Grigori Yefímovich Rasputín fue un místico ruso, convertido en consejero espiritual del Zar Nicolás II y su esposa Alejandra, pertenecientes a la dinastía Romanov, cuya influencia fue nefasta para la Corona y para Rusia. Este personaje que gozó de fama de hombre santo, pese a su desenfrenada vida sexual, se desprendió de la Iglesia Ortodoxa Rusa, originando una secta llamada los Flagelantes, la que sostenía que la paz espiritual y el camino de la salvación se obtenían a través del dolor, sometiéndose sus miembros a castigos físicos como parte de su educación espiritual. Sin embargo, como el placer y el dolor son tan cercanos, una de las actividades más frecuentes de la secta fueron las orgías apoteósicas, en las que todos se confundían entre sí sin distinción de género, practicando el sadomasoquismo, la zoofilia y hasta la necrofilia en largas sesiones que solo terminaban por el agotamiento, llegando a la contrición, el último paso del arrepentimiento profundo, del que salían purificados. Conocido por sus poderes curativos ejercido sobre el hijo varón de los Zares, el Zarevich Aleksiev, quien sufría de grave cuadro hemofílico, su integración a la Corte se dio por los padecimientos que cada vez eran peores en el heredero a la Corona, por lo que en una gran hemorragia Rasputín logró acercarse al pequeño príncipe, frenando su sangrado, hecho que deslumbró por su poder a la zarina Alejandra. Pronto, pasó de oficiar de médico personal a opinar y decidir sobre los asuntos de Estado. El momento de Rusia, la ausencia del Zar por estar en el frente de lucha en la primera guerra mundial y el poder desbocado que Rasputín ostentaba, hicieron que varios aristócratas y hombres de negocios, pensando en salvar al régimen, se unieran para eliminarlo en la noche del 30 de diciembre de 1916. Cualquier parecido con la realidad que hoy vive el país, que atónito y perplejo observa cómo intempestivamente Armando Benedetti regresa y presenta su renuncia a la Embajada ante la FAO, posesionándose como asesor presidencial, cargo al cual él se autonombró y dio a conocer a los medios, antes de que el mismo Petro lo hiciera, lo hacen ver como Rasputín, dueño del poder y de la suerte de la República. El hecho, demuestra con claridad meridiana a las Cortes y a los colombianos, que los audios conocidos en junio de 2023 en donde Benedetti le dice a Laura Saravia que él consiguió 15 mil millones de pesos para la campaña Petro, más todos los votos de la Costa, recalcando que bien sabe cómo se recaudaron, son absolutamente ciertos y como se dice en el argot popular, le tiene la “manguera pisada”. “Lo que te estoy diciendo Laura es que ese tratamiento tuyo de ayer y del presidente, marica, yo no sé, lo que te estoy diciendo no es una amenaza, esto me puede emputar, pateo hijueputa, y ahí si nos caemos todos hijueputa”. En la foto publicada por la prensa dónde aparece Petro en el despacho presidencial, reunido con Benedetti y Saravia, poco antes de asumir como asesor, bajo la dirección de Saravia, su antigua integrante en la UTL del Senado y cuya oficina será contigua a la del Presidente, se ve a un Petro arrellanado en su silla, en una actitud, más de sumisión que de jefe de gobierno. El reconocimiento de Rasputín de la recaída en su proceso de rehabilitación del alcohol y las drogas, lo pone en igualdad de condiciones al presidente adicto, según él, al café, que lo pone a desvariar llevando el virus de la vida por las galaxias planetarias mientras destruye lo construido, convirtiendo la histórica Casa de Nariño, sede de Gobierno, en casa de rehabilitación de enfermos alcohólicos y drogadictos.
Alberto Zuluaga Trujillo. Alzutru45@hotmail.com
El señor Camacho si es que se puede llamar señor si es un lame suelas, desconocedor la realidad del inepto predidente es no tener ni un centímetro de cerebro y muestra su patanería al escribir en términos bobalicós unos argumentos carentes de sentido pero llenos de ignorancia.
seguramente el columnista Alberto Zuluaga se traba con lo que caiga al lado del presidente Petro y consumen de lo mismo ya que lo afirma con tanta seguridad….lo que le gusta a este pobre columnista calumniador es difamar de Petro pero que no le toque al matarife y corrupto de Uribe…vaya sígale lamiendo los zapatos del dueño del ubérrimo
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