Cuando se está joven, son lejanas las previsiones para llegar a una vejez, al menos, con las mínimas condiciones económicas para sobrevivir y llevar una vida saludable, que inexorablemente se deteriora con el paso de los años.
Estos temas que se vuelven recurrentes en los coetáneos que han pasado los 40 años y empiezan a compartir los síntomas de una vejez que está cada vez más cerca. Son temas que a los jóvenes poco les importan y son apáticos y cortantes cuando se les pregunta: ¿Usted está cotizando para la pensión? Responden cuando no son asalariados: ese es un tema de viejitos, yo aún estoy muy joven, falta mucho para eso.
Empezar a cotizar desde jóvenes para más tarde cuando se cumplan 62 años y 1.300 semanas los hombres y, 57 años y 1.000 semanas las mujeres, es apenas una necesidad que debe asumirse con bastante compromiso y disciplina, sobre todo cuando el paso del tiempo es tan rápido que hoy se es joven y mañana se está en la edad de pensionarnos.
Cuando se es trabajador independiente el manejo de los propios ingresos en ocasiones es tan disperso que no alcanza para cotizar a pensión bajo el argumento que es un gasto que no obliga. Se empieza a ver la necesidad de la pensión cuando los quebrantos de salud se vuelven recurrentes y/o se está cerca de la edad reglamentaria de 62 años los hombres y 57 las mujeres; se empieza o se renueva la cotización con la esperanza de obtenerla después de la edad reglamentaria, tratando de recuperar el tiempo perdido, unos lo logran otros no. Siempre hay que tener presente, que no es lo mismo tener una pensión que no tenerla, por precaria que sea, para continuar aportando a la economía familiar.
Claro está que en Colombia la mayoría de adultos por diversas razones no alcanzan a pensionarse, de ahí que, el gobierno esté pensando en asignarles una renta básica mensual que incluya una cobertura integral de salud, en el entendido que los costos de la salud para las personas mayores crecen de una forma exponencial, porque es la edad en que se presentan las enfermedades de atención inmediata, que otrora se llamaban “penosa enfermedad” y que no han dejado de ser: cáncer, diabetes, infartos, accidentes cerebrovasculares, enfermedades respiratorias, etc. Respecto donde se debe cotizar, dos son las opciones que operan en Colombia: Colpensiones, que es la entidad del Estado y los Fondos Privados. Por donde ser mire, Colpensiones siempre será más confiable y más segura; el usuario nunca pierde o demerita su cotización. Los fondos privados invierten el dinero de los cotizantes en negocios que no siempre producen utilidades; en ocasiones esas inversiones no son tan buenos y terminan produciendo pérdidas, en detrimento de los asociados y cotizantes a dichos fondos.
De todas formas hoy el usuario puede escoger con libertad si quiere pensionarse por Colpensiones o por algunos de los fondos privados, Sea cual sea su decisión de cotizar está bien mientras esté cotizando. Por encima de cualquier egreso, la cotización para salud y pensión debe ser una prioridad más temprano que tarde para que no haya lamentaciones. No es lo mismo llegar a ser adulto mayor con pensión que sin ella.
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Agosto 2023