Pensionarse, ¿un sueño o una utopía?

Volver la memoria al  pasado  nos lleva a recordar cómo nuestros padres podían pensar en una vejez digna, con un ingreso que los llevara a vivir sus  sueños de compartir con sus hijos, sus nietos e inclusive sus amigos, de estudio o de trabajo, los últimos días del paso transitorio que nos conduce a todos al cumplir un ciclo entre la vida y la muerte, tiempos aquellos que no volverán; hoy la cotización a pensiones se establece en dos tipos de fondos: uno  público otro  privado, como todos sabemos el fin de cada uno  de ellos es fácil de  determinar mientras el público nos puede garantizar una pensión digna, el otro el privado utiiliza nuestro dinero para poder invertir en negocios que les genere una mayor acumulación de riqueza sin importar el ser humano que durante 62 años en los hombres y 57 en las mujeres, ha contribuido de una u otra manera al desarrollo de este bello país, ironías dirán algunos, realidad diremos otros, ante un modelo perverso que han defendido los mismos de siempre a través del Congreso y del Ejecutivo, quienes se ven beneficiados en sus campañas electorales con los aportes de esos grupos de pensiones, dueños del capital financiero, los cuales nos conducen a lo mismo: saber que son nuestros dueños desde que nacimos hasta que morimos.

Es poco el conocimiento que tenemos los ciudadanos de cómo obtener una pensión entre un sistema de prima media y el otro, de ahorro, entre menos conozcamos su modelo para ellos es mucho mejor, por ello muchos cuando cumplen la edad se llevan la desilusión más grande de au vida.  Unos recibirán una pensión del 62% del promedio cotizado, los otros recibirán  la devolucion de su ahorro hasta que éste se agote quedando al vaiven de una sociedad donde el adulto mayor solo sirve para los procesos electorales, mientras que muchos quedarán desamparados en una sociedad indolente ante la miseria y la pobreza de muchos.  Esta desigualdad se la debemos a un sistema de pensiones que muchos países han venido revisando y que fue adoptado por el Neoliberalismo que muchos pensionados o adultos mayores defienden sin enteder la verdadera realidad de una economía como la nuestra; hoy existen 3.5 millones de colombianos que no tendrán un ingreso pensional,  por esto debemos  permitir un cambio real del Congreso y de esa élite que utilza la política para obtener una pensión alta. mientras millones de colombianos viven de la informalidad que los lleva a incrementar los índices de pobreza y miseria que estadísticamente el Dane ha presentado en sus estudios. Ojalá algún día mis hijos y nuestros nietos puedan decir que ese año 2022 se cambió la historia pensional de quienes son vistos por muchos como parias del mercado laboral porque según ellos ya no están en la población economícamente activa y, como somos mercancías, podemos ser cambiados cuando para los dueños del capital les resultemos  obsoletos.

Oscar Cruz Ramirez