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Pandemia y democracia: entre aislar, totalizar y conquistar

Por: John Harold Giraldo Herrera

El cerco no es sólo para contener un virus. Lo que se ha venido atajando es el descontento social. Aunque como toda presión y con un fuerte nivel de supresión de libertades, lo que es imperioso resurge: la fuerza de la ciudadanía impidiendo que las medidas autocráticas y el confinamiento asfixien la lucha por una sociedad justa. En medio de mantenernos en las casas, la pandemia ha sido aprovechada en Colombia para hacer gala de la corrupción, asesinar líderes sociales, darle todo el poder al sistema financiero y permitir que la fuerza policial cometa miles de abusos, incluidos asesinatos, como los que ha perpetrado el ejército en varias zonas del país y la propia policía. Los comparendos, las multas impuestas, ya son festín de politiqueros y mafias, para aprovecharlas y hacerlas parte de su botín. Lo curioso es que las palabras con las que hoy nos han colonizado comparten raíces similares, como democracia, en crisis y agotada y pandemia, en expansión y favoreciendo además que se realicen actos en contravía de las mayorías.

Se trata del vocablo demo, en el que es el pueblo, y el virus, encuentran diversas relaciones. La biopolítica y la manera de cercenar la vida, no nos deja creer que lo importante y oportuno en nuestros días sea la prevalencia de la vida. Quizás algunos gobernantes sí, pero en general la vida es lo de menos para el poder del capital, y hacia allá apuntan la mayor parte de políticas, sea cual sea la circunstancia. Ahora quienes ejercen el control aplauden la tragedia, se valen de ella y usufructúan las arcas del estado, mantienen los privilegios de sus financiadores, mientras que para la mayoría son medidas que se esfuman, si dan un mercado no dan dos, y si toman un subsidio lo que ocurre es que de ahí sacarán cómo comprometer recursos para amigos e incluso, como en Colombia, hasta sectores prestantes, les otorgan eso que debería ser bajo la mínima regla: quien lo necesita. Adicional han abusado de su gobierno y se han decidido asuntos sin llevar a cabo los protocolos de un estado social de derecho, ya ni el congreso les importa y fácil autorizan el ingreso de tropas extranjeras.

Pandemia quiere decir totalidad y virus fluir del veneno, son los ingredientes con los que se ha venido readecuando el cuadro de los capitalistas mundiales y locales. El caso por ejemplo que sea el estado Chino el que gobierne y encuentre el control de mando, dejando en un segundo lugar a Estados Unidos, habla de cómo las fichas van en busca de quedarse con el máximo control. Lo mismo ocurre en las sociedades, el big data, y el 5G hacen ahora del mecanismo eficiente para seguir cercando ese veneno. Del que no se quieren librar los poderosos: el veneno de la rebeldía y del levantamiento de masas, una vez que asistimos a un canto de airosas demandas sociales. Los indignados, los que han dejado como parias el sistema, los que abogan porque sea prioritario los temas de cambio climático y la defensa de la vida en todas sus expresiones.

El sentir de los ciudadanos del mundo es que ya no se puede seguir así. E incluso ya por cerca de cinco meses confinados, ese rugir no tiene cómo ser detenido. Sólo que mientras tanto, se ha reacomodado el poder y ha establecido antenas de control 5g por todo el orbe (asistimos además a incursiones espaciales dizque para mejorar la conectividad) incluido Colombia, donde ya se hacen detecciones de calor, se puede observar a los individuos y deducir si tienen o no cierta enfermedad, pero pronto serán las armas para posibilitar aprestamientos. Una película muy masiva, como los es Rápidos y furiosos nos mostró lo que venía: el ojo de Dios, un poderoso arsenal con el que es posible mapear rápido cualquier persona y por supuesto capturarla, lo mismo pasará con cualquier cosa que se mueva o pueda establecerse en una base de datos y configurarla. Como también lo que se avecina es lo que en la novela de 1984, escrita en el reiniciar luego de la Segunda Guerra mundial, 1947, se consideró como un delito: los crimentales, es decir, que con sólo pensarlo ya puede ser convertido en un procesado.

Puede sonar conspirativo, pero mientras millones quisieran tener una vacuna, lo que será es un chip, tal cual como lo tienen los chinos, que con sus smarphones son seguidos, custodiados, rastreados, la matrix no deja de ojearlos. El incremento de control hará estallar más a la ciudadanía, porque como hemos visto, aunque el capital intente ser delicado y azuzarnos con una guerra biológica, no puede dejar de actuar con la fuerza, así que esa fase ya se está dando, en Colombia no para y lo que se oprime y se enclaustra, más pronto que tarde saldrá a las calles y no habrá forma de contenerlo.

Mientras nos dejaban en casas se reveló la desnudez de la democracia y las formas de movilizar el control. A los banqueros no les pasó nada, al contrario, aprovecharon para seguir con su usura y aumentaron sus rentas. A los que pretenden continuar con sus proyectos de extracción y explotación de la biodiversidad, no les pusieron ningún atajo, no es sino ver como en el Amazonas la tala de bosques, el desplazamiento forzado aumentó. Los grandes terratenientes no sufrieron en lo más mínimo, una vez que sigue intacta su tenencia de la tierra. Acá quienes padecieron fueron la clase media, se vio muy golpeado eso que llaman el sector de venta de servicios, como el turismo, los emprendedores e independientes. De resto, cuando acabemos y ya todo sea “normal”, no habrá cambiado nada: mayor pobreza, poderes desenmascarados por sus actos de corrupción, fortalecido el poder policiaco y militar. En cambio, la educación, la salud, la recreación y la cultura, con menos para hacer más.

La distancia social, el miedo como una urgencia que se ha incorporado a nuestras vidas con el temor del contagio, el llamado aislamiento social, va de la mano y la estrechez del reacomodo de las fichas del capital, del amiguismo de quienes gobiernan y no toma sino que derrochan sus privilegios. Siguen en sus fiestas y andan sin mayor preocupación, y celebrando porque tienen una humanidad atomizada, en sus casas, el virus ronda y con más fuerza, y antes nos tuvieron encerrados, ahora todos a las calles a reactivar la economía, que en escalas mayores no cesó. Así este peldaño de la historia social, será mostrada como un veneno con el que intentaron dormirnos y del que lentos pero seguros despertamos.

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1 COMENTARIO

  1. Excelente forma de mostrar la tiranía de las estructuras económicas, financieras y políticas, bajo las cuales se cimientan la mayoría de los gobiernos .
    Colombia: reflejo del capitalismo de estado salvaje, con políticas restrictivas para el pueblo.

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