En la Miscelánea pasada me referí muy brevemente al tema de las Fiestas de Pereira, básicamente para celebrar que hayan vuelto a adoptar el nombre de Fiestas de La Cosecha y que hayamos pasado la horrible noche de las Fiestas del “Chupe”, denominación que, además de burda y ordinaria, representaba una fractura moral de nuestra sociedad, ya que, una cosa es que el consumo de alcohol sea una práctica legal y socialmente tolerada y otra cosa es que desde la institucionalidad y las autoridades se promueva el consumo y nos enorgullezcamos y nos vanagloriemos de los vicios y de la decadencia.
El hecho de que sean las licoreras los principales patrocinadores de las fiestas no justifica que el concepto mismo de la festividad se minimice y se reduzca a la mera ingesta etílica, cuando el espectro desde lo cultural y lo social es mucho más amplio.
Teniendo claro que las fiestas son las de La Cosecha y no las del Chupe, aunque chupemos, y faltando el cierre que será este próximo fin de semana con el Superconcierto, me anticipo con algunas impresiones.
Esta administración, con su actitud, ha logrado entusiasmar a la comunidad para que participe en los diferentes eventos programados y, el principal acierto, desde Desarrollo y Competitividad, ha sido la reactivación económica centrada en las muestras y ferias artesanales y gastronómicas, así como el espacio ya consolidado para los emprendedores en el Bulevar de la Circunvalar, que en esta edición salió muy bien, con la gran afluencia de público y la providencial ayuda del clima.
Al referirme a la actitud, me refiero al espíritu y a la iniciativa que se tuvo en la alcaldía de decorar temáticamente cada uno de los pisos del Palacio Municipal, actividad en la que se involucraron funcionarios y contratistas y que en esta oportunidad tuvo muy buena respuesta y salió muy bien en términos de integración. Les quedó muy bonito todo, mucha creatividad y recursividad; una pena que no hubiera sido más visitada por la ciudadanía, ya que el palacio por estos días anda en cambio de ascensores y el flujo de público es limitado.
El Carnaval de la Cosecha debe acentuarse y consolidarse en su concepto de muestra y degustación de los principales carnavales y fiestas de Colombia, y para ello, desde ya, se debe ir pensando en los gestores, las delegaciones y en la logística para 2025, tal como hacen en Riosucio, donde el carnaval aun siendo cada 2 años, la preparación es permanente, empatando el carnaval que termina con el que sigue. El aspecto a mejorar, tiene que ver con la cultura del Carnaval como evento, haciendo mayor pedagogía y divulgación para que la gente conozca y haga un mejor uso del recorrido en toda su extensión y puedan disfrutar todo el potencial de la fiesta en todos sus componentes, las comparsas, los disfraces, la música y poder generar, en un futuro no lejano, que la gente se integre y haga parte del carnaval como sucede en Barranquilla y en Pasto.
Finalmente, a futuro se deben asegurar mejor las convocatorias, porque la oferta de eventos en la presente edición ha estado muy variada, pero en algunos casos la gente no se ha enterado, como por ejemplo los conciertos de Rap y Música Electrónica, en los cuales había aforo disponible e incluso gente para entrar, pero sin boleta.