Se discute el reajuste salarial de cada año. Novedoso es que desde actores empresariales, se propone escalar el aumento del mínimo legal, para mejorar ingresos de asalariados, pero a la vez, dar el impacto que su volumen pueda generar en el desempeño económico empresarial.
Todos son libres para pagar por encima. Nunca menos del mínimo, pero en eso navega la informalidad. Y no es factor despreciable.
La capacidad de compra de la gente debe mejorar si se quiere un país con más oportunidades, justo y con mejor futuro. Sin embargo, según el Presidente del Grupo Oikos, Luis Aurelio Díaz, el gran error es pensar que esta solución está en el acuerdo del salario mínimo entre el Gobierno y las centrales obreras.
Por un lado, el Gobierno tiene clara la importancia de que la capacidad económica de la gente debe mejorar, pero se encuentra una gran problemática, ya que el aumento de Salario Mínimo Legal mueve un sin número de factores que impactan de manera compleja la economía: inflación, costo de los bienes y servicios, costo de la vivienda prioritaria y de interés social, sanciones y tributos nacionales y otros elementos.
Por el otro lado, las centrales obreras son conscientes y conocedoras del impacto que un alto incremento del salario mínimo genera en todos los factores de costo económico, pero se ven obligados a optar por darle prioridad al aumento salarial de sus trabajadores.
De acuerdo con el planteo de Díaz, esta discusión nunca podrá ser superada ya que el objetivo de ambas partes está dándose en una mesa en donde cada parte tiene situaciones que evaluar, más allá del simple incremento del salario.
Por estos motivos, parte de la solución para que esto pueda ser superado, es buscar desvincular el salario mínimo legal del salario mínimo empresarial. Si esto se logra, la discusión del salario mínimo legal será un problema que tomara un interés distinto, ya que se lograran desvincular dos problemáticas: el interés del Gobierno y la población para que el salario mínimo legal se controle y así poder tener una economía más regulada en los costos e incrementos de los bienes y servicios, pero al mismo tiempo, mejorar de manera real la capacidad de compra y de consumo de la población.
La propuesta de Salario Mínimo Empresarial, está basada en el 5% sobre el salario mínimo legal, como parte de una política industrial y empresarial que busque concientizar a los empresarios y a la población, de la importancia de tener un país con más equidad y oportunidades.
Para los empresarios este esfuerzo es una verdadera apuesta a mediano y largo plazo. Pero el desbalance de ingresos y gastos, es ridículo cuando el trabajo honrado en Colombia vale tan, pero tan poquito.
Desafortunadamente para los asalariados cada año montan aquella opereta de tercera que llaman «mesa para discutir sobre el salario mínimo», Asumo que ninguno de aquellos que discuten sobre aquel salario de hambre, ganen aquel sueldo mezquino; que condena a la pobreza a millones, Visión miope por demás ya que si los trabajadores no tienen capacidad adquisitiva la economía nunca podrá despegar.