¿Por qué no hay ocho millones de dólares para el complejo acuático escuela de natación paralímpica, en un fondo de 300 millones de dólares crédito BID desembolsados durante la pandemia para inclusión de los colombianos con discapacidad?
Los atletas suman podios desde la escasez, medallas que los dirigentes pretenden capitalizar en millones de dólares de erario privatizados.
Por HERNANDO AYALA MELGAREJO
Tokio tenía reservado su mejor oro para Colombia en el momento de los atletas imposibles para quienes no entienden la diversidad humana ni la potencia de la voluntad aplicada con empeño y perseverancia en procesos deportivos de máximo rendimiento élite más rigurosos y exigentes que en el mismo deporte convencional.
Cuando en los juegos olímpicos no alcanzaron el oro los tres que habían llegado en Río 2016 a la cúspide, aquellos juegos donde más medallas ganó Colombia hace cinco años, la pregunta fue ¿dónde está el relevo de Caterine, Mariana y Oscar que hicieron lo mejor en su tiempo? La respuesta contundente no aparece.
Ahora los atletas del Paralimpismo han llegado a ese momento y sitio alcanzado por los grandes del olimpismo y la preocupación de sus entrenadores responsables de procesos serios, sólidos, consistentes, es la misma, sin ciclos con la secuencia que han tenido los oros ganados por Colombia en Juegos Olímpicos y Paralímpicos cada uno en su contexto propio de máximo rendimiento élite competitiva, vamos a quedar en el vacío de los desiertos vividos en tiempos pasados.
La realidad de los dos sistemas de deporte olímpico y paralímpico es espejo de cómo se gestiona lo público, gobernanza y políticas públicas para el derecho al deporte en Colombia que se refleja en cómo funciona el sistema nacional del deporte y procesos como los juegos deportivos nacionales próximos a cumplir cien años en la misma insolvencia durante todo el siglo pasado y el presente. ¿Están los Juegos del Eje Cafetero en su punto a 27 meses de su realización? Así funciona el deporte público en Colombia y el privado dependiente y asistencialista en la misma lógica.
Prueba al canto, los campeones paralímpicos de moda en estos días finales de Tokio 2020 los juegos con mayor suspenso y condiciones inéditas en la historia del movimiento olímpico y paralímpico, los nadadores como Nelson Crispín Corzo, Carlos Daniel Serrano y Moisés Fuentes, no tienen centro de alto rendimiento en natación para entrenar en la tierra que los vió forjar sus podios dorados en Rio 2016 y Tokio 2020. Hace nueve años desde el podio medalla de plata de Londres 2012 con Moisés, juegos de inicio para Crispín, el gobierno prometió asignar los once mil millones de entonces para emprender la construcción del complejo acuático en Piedecuesta, Santander.
Hoy el país se eriza y sube la moral deportiva con los podios de estos grandes de la natación, los más importantes en la historia nacional de este deporte y ellos siguen pidiendo atención porque de su CAP Complejo Acuático de Piedecuesta solo hay un lote pelado y un proyecto sobredimensionado y sin recursos. Ni nación, ni departamento, ni municipio responden como debe ser. Todo es espuma en el momento del podio, cámaras, micrófonos y tinta, para pasar de inmediato al olvido.
El primer llamado del entrenador de Crispín, un veterano sociólogo, educador, hombre de campo, William David Jiménez quien no acepta echar campanas al vuelo por el oro conseguido con su nadador, es a garantizar procesos como el cumplido por este Campeón. «Hoy no tenemos cómo hacer esos procesos que siempre comienzan y se sostienen con el esfuerzo de la familia. Nosotros no somos una potencia, no tenemos con qué». La élite cuando llega a ese punto ya no necesita el foco de los gobernantes apurados por cobrar exposición mediática como mecenas de estos logros. Hay que ocuparse de la base, la iniciación, el tener espacio para los nuevos desde cero y para ello son necesarios escenarios como el que piden con toda justicia estos medallistas.
