La honestidad es la cualidad por la que se merece la confianza. Es un valor fundamental en cualquier ámbito de la vida, que contribuye a un mejor desempeño en la vida profesional como también, en el desarrollo de las empresas. Y hablando de empresas, no es precisamente la virtud que goce del mayor aprecio en el mundo de los negocios, pese a que su práctica lleva a conductas sanas y organizaciones sólidas, permitiendo optimizar la comunicación entre los miembros del equipo, evitando mal entendidos y conflictos. El fomento de la honestidad desde los niveles más altos de la organización, asegura el cumplimiento de los códigos de ética y conducta establecidos. Combinarla con la asertividad, hace del dirigente empresarial un líder capaz de lograr con éxito el propósito trazado. Esta práctica empresarial implica transparencia e integridad en todos los procesos e interacciones comerciales, no siendo solo una conducta moral, sino una estrategia inteligente para construir una reputación sólida y ganar la confianza del mercado. En la construcción de una cultura empresarial, la honestidad es fundamental, acompañada de la transparencia, la pasión, la orientación al cliente, la calidad y la responsabilidad social, que necesariamente tienen que ver con la misión corporativa que define la razón de ser y sus objetivos inmediatos, como también con la visión, que establece sus aspiraciones a largo plazo. Construir una marca empresarial no es nada fácil, y menos ahora, cuando el “Gobierno del Cambio” con sus funestas reformas sociales y tributarias, en vez de propender por el crecimiento de las mismas las asfixia y ahorca, abocándolas, cuando no al cierre, al despido de personal por sus dificultades en cumplir con sus obligaciones parafiscales y laborales, aumentando aun más el alto desempleo existente. Para que los consumidores perciban una marca como fiable, las empresas deben operar bajo un esquema de transparencia en todos sus aspectos inherentes, valga decir procesos internos, condiciones en que prestan sus servicios, estrategias de marketing y precios. Todos ellos deben estar alineados con valores de marca que promuevan la sostenibilidad, la inclusión social y el enfoque en el consumidor, entre otros. El impulso de los valores corporativos como principios que definen los criterios con respecto a la forma de trabajo, la colaboración interpersonal y el bienestar de los empleados, es lo que en definitiva construye y hace sólidas a las empresas. En nuestra región, la marca Caminos, concesionaria de los vehículos Chevrolet, apostó desde su fundación el 4 de septiembre de 1998, por una Pereira más competitiva, ofreciendo a los pereiranos y residentes del Norte del Valle, ampliado al Quindío y hoy a Caldas, los servicios de venta, talleres, repuestos y soporte técnico de una marca de alto reconocimiento, la que, gracias al empuje de sus directivos y en especial de su gerente general, Doctor Felipe López Hoyos y al fortalecimiento de la compañía, atiende con impecable compromiso en sus sedes de Pereira, Armenia, Cartago y Manizales, luciéndose en el 2012 con la imponente vitrina y talleres de Belmonte, su sede principal, ocupando durante 19 años consecutivos los primeros lugares en el Club del Presidente, programa establecido por General Motors Colmotores para reconocer la integralidad en el excelente desempeño de sus concesionarias. Estas líneas no tienen otra finalidad que la de exaltar la extraordinaria labor de una empresa nuestra, al constatar como clientes en distintas oportunidades, su magnífica atención y en especial su honestidad. Sometido nuestro vehículo a una revisión por recalentamiento producido por un fallo en el baipás que lleva el agua del refrigerador al motor, fuimos notificados de las necesidad de realizar una prueba de comprobación de que este no hubiese sufrido a consecuencia de la posible alta temperatura generada, arrojando un parte positivo al término del procedimiento, cuando bien pudo aducirse daño grave, y obtener unos dineros, muy por encima de los realmente cobrados. La honestidad genera confianza y esta a su vez, compromete el apoyo a una empresa nuestra, que jalona el progreso y el desarrollo de una región tan importante como es el Eje Cafetero. Gritar esta conducta a los cuatro vientos, debiera ser una consigna que responda al reconocimiento de una virtud, hoy en desuso y poco practicada.
Alberto Zuluaga Trujillo alzutru45@hotmail.com