Por JUAN GUILLERMO ÁNGEL MEJÍA
El coronavirus ataca con mayor virulencia a aquellos pacientes que padecen otras enfermedades; de igual manera la pandemia golpea a los países que sufren de males como: un alto endeudamiento, desempleos de dos cifras, enfermos por corrupción, de gobiernos sin mayorías para producir cambios de fondo para atender a una sociedad inconforme.
Ni siquiera en el crac mundial de los años treinta, Colombia sufrió una contracción de la economía comparable a la que deja la pandemia, causa a la que hay que sumar el pasado reciente de un gobierno que duplicó el endeudamiento acumulado durante toda la vida republicana y para completar el despilfarro, siete reformas tributarias en serie, así que esta suma de dolamas es secuela y causa del desastre.
Son tiempos turbulentos: pandemia que empobrece y embrutece, guerras raciales y religiosas, desordenes sociales en las cuatro esquinas del mundo, las calles como espacio para el choque violento, abusos de la policía que han causado dolor y luto aquí y allá, vándalos, saqueadores y valentones hiriendo y blandiendo crueles armas, noticias y escándalos prefabricados, políticos de aquí y de allá pescando en río revuelto; así que lo que nosotros creemos es único, no es un hecho inédito ni fortuito, es más bien una complicación de males.
Se equivocan quienes auguran la apoteosis de la extrema izquierda, y que un estado totalitario está a la vuelta de la esquina; error de quienes piensan con Goebbels, el estratega de Hitler, que “el dueño de la calle es el dueño de las urnas”. En España y en Ecuador la izquierda perdió estruendosamente, así mismo lo que está ocurriendo en Colombia hizo tránsito, la candidata Fujimori, ningún dechado de virtudes, recuperó los 20 puntos con los que perdía con su rival socio comunista en el Perú; las urnas están dando el veredicto una vez que la gente prueba, en carne propia, el sabor del gobierno de la extrema izquierda: destructor, opresor y autoritario.
La marcha no tiene timón, porque es una explosión generalizada de la cual se creen dueños unos pocos vanidosos peces gordos, quienes no responderán por los impagables y gigantescos daños materiales, mismos a quienes tiene sin cuidado las muertes causadas: unas por las balas, otras por las rocas y sobre todo por las defunciones causadas por la falta de oxígeno para los que se asfixian, por la falta de transporte para llegar a los hospitales, por el hambre que incrementa las víctimas de esa pregonada paz que causa una muerte silenciosa y cruel; así que no todas las venganzas son oscuras, ni todas las marchas son pacíficas.
El gobierno sin capacidad de maniobra en el legislativo, golpeado por la equivocada reforma tributaria podría, apoyado por una opinión que quiere respuestas, proponer cambios que terminen con los privilegios legales y odiados de: magistrados, congresistas, burócratas y gerentes de entidades que reciben los impuestos disfrazados y de los cuales hacen fiestas, cuando la gente se ha dado cuenta que además de que muchos de ellos son corruptos, gozan de lo que no merecen.
Esta es una oportunidad para acometer una reforma seria que atienda las aspiraciones de los que sienten que no hay futuro; de un país que debe reinventarse sin caer en el funesto extremismo; aprovechar la crisis para proponer un estado que garantice los derechos fundamentales de todos y no de unas minorías; las unas dueñas de todo y las otras convertidas en una masa que se siente poderosa y dueña de lo que no le pertenece.
La palabra más repetida en todo este episodio es pacífica, sin embargo, si paz es respetar los derechos de los semejantes, lo que hemos visto es la fiesta del odio que acompaña a la violencia, prueba de ello son los corredores humanitarios que no son cosa distinta que el reconocimiento de que los bloqueos son actitudes anti humanitarias.
Excelente radiografía del panorama nacional, desafortunadamente ahora las reuniones en palacio tan solo servirán para darle más prebendas a los maestros que son los iniciadores e incitadores a las protestas, tan solo servirá para darle más fuerza a los sindicatos, saldrá fortalecida las manifestaciones pacíficas aunque una vez terminadas se desate el pandemonio de los terroristas urbanos sin ley ni quien los controle, no porque no haya Policía y no sea capaz, es la forma como las ONG derechos humanos de izquierda con mentiras se burle y acuse a la policía de atacar las marchas pacíficas, de los muchachos muertos nada que decir porque ellos se lo buscaron, escogieron la violencia y en eso es precisamente que ella termina, de nuestro gobernante si llegar al odio visceral o a la pasión desenfrenada causada por el rencor o el odio, tengo que decir que realmente como está gobernando nos sale a deber a los colombianos, nada de lo prometido en su campaña ha sido cumplido, tiene falta de visión de inteligencia para visualizar el futuro próximo, más cuando el mismo país se lo estaba advirtiendo, le falta carácter para tomar decisiones radicales que debe tomar un gobernante en su debido momento y no después de que todo se haya salido de su cauce, es muy crédulo en los noticieros y creo que aún sabiendo como son las cosas de los actos de terrorismo urbano, apalea a la policía porque sus hombres y mujeres defienden su vida e integridad, deduce muy fácil y rápido que quienes tienen la razón son los terroristas urbanos y los malos los agentes de policía, es demasiado temeroso de los golpes de opinión que le da la prensa y más a los decires de ONG ONU OEA UE y algunos gobiernos del mundo, permite que se entrometan en los asuntos meramente nacionales, conociendo al enemigo y sabiendo que viven en la misma casa, no toma acciones para neutralizarlo, solo tiene ojos mente e inteligencia para la pandemia mientras el resto de problemas del país se lo comen vivo.
Excelente e imparcial su columna
👏🏻👏🏻👏🏻
De acuerdo con el autor,independientemente de la orientación ideológica.Lo que más me llegó de su escrito,es su alucion a la palabraPACÍFICA,estoy mamado de que los medios oculten o disfracen,que los bloqueos de vías urbanas y rurales,nada tienen de pacífico.
Es lo mismo que sentimos todos expresado es su excelente pluma.