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LUIS FERNANDO CARDONA
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ActualidadPETRO DEFENDIÓ LA DIGNIDAD Y EL DECORO DEL PUEBLO COLOMBIANO

PETRO DEFENDIÓ LA DIGNIDAD Y EL DECORO DEL PUEBLO COLOMBIANO

Más allá de cualquier connotación práctica, el gobierno del presidente Gustavo Petro reivindicó el derecho de los colombianos a ser tratados como seres humanos. En pleno siglo XXI, resulta inaceptable que las personas sean consideradas material descartable, mucho menos trasladadas con grilletes o cadenas. Estas prácticas simbolizan desidia, atraso, avasallamiento y humillación, perpetuadas por quienes creen ostentar una superioridad por encima de las leyes vigentes.

En los últimos años, la humanidad no había presenciado un intento tan evidente por parte de sectores de poder mundial de recuperar antiguas prebendas. Se busca naturalizar hechos simbólicos y efectivos como estos para habituar a las mayorías a contemplarlos con silencio, incertidumbre e impotencia, haciéndoles creer que “no se puede hacer nada al respecto”, cuando la realidad es otra.

Donald Trump no es más que una pieza en este engranaje perverso. No es la primera vez que se otorga carta blanca a un personaje de poca relevancia, permitiéndole actuar a su antojo mientras, en realidad, es un simple instrumento de quienes manejan los hilos desde las sombras. Estos actores diseñan políticas económicas y modelos sociopolíticos residuales que se imponen según su conveniencia, en complicidad con las clases políticas tradicionales. Su objetivo es siempre el mismo: someter a las naciones a situaciones desesperantes que obliguen a sus habitantes a emigrar en busca de oportunidades.

Colombia no es ajena a esta dinámica. Figuras que han vivido toda su vida a expensas de sus connacionales, incapaces de garantizar una calidad de vida digna, ahora intentan sacar rédito político del asunto. Estas mismas personas forzaron, directa o indirectamente, la emigración de miles de colombianos, pero ahora se indignan cuando estos son deportados en condiciones humillantes. En contraste, el gobierno de Petro y su propuesta de cambio rechazan estas injusticias. ¿Cómo esperar actitudes honorables de quienes han vendido su moral a cambio de unos cuantos beneficios?

Una provocación

Más allá de la brutalidad e inconveniencia de las políticas migratorias a nivel mundial —tema que excede los límites de este artículo—, el Gobierno Nacional no se opuso al regreso de colombianos desde Estados Unidos. Sin embargo, los medios de desinformación alineados con la oposición derechista distorsionaron los hechos.

La negativa del Gobierno estuvo exclusivamente relacionada con las deplorables condiciones en las que fueron obligados a embarcarse. Fueron tratados como si no fueran seres humanos libres, sino esclavos de una antigua galera romana o prisioneros transportados desde África hacia las Américas. Esta situación desafía los principios más básicos del humanismo, y aceptarla sería tanto indigno como inaceptable.

No obstante, este hecho no responde a la supuesta locura de Trump ni a la pasividad que algunos atribuyen a Petro, sino a la geopolítica estadounidense. Frente al avance de Rusia y China, Estados Unidos intenta unificar a América Latina bajo sus intereses.

Los retrocesos en Ucrania, las dificultades en competitividad económica y los desafíos globales obligan a Washington a reforzar su dominio en la región, sometiendo a gobiernos y buscando alianzas que aseguren su control estratégico.

El bien común

Al cierre de esta edición, el Gobierno Nacional anunció la superación de la crisis diplomática con Estados Unidos. Es evidente que Colombia no puede permitirse un distanciamiento con su principal socio comercial, dada la dependencia mutua en numerosos sectores.

Por otro lado, romper la alianza estratégica contradice el propósito estadounidense de instalar gobiernos de derecha afines, necesarios para garantizar el acceso a materias primas en un eventual conflicto bélico o económico entre bloques opuestos. Esta estrategia busca perpetuar un modelo neoconservador que concentra poder y riqueza, mientras reprime cualquier aspiración de libertad o autodeterminación. Esta postura ya ha generado rechazo en varios países, un sentimiento creciente de resistencia popular y la necesidad de Estados Unidos de ser más persuasivo si pretende mantener su hegemonía.

Sin embargo, el panorama está cambiando. Colombia reconoce los beneficios de diversificar sus relaciones comerciales, acercándose a mercados como Rusia y China, e incluso considerando la posibilidad de unirse a los BRICS. Estas opciones representan oportunidades económicas y un ejercicio de soberanía en favor del país.

Finalmente, superar dos siglos de gobiernos de derecha y dos décadas de uribismo resulta fundamental para reconstruir la economía y garantizar el bienestar del pueblo colombiano. Aquellos que en el pasado ignoraron las problemáticas nacionales ahora se presentan como salvadores, aunque su único interés siempre fue llenarse los bolsillos a costa del esfuerzo de los colombianos.

Carlos Alberto Ricchetti

2 COMENTARIOS

  1. Todo es cierto; sin embargo, esta crisis desatada por Petro sin medir consecuencia, pudo ser de proporciones inimaginables. ahora bien, es claro que pueden ser tratos indignos, pero son medidas para garantizar la seguridad de un vuelo donde cualquier persona, en su desesperación o impotencia, puede generar un caos dentro de la aeronave o abrir una puerta de emergencia en pleno vuelo, atacar a la tripulación entre otras consideraciones. Bajo ese contexto, es la seguridad de la inmensa mayoría la que debe prevalecer. La pregunta es cómo fueron trasladados los más de 18 mil deportados en 2024?

    • Ante todo, muchas gracias amigo por su comentario a mi artículo de opinión. Sin embargo, la crisis no fue desatada por Petro como usted señala, sino por este desafortunado e irreverente personaje puesto a encabezar el gobierno estadounidense por parte de las corporaciones de ese país. Ni por conveniencia se puede aceptar el maltrato a nuestros compatriotas. No porque Colombia necesite de Estados Unidos, sino porque este último necesita de los inmigrantes, sin los cuales perdería miles de millones de dólares, lo cual quedó demostrado en la huelga de trabajadores de estos últimos días. La existencia de nacionales en el exterior es responsabilidad de los sucesivos gobiernos de derecha que malversaron el país sobre todo durante los veinte años pasados pero no superados de uribismo, forzando a los colombianos a irse lejos a buscar el futuro negado en su propia tierra, próspera y rica, pero lamentablemente objeto de la peor corrupción. Aunque algunos la quieran adaptar a los tiempos modernos, la esclavitud es cosa del pasado. Si bien entre los migrantes puede haber delincuentes, la inmensa mayoría son trabajadores y no es justo encadenarlos por ninguna razón. Para eso existen a lo sumo las custodias, el personal especializado para manejar la situación de manera profesional. ¿Que dirían ellos, siempre asumiendo el papel de víctimas, si en algún país les aplicaran el mismo tipo de tratamiento. Es cuestión de reflexionar, poniéndose en lugar del otro. Saludos coridiales y a la orden.

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