Por ERNESTO ZULUAGA RAMÍREZ
No existe para los seres humanos un concepto más inamovible, más controvertido y más arcaico que el de la infidelidad. A lo largo de la historia han sido muy pocas sus mutaciones y solo hasta el siglo XX se observó una transformación que pudiésemos llamar importante. El adulterio fue siempre para la humanidad —salvo muy escasas excepciones— un grave delito y en las sociedades más liberales una falta de valores; por tal razón fue castigado de manera ejemplar y además brutal en todos los códigos sociales, con sevicia farisea sobre las mujeres. ¡Cómo si en una relación sexual heterogénea no intervinieran un varón y una fémina! Si las sociedades pretéritas no hubieran sido intencionalmente hipócritas con esta penalidad la población mundial se hubiese diezmado.
Las religiones fueron el principal escenario moralista donde se sentaron las bases punitivas para lo que desde los albores de la humanidad se constituyó en uno de los «pecados» más graves: la fornicación. Para ello basta resaltar que la infidelidad es la única falta mencionada en dos mandamientos de la Biblia: uno que prohíbe hacerlo —el sexto— y otro que prohíbe siquiera pensarlo —el noveno—. Y para invitarlos a cavilar un poco más sobre el tema debo resaltar que este penúltimo mandamiento condena exclusivamente al varón que albergue pensamientos «impuros» con la vecina y guarda silencio frente a las posibilidades de las damas. Extraña discriminación de género que debiera atribuirse de forma exclusiva a los traductores y no al mandato divino.
La verdad es que la sociedad moderna está siendo más permisiva. Algún reciente adagio popular reza que: « Si en el sexto no hay perdón ni en el noveno rebaja, bien puede nuestro Señor llenar el cielo con paja». Por fortuna las cosas están cambiando y hoy en día las mujeres son tan infieles como los varones aunque hacen menos alarde que ello. El motivo sin duda es que en la sociedad actual los hombres pueden vanagloriarse de sus conquistas y mostrarlas como trofeos mientras las mujeres deben esconderlas y evitar exhibirlas por temor al juicio social. Sin embargo y de acuerdo con los más recientes estudios sobre la sexualidad en comparación con 1990, las mujeres engañan 40% más, mientras que las cifras entre los varones permanecen iguales. Y no es solo cuestión de números; también ha cambiado el significado del concepto. En la actualidad es común escuchar que una mujer ha sido infiel a su pareja —sin involucrarse sexualmente con otra persona— con simples besos, otros contactos o actividades cotidianas que adquieren el carácter de íntimas o románticas: la infidelidad emocional.
Según la socióloga Alicia Walker, autora del libro «La vida secreta de la esposa infiel: poder, pragmatismo y placer», el 80% de los seres humanos vivos se han visto afectadas por una infidelidad, ya sea como víctima o perpetrador, como amante, como familiar o amigo. Y aunque el 77% de las personas opina que todavía hoy en día la infidelidad femenina está peor vista socialmente que la masculina y que cuando sale a la luz pública es más fácil superarla si fue llevada a cabo por el varón que si la protagonista fue la mujer, es indiscutible que las cosas están llegando al punto de equilibrio.
Si bien para las mujeres la principal justificación de la infidelidad suele ser el amor y mucho más lejos el sexo, en los varones ocurre a la inversa. Es esta circunstancia particular la que me anima a alertar a mis congéneres para advertirles que es mejor que pongamos mucho más de nuestra parte porque sin duda tenemos mucho más que perder.
La fantocheria de los hombres frente a una conquista plagada de infidelidad, nos ha hecho ver como que llevamos la delantera. Pero Yo creo que ese tema hoy por hoy esta 50-50 en términos generales.
Ya el tema Adulterio Vs. Fornicacion es otra cosa.
Ahora los hombres seremos más infieles, pues no solo disponemos de las solteras para dicha labor, sino que también participarán las comprometidas.
Oiga Ernesto y ahora que ganan igual o más que los hombres peor, así que el machismo está condenado a disminuir como ud lo alerta