Recordando a mi maestro, Gonzalo Valencia. Me disculpan, hoy no les va a escribir el periodista, sino el ser humano que hay en él…
Esta vez no me voy a referir al partido; qué me importa cómo jugó, si el ¡Pereira es campeón! Tampoco voy a dar datos estadísticos: qué me importan los números si el ¡Pereira es campeón! Menos les voy a compartir un link para que sigan leyendo en el portal; ¡qué me importan los detalles si el ¡Pereira es campeón!
No.…, quiero es contarles que, como en mi época de estudiante, volví a comerme las uñas, que lloré y me abracé con cuanto colega me encontré en el palco de prensa: ¡Gócenlo! Pedro León y ‘Pacho’ Benítez en el más allá. Que yo lo festejé hasta el paroxismo, que lo hice con el alma en la piel, con el corazón en la mano.
Gracias a la vida que me dio la oportunidad de celebrar esta primera estrella ‘A’ del Deportivo Pereira, recordando que muchos se fueron de esta vida con esa ilusión, como el Padre Valencia, Chila, a Carlos Arturo Mejía, Augusto Ramírez y tantos otros dirigentes que pasaron por el Pereira; y aficionados rasos como Alcibíades Tabares, Jairo Blandón y cientos más de
¡Campeones! Gracias profesor Alejandro Restrepo por esta primera estrella. Usted no nos dejó beber de la Copa Colombia, su primer éxito con el Nacional, pero nos puso a brindar con este triunfo histórico en la Liga II. Gracias a usted, a sus colaboradores y a todo su plantel de jugadores. Y al gerente deportivo, Héctor Fabio Ospina, que enhorabuena lo propuso a usted para suceder a Alexis Márquez, a quien también llevamos en el corazón.
Gracias a toda la familia ‘matecaña’, a quienes en un segundo plano y muchas veces en el anonimato contribuyeron desde la parte administrativa, a veces objeto de una dura e incesante crítica.
Y sí, también a John Omar Candamil. No soy su abogado, escasamente me saludo con él, creo que ni me distingue, pero en medio de tanto reparo que se le hace a su gestión, mucho de bueno habrá hecho para mantener al equipo compitiendo en medio de la liquidación, para ascenderlo de nuevo, llevarlo a una final de Copa y darnos la satisfacción inmensa de celebrar nuestro primer título y la consiguiente participación en Copa Libertadores.
Gracias por ese abrazo profundo, con lágrimas en los ojos, que compartí con Danilo, Mauricio, Oscar Alzate, Julián, Wilson y Camilo compañeros de oficio, por ese abrazo premonitorio con Oscar Quintero. Gracias a la vida por haber compartido con mi familia en el estadio la euforia del título.
Y ya no más… lo que se me quedó, se quedó. Qué rico sentir la emoción del hincha. Ya habrá tiempo para, con la ecuanimidad del periodista, profundizar en las razones del éxito que desde la gran prensa nacional algunos quieren devaluar. Y sobre otros temas desde lo institucional.
Por lo pronto, sigamos celebrando, eso nadie nos lo podrá impedir, ni siquiera con los comentarios mordaces de quienes quieren menospreciar la primera estrella del Deportivo Pereira.
Exelente, Hugo.
Después, habra para después, por ahora gocemos de lo que fué nostalgia y ahora realidad.