La historia de las fiestas de la cosecha se remonta a la realización de las ferias de Pereira a finales del siglo XIX, se realizaban dos veces al año, en febrero y agosto, fueron creadas con el fin de mostrarse como una gran ventana comercial ilustrando las bondades de estas tierras y sus riquezas en materia agrícola y pecuaria a locales y nacionales, las ferias de Pereira se hicieron a gran fama y reconocimiento, no solo por la importancia económica que representaban sino también por su connotación de integración social donde se realizaban carnavales, eventos artísticos y culturales. En los años veinte el Concejo municipal institucionalizó las fiestas de la cosecha en el mes de agosto coincidiendo con el aniversario de la ciudad, la Sociedad de Mejoras de Pereira fue gran promotor de estos eventos llenos de alegría y carnaval, desde los salones del antiguo Club Rialto se institucionalizó la famosa fiesta del baile típico campesino en honor a nuestros campesinos y chapoleras. El espíritu de las fiestas de Pereira siempre fue el de conmemorar y homenajear a nuestros ancestros y fundadores, los prohombres que hicieron posible esta tierra, resaltando las costumbres, la tradición campesina y la cultura cafetera, especialmente agradeciendo el esfuerzo de los recolectores de café y nuestras mujeres libres (las chapoleras), que desde el campo y desde el seno de su hogar, fueron ejemplo de tenacidad para sus familias y el progreso de la sociedad pereirana, especialmente en la primera mitad del siglo XX. Después se institucionalizarían eventos de gran importancia para las fiestas como el Concurso Nacional del Bambuco en honor a nuestro poeta Luis Carlos Gonzales, la fiesta del traje típico o los carnavales y comparsas universitarias entre otros. Sin embargo hoy en día muchas de estas actividades, producto de la herencia se han perdido; de nuevo volvemos este mes a una nueva versión de las fiestas donde años anteriores hasta su nombre quisieron borrar de la historia. Hoy en día el espíritu de las fiestas se ha ido perdiendo, el de exaltar nuestra identidad e idiosincrasia campesina, indudablemente muchas tendencias y ritmos modernos han surgido y las manifestaciones culturales son diversas, pero esto no amerita la pobre programación cultural y de falta de identidad en esta nueva versión. Cada vez más lo que interesa es deslumbrar con conciertos de altos costos con artistas nacionales y extranjeros, primando más el show y el chupe, que el espíritu de la celebración. Este año el alcalde anuncia las mejores fiestas de la historia, olvidando mencionar que son las más costosas, recursos que salen de nuestro propio bolsillo, con un presupuesto de $9.200 millones, que si le sumamos otros recursos de logística incluido el personal operativo y las horas trabajo de la administración y sus contratistas podría estar llegando a los 15.000 mil millones. Nada es gratis, donde la empresa GPS SAS, de nuevo vuelve a ser la ganadora y la organizadora de las fiestas desde el año 2016, matrimonio de logística de por vida con los mandatarios de la administración municipal, donde serán contratados a través de la Secretaria de competitividad más de 20 artistas nacionales e internacionales que según los pliegos del proceso de licitación oscilan desde los 90 millones hasta los 1.000 millones, llamando la atención el contrato de dos artistas, uno por la suma de $859.040.000 y otro por $998.640.000 millones. Indudablemente la prioridad del alcalde Salazar no es cuidar el bolsillo de los pereiranos, esperemos que esto no le pase factura cuando saque la ponchera para cobrar obras por medio de la tasa de valorización. De ahí la frase (Pan y circo) del poeta latino Juvenal en la antigua Roma para mantener la popularidad de los mandatarios.