Por Eduardo Montoya Pérez
Fuimos criados bajo el dogma de que nacimos sólo para un hombre o una mujer, idea que nos han metido desde niños.
Cuando nuestros padres deciden tener algunas aventuras fuera del matrimonio, sus parejas se rasgan las vestiduras, pero porque Dios nos hizo solo para una persona, se quedan ahí resistiendo y aguantando.
Tocar el tema del poliamor es casi un pecado y si estuviéramos en la época de la inquisición, sería, y aquí especulo, algo del diablo. De hecho, nadie nos recuerda que, desde la historia, en la antigua Roma y Grecia, el poliamor, las fiestas swingeres, tener relaciones placenteras con hombres y reproductivas con mujeres, eran prácticas comunes.
Entendamos que el poliamor “consiste en amar a varias personas a la vez, de forma consensuada, consciente y ética». Quienes lo defienden consideran que el amor no tiene que estar restringido, porque si quieres a alguien deseas lo mejor para esa persona y eso incluye poder ampliar su vida amorosa y sentimental. La única condición es el amor entre las personas y la aceptación de la relación por parte de todas ellas” (Madrid, s.f.)
En ese orden de ideas, se compone de una relación de tres o más, obviamente con unas reglas donde no se vulnere la integridad de los otros en la relación, estableciendo cuales comportamientos son aceptables entre las personas inmersas en la relación. Estas normas no son impuestas por la sociedad, se concertan al interior de quienes aceptan vivir plenamente su amorío.
También tengo que decir que esta clase de relaciones no son exclusivas de personas LGBT+.
Sin dudar, la historia de mi amigo Manuel José Bermúdez, con sus esposos Víctor Hugo Prada y John Alejandro Rodríguez, le dio la vuelta al mundo, pero cabe anotar que en la actualidad hay muchas personas heterosexuales que deciden abrirse a una relación poliamorosa, rompiendo los prejuicios y estereotipos.
Pero ¿Estamos preparados para vivir en una relación poliamorosa? Uy!, la verdad no lo sé, esa respuesta no la puedo dar yo, la debemos dar desde nuestra intimidad y preguntarnos qué tanto estamos preparados para compartir nuestra mente, corazón y cuerpo, al mismo tiempo, con más personas y cómo generar acuerdos con las parejas.
Lo que si creo que muchos hemos vivido, es tener un arroz en bajo, lo que pasa es que somos egoístas y no ponemos el tema en la mesa con madurez, acuerdos claros y sinceros despojados de nuestros egos, para vivir el amor con varios.
Estuve consultando y veo que son más nuestros propios temores donde, por supuesto, me incluyo, que la visión cosmopolita que el mundo nos abre. De hecho en Medellín y en Bogotá existen grupos de Facebook donde se puede despejar dudas, las cuales me atreveré a dejar, para quienes se animen a consultar más sobre el tema.
http://poliamorbogota.weebly.com/
La invitación es a vivir más plenamente, sin miedos, amar sin medida y explorar. El amor está en todos los colores y nadie es experto en la materia para juzgarlo o señalarlo.
Referencias
Madrid, P. (s.f.). Poliamor Madrid. Obtenido de Poliamor Madrid: https://poliamormadrid.org/pero-que-es-eso-del-poliamor-dudas-y-preguntas-frecuentes/
Es roper con muchos paradigmas, no solo con la sociedad, si no con uno mismo, pienso que aun vivimos en una cultura muy cerrada a este tipo de relaciones, en lo personal no creo estar preparado, soy de los que piensa que un tercero sobra en las relaciones, quizá sea conservador, anticuado no lo sé, ahora bien es totalmente respetable el hecho de que algunos no estemos de acuerdo con ello no quiere decir que toda la sociedad piense igual, más en estos tiempos donde es un mundo cambiante donde las personas buscan más y nuevas experiencias, y está puede ser muy significativa……
Un gran cambio ante la mentalidad aún que respetando conceptos de comunicación . Asertividad. Union. No es fácil una relación poliamorosa pero es chévere …