Hay municipios en Colombia que no tienen organismos de tránsito, lo que quiere decir que muchos procesos que son necesarios para cumplir con las metas del decenio de la seguridad vial y los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030 (ODS) de la ONU, proyectos internacionales a los que, nuestro país se ha comprometido de manera oficial.
Sin organismos de tránsito en los municipios es muy difícil cumplir con las aspiraciones del Plan Nacional de Seguridad Vial (PNSV); no deja de ser un manual de buenas intenciones y palabras bonitas para los cafés, las tertulias y los conferencistas.
Lo curioso es que hay municipios en los que existe un organismo de tránsito habilitados por el ministerio de transporte como inspecciones, secretarías o institutos de movilidad, que no tienen agentes o grupos de control vial conforme a la Ley 769 de 2002 y como lo regula la Ley 1310 de 2009.
En otros territorios tienen agentes de tránsito, pero son un número reducido, no son lo suficiente para enfrentar todas las responsabilidades y suplir todas las necesidades de la sociedad frente al sistema de movilidad y la seguridad vial.
Un caso bien especial, es el del municipio de Caloto, Cauca, donde sus agentes no reciben la dotación reglamentaria, algunos agentes que ingresaron porque ganaron el concurso de méritos de la Comisión Nacional del Servicio Civil tienen que trabajar con uniformes de segunda, ropa regalada por los antiguos compañeros, que al ver las penurias de los empleados públicos, de manera solidaria recaudan segundazos.
Según las quejas, las alcaldías tienen recursos para hacer fiestas populares con orquestas costosísimas, pero no tienen recursos para garantizar el buen funcionamiento de la administración pública, especialmente en el cumplimiento con su obligación de entregar la dotación y dejan que agentes de tránsito tengan que prestar su servicio en las calles, con camisas mareadas por el sol, manchadas, los pantalones remendados y con los bolsillos rotos y con los zapatos desgastados, paupérrimos, lo que hace ver a las autoridades de tránsito civiles, sin honor, sin dignidad , sin respeto de nadie y esa es la radiografía del país.
Esperamos que la procuraduría y la superintendencia de transporte tomen cartas en el asunto para evitar que la presentación de las autoridades de tránsito en Colombia sea una vergüenza.