- Cuarentena de humanidad en foco excelencia. «Dieciséis día con lo mejor posible en capacidad».
- Libre pensamiento y expresión de ideas en creatividad. Formas de ver la vida y humanidad sin daño. El miedo a la diferencia, divergencia, discrepancia.
El género humano expresa su temor a la soledad con la pregunta sin resolver en toda la ciencia alcanzada respecto de donde será posible encontrar vida en el resto del cosmos.
Hace tres julios pasados, en 2021, el desfile libertario y sin muros vivido en seis kilómetros por el río Sena y todo el epicentro histórico y cultural de París, ciudad del amor, libertad, ideas, creatividad, arte, expresión, cuna de los derechos, esa mega performance vista ya más de cinco mil millones de veces, tuvo la versión Tokio 2020 en el encierro de un estadio olímpico con tribunas sin público, ausencia de espectadores por la pandemia que según el Vaticano nos dejaría para el mundo mejores o peores como especie. Pasamos de aquella desolación a más de trescientos mil corazones palpitando ahí, en presencia física, a lo largo de aquellos seis mil metros invadidos de excelencia humana.
Cada vez que veo esta síntesis de excelencia en la más grande puesta en escena durante los juegos olímpicos y paralímpicos, después de semejante paroxismo existencial, siento que puedo cerrar mi tiempo en paz y salvo con este baile terrenal. Son cuarenta días para apreciar el sentido de vivir. Este momento de tregua por la paz posible, nos pone presente en sentido de gratitud que valió la pena venir a ser parte de esta especie con todas las consecuencias disfrutadas y aquellas que no hubiéramos querido ver ni vivir.
La Vie in excelsis, todas estas sílabas en mixtura latina el origen raíz del adn lingüístico latino que nos define nuestra versión de la vida en occidente con el eurocentrismo que nos marca sin remedio, incluida toda América con su sección latinoamericana. Cuatro horas en una secuencia de actos consecutivos televisados para ser vistos en todas partes, nos mostraron miles de movimientos expresivos de diversidad, la esencia de la naturaleza humana. Cada gesto, cada movimiento, cada acto, está provisto ahí en París 2024 con distintas facetas de creatividad e ideas libres, del talento y la disciplina juntos en sincronía exacta resultado de años, la vida entera de preparación para alcanzar lo más lejos, lo más fuerte y lo más alto posible en el mundo de la gloria deportiva.
Hay que dejar el miedo por las otras miradas de todos los otros sobre la vida misma, las ideas, las realidades, las creencias propias y de todos los otros en la multiculturalidad e interacción de culturas en un encuentro de tanto esplendor. Nada de lo allí expresado es para dañar, son formas de ver y sentir los símbolos e imágenes con la licencia de creatividad y libre expresión que otorga el arte. Es tan solo una mirada desde otra perspectiva y otro modo de comprender y sentir la vida, lo que pareciera contrahecho para profanar creencias distintas a las propias. La solución no es el fanatismo ni los cantos de violencia. Ni física ni simbólica. Sea posible reclamar y expresar el desacuerdo de manera libre en la claridad de cada pensamiento. La clave de todo en la babel de la humanidad es comprender su esencia, la diversidad y abandonar el miedo a la libertad y las opciones de los otros, los distintos. Fanatismo es presumir que hay creencia o idea alguna que otorga licencia para cortar la vida por otra mirada o idea distinta a la que defendemos.
París 2024 nos brinda este instante de conciliación con la grandeza humana, la excelencia que ha hecho posible sobrepasar el horror, terror y miseria durante la trayectoria de la especie que sigue con tales padecimientos en proporciones inaceptables. Este cierre de mi nuevo julio vivido me entrega el inicio de un nuevo año para disfrutar todo lo mejor posible y ahí estamos en total sintonía con la vida, lo único verdadero que hay en importancia suprema para cada uno sin precio.
Gracias Celine Dion por la resiliencia que veremos en clave de paralimpismología, con su talento de mujer portentosa en su voz única. Gracias Paris, gracias campeones atletas todos ganadores en el juego limpio en el podio de la vida. Mi sueño propio en clave diversidad, humanidad, vida para el periodismo y conexión sin final con el paralimpismo legado Guttmann genuino que nació en la escena mediática global un julio 29 mi punto de partida, están intactos y creciendo.
Escrito por Hernando Ayala M. Periodista colombiano. Mail disnnet@gmail.com