Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadPirámides financieras: Judas Tadeo Landínez, DMG  y Marquitos.

Pirámides financieras: Judas Tadeo Landínez, DMG  y Marquitos.

Para comprar mi primer carro, me decidí por un Swift 1.300 modelo 2002,  uno de los carros de la  Suzuki  que  en esos tiempos  vendía  Chevrolet, inicialmente  tenía  12 millones pero el vendedor viendo mis ganas me pidió 16 y, creo que los  pagué  consiguiendo   un préstamo en una cooperativa  magisterial;  justo en esos días un  pariente  cercano me contó  del buen negocio que  algunos  de sus amigos estaban haciendo al  meter dineros a  DMG,  me aconsejó  calmarme  para negociar el carro, invertir mis  fondos allá  y esperar unos  pocos meses  y,  con los grandes intereses  hacer el negocio sin endeudarme, yo lo pensé unos días y por milagro divino no acepté el consejo,  en pocos días,  menos de un mes, estalló el escándalo y mi pariente  contento  porque no le  hice  caso, empezó a contar  las pérdidas de los ahorradores de esa entidad