El cambio demográfico en el país puede ser una oportunidad para mejorar en la educación básica y media según el último análisis realizado por el Centro de Estudios sobre el Desarrollo Económico (CEDE) de la Universidad de los Andes.
Los investigadores del CEDE analizan las implicaciones para el sector educativo de la caída de la natalidad, los cambios en el número de hijos por mujer (Tasa Global de Fecundidad), los saldos migratorios negativos y el envejecimiento de la población.
La transformación demográfica de Colombia es profunda. Según el DANE entre el 2015 y el 2024 el país registró el nivel más bajo de nacimientos. La edad en que las personas tienen el primer hijo aumentó pasando de 22.7 a 24.4 entre 2005 y 2024. La Tasa Global de Fecundidad disminuyó un 9,5%. Adicionalmente, cada año un número significativo de colombianos emigra del país.
Todos esos cambios hacen que se mantenga y se acentúe en los próximos años la tendencia decreciente de la población en edad de estudiar (5 a 16 años), especialmente de los estudiantes de las zonas rurales. Como consecuencia va a seguir disminuyendo el número de estudiantes por profesor en todos los niveles educativos. También se va a presentar una subutilización de la infraestructura educativa.
Las oportunidades del cambio demográfico parten de la posibilidad de asignar el gasto educativo a mejorar la calidad en grupos de estudiantes más pequeños que puedan contar con docentes con mejor formación y pedagogía que les garanticen además un acompañamiento socioemocional. Esto permitiría tener trayectorias educativas más sostenibles. También se abre la posibilidad de lograr una cobertura universal de preescolar.
Los anterior es posible, sin embargo, a pesar del aumento sostenido del gasto en educación del 2010 al 2024, no se registra en el mismo periodo una evolución en la calidad educativa según las Pruebas Saber 11, ni en los procesos de aprendizaje. Además, la cobertura en educación media es solo del 44% y la deserción viene en aumento en varios niveles desde el año 2019.
Por último, se puede concluir que las oportunidades que identifica el CEDE generarían una transformación en el capital humano del país, sin embargo, es importante señalar que para lograrlo Colombia no puede seguir con la misma política educativa, es indispensable cambiar la orientación y eficiencia del gasto público, incluyendo una reorganización y actualización de la planta docente.


