“Los nombres de la escritora Isabel Allende y del nobel Gabriel García Márquez, Figuran en una lista de autores de 673 obras literarias que fueron retiradas este año de las salas de profesores en el condado de Orange (Florida)”
BBC News
La reciente prohibición por parte del estado republicano de La Florida en Estados Unidos, para que diferentes autores de la literatura universal incluyendo algunos premios nobel no puedan ser leídos en las escuelas, me trae a la memoria un personaje siniestro del siglo XV en España que fuera consejero espiritual de la reina Isabel: Tomás de Torquemada.
Fue Tomas de Torquemada, sacerdote Dominico el primer inquisidor general, confesor real de la orden de predicadores y consejero de la reina Isabel. Perseguidor implacable de musulmanes y judíos, quienes no tuvieron otra opción que declararse conversos, a cambio de ceder sus bienes a la orden de Torquemada, quien de paso logró una considerable fortuna personal. En calidad de inquisidor general, con el auspicio y la protección de los reyes católicos Fernando e Isabel, fueron famosos y despiadados sus métodos de confesión: “Debido al uso generalizado de la tortura para obtener confesiones y a la defensa de la quema en la hoguera de los culpables, el nombre de Torquemada se ha convertido en sinónimo de crueldad, intolerancia religiosa y fanatismo”.
Durante los diferentes periodos de la inquisición española, se publicó el índice de libros prohibidos en 1551, reeditado 12 veces hasta 1872, cuando los intelectuales españoles comenzaron a ver en estas prohibiciones el gran obstáculo para el saber. Joseph Pérez, hispanista francés escribió: Estas prohibiciones representan un obstáculo importante para el ejercicio del libre examen y del espíritu crítico, ya que mucho más que la ciencia y la literatura, el humanismo fue el blanco de las sospechas y de la hostilidad de los inquisidores, porque según ellos el espíritu crítico, no condena la herejía”. Así fue como se castró el pensamiento crítico en la España inquisorial.
Es curioso que en un país como Estados Unidos (adalid de la democracia y de las libertades), donde es más fácil comprar un arma que un libro, se expidan fraccionariamente leyes como la aprobada por el congreso de La Florida y firmada por el gobernador republicano Ron Desantis, la ley HB1467 de marzo de 2022 que exige restringir los libros que tengan referencias sexuales y contenido LGTBIQ por no considerarlo apto para niños. Esta prohibición ya se extendió al estado de Texas, y seguramente lo hará al resto de los estados, donde los republicanos son mayoría, sin importar que el jefe de jefes del partido republicano esté hoy acusado de pedófilo y, aparezca señalado en una lista de clientes Epstein. La pena por no retirar estos libros va desde el retiro de la licencia para enseñar hasta una sentencia de 5 años en prisión. Entre otros libros vetados aparecen las biografías de la activista de los derechos civiles Rosa Parks y la del Dalai Lama.
Por fortuna no todas las asociaciones de lectores son republicanos y mojigatos, como lo expresa Sabine Baeta del programa libertar para leer de Pek América “Sin obras literarias los estudiantes se quedan sin contexto”. Esta prohibición republicana puede resumirse como “El diablo haciendo hostias”. ¡Qué vergüenza!
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Enero 2024