artritis. Reumatismo articular primario crónico, gota y reumatismo de las partes blandas. Enfermedades de órganos internos, enfermedades de los ojos, faringe, amígdalas, laringe tráquea, bronquios, pulmón, estancamiento biliar, colecistitis, cálculos, atonía gástrica, flatulencia, diverticulosis, hemorroides, inflamación de los riñones y la vesícula biliar, prostatitis, gripe, parotiditis, rubéola, tos ferina, varicela, migrañas, depresiones climatéricas, insomnio y anemia. El principio de esta terapia se basa en la punción hasta la dermis de la zona a tratar es decir una zona refleja de regiones corporales internas. El instrumental ha ido evolucionando desde los tiempos de Baunscheidt hasta nuevos aparatos de fácil manejo y esterilizables. En la mayoría de las indicaciones es necesario aplicar el aceite de Baunscheidt después de la punción, por desgracia se llevó su receta original a la tumba, aunque se han desarrollado algunos compuestos similares que tienen un efecto de confianza. La superficie a tratar debe estar bien depilada, porque los pelos se pueden pegar a las pústulas y provocar supuraciones durante la curación independiente del compuesto utilizado se debe aplicar con la mano enguantada. Se podrá apreciar enrojecimiento de la piel en la etapa inicial con ampollas y posteriormente pústulas. La presencia de fiebre después del tratamiento es una reacción favorable, al igual que una sensación de gripe acompañada de fatiga y dolores de cabeza, como en caso de insolación. En todos los casos en que se presenten síntomas concomitantes mayores a una reacción de la piel demasiado intensa es necesario eliminar las molestias resultantes. Es así entonces como esta terapia humoral de Baunscheidt se plantea como otra posibilidad más en el manejo de muchas patologías crónicas y degenerativas.

Gustavo Adolfo Guacaneme González

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