Las cosas en el Estado al arbitrio de la política negocio electoral son así en la pandemia de venalidad y corrupción: El proceso deportivo de los atletas paralímpicos está inmerso en políticas públicas de inclusión social en discapacidad y en derecho al deporte. El gobierno tramitó y cobró un crédito por 300 millones de dólares, un billón cien mil millones COP, que son pesos colombianos. Nadie sabe dónde fue a parar ese recurso, gastado, que fue transferido por el BID en abril de 2020 durante la pandemia. La inclusión social de los colombianos con discapacidad que es la destinación contratada con plazo de pago a 25 años, retrocedió durante la pandemia, no avanzó.
Solo hubo espectáculo de propaganda en redes sociales de un político con discapacidad y sus empleados en la presidencia de la república. De ese fondo debieron salir los ocho millones de dólares que debían financiar este centro de alto rendimiento acuático para todos los campeones de natación colombianos, donde fuese viable la escuela de Crispín, Serrano y Fuentes. Cero pesos, ni uno solo. No fue tenido en cuenta ni este proyecto ni alguno parecido. Los tramitadores del crédito BID en cambio sí pidieron al Ministerio del Deporte que les transfiriera a la entidad privada con membresía paralímpica diez millones de dólares para gastar en unos juegos juveniles que desviaron de la sede panamericana juvenil en Cali 21 a Bogotá fuera de la coherencia del trabajo en alianza con el movimiento olímpico. El propósito era materializar ese gasto en privado y silencio. Aún están esperando un año para ver si lograr sacar los cuarenta mil millones que aspiran para el evento.
Así funciona la política pública del deporte en Colombia y en los demás sectores con los derechos fundamentales para todos. Los atletas esforzados, sacrificados, patrocinados por sus familias hacen el máximo sacrificio, los agentes de membresías hacen creer lo que quieren creer los gobernantes y los campeones con sus apoyos tienen que pararse frente a las cámaras a darles las gracias por lo que hacen como supuestos o presuntos mecenas. Tal cual. Esa es la lógica y secuencia de actuación. La privatización del erario deportivo en jugaditas sin rendición de cuentas. Esta versión de la realidad será desmentida el día que sean demostrados los informes y rendición de cuentas de estas corporaciones a la ciudadanía.
Lecciones que deja Tokio 2020 que en los Juegos Paralímpicos ha sido sorprendente con un avance en resultados y nivel técnico admirable. Muchos nuevos récords, muchos campeones inéditos, culminación de procesos sólidos, consistentes como el de Crispín, Serrano, Fuentes, Lemos, Lucumí, Valencia, Buitrago y todos los Campeones que merecen el rotundo reconocimiento de la nación como los verdaderos grandes colombianos que ponen en la cúspide del honor los emblemas nacionales y el nombre de Colombia con su excelencia deportiva. Si en esta realidad logran lo alcanzado que tal si tuvieran todo lo que debería ser. Señores Ministros del Deporte y Hacienda, el CAP Complejo Acuático de Piedecuesta, para el Alto Rendimiento Deportivo de los medallistas de oro en Tokio 2020 y el desarrollo de proceso en sus escuelas de formación, debe ser realidad sin más dilación. En igual medida y prioridad debida, poner a punto toda la infraestructura, logística y cultura de ciudadanía inclusiva y participativa en los Juegos Deportivos Nacionales del Eje Cafetero 2023, que se vinieron ya en 27 meses inmediatos.
Que el derecho al deporte no sea más nunca rey de burlas ni sabotaje por las malas prácticas de los negocios privados con el erario. La experiencia Tokio 2020 deja profundos aprendizajes para practicar en todos estos procesos. Los atletas y sus entrenadores deben ser los garantes de procesos serios, legítimos y transparentes, como el oro de Crispín y todos los medallistas colombianos que le siguieron a él en Tokio 2020, comienzo de una nueva época para el deporte de élite competitiva y proceso social.
Escrito por Hernando Ayala M. Periodista Proceso EMPATE 21 DISNNET SOCIEDAD PARA TODOS 30_DS.
Fotos medallistas de ORO Tokio 2020
Nelson Crispín Corzo 200 metros combinados SM6
José Gregorio Lemos 100 metros T38
Solo se necesita la piscina no todo el complejo acuático de Tokio 2020