Por Juan Carlos Parra Sanabria
Somos expertos en manipular la información, hay algo dentro del ser humano que le encanta descifrar todas las cosas acomodando los resultados a su amaño, pero todos lo hacemos, por eso es imposible no sentir desconfianza frente a los proyectos de los demás.
En este orden de ideas, nada puede funcionar porque quienes tienen el poder, siempre van a estar acompañados de amigos aduladores que en últimas no son mas que un comité de aplausos permanente, por eso la política en los países tercer mundistas tiene una exagerada proliferación de clientelismo, los cargos públicos deben ser para unos amiguis que no siempre son los mejor preparados, pero que siempre están allí moviendo la cabeza como muñeco de taxi o firmando cuanto papel les pongan sin preguntar y lo que es peor, deben salir en defensa de las peores actuaciones administrativas, como fiel miembro de una sangrienta barra brava.
Ese es el problema de la seguridad vial, que atenta contra la vida y que debe ser una prioridad de toda la sociedad, pero se enfrenta todavía con herramientas muy básicas, pareciera que viviéramos en un país del lejano continente áfricano, en medio de una dictadura de los años sesenta. Traigo a colación el problema porque en este caso debemos recibir todo tipo de tecnología de punta y mejorar los sistemas de control, es decir debemos dejar de ser tan medievales, haciendo operativos en mitad de la calle cuando podemos detectar las infracciones con avanzadas cámaras con tecnología de punta, lo que hará que los habladores cotidianos califiquen a la administración de ser un mal remedo del reality “ Gran Hermano”, una forma de caricaturizar el uso de la tecnología para la prevención de las infracciones y de paso, reducir las conductas de riesgo, las lesiones por causa de los siniestros viales y el fin último, reducir el número de personas que mueren por causas de los hechos de tránsito; el año pasado fueron mas de seis mil setecientos, eso es una vergüenza y a los administradores públicos les da miedo dar el paso a la gran tecnología para empezar a trabajar en uno de los aspectos de las ciudades inteligentes.
El ejemplo de África es seductor, si damos una mirada al país de Etiopia, fue uno de los primeros países que rompió las cadenas del colonialismo, en pleno preámbulo de la Segunda Guerra las tropas de Mussolini dominaban a la tierra de la Reina de Saba pero, en menos de cinco años, los británicos expulsaban a los Italianos para entregarle el poder al emperador Haile Selassie en 1941.
Por décadas Etiopía fue una nación libre del colonialismo y el resultado era que en la década de los setenta tenia las peores carreteras de África, una educación inexistente, el sistema de administración publica funcionando como roscas o grupos gigantes de amigos fieles y leales a las familias del gobierno, condenando en el atraso a toda la población y con consecuencias nefastas, reconocidas también por campañas mundiales para llevar alimento a poblaciones que morían de hambre, todos recordamos el legendario tema de Michael Jackson y otros artistas “we are de world” con el cual, buscaban fondos para ayudar a mitigar el hambre en estas regiones del mundo.
La política debería ser diferente, funcionar distinto, obligarse desde la administración a asesorarse de expertos en los temas específicos y lograr con programas técnicos, transformar la realidad de las ciudades y al final, de un país.
Lo cierto, es que no avanzamos cuando nos quedamos en la forma tradicional de hacer política electoral y los cargos en las administraciones tienen que ser para los amigos que con votos o recursos de campaña, prácticamente han comprado sus cargos.
Nota Bene: Hay que felicitar a la administración de Pereira, por dar un paso tan importante en la movilidad sostenible en este periodo de emergencia sanitaria, el peatonalizar la carrera séptima y octava desde la calle 13 hasta la calle 25 es una acto revolucionario, darle prioridad al ciudadano antes que el vehículo particular, es una manifestación de sostenibilidad y de humanidad.
El de áfrica no era mandela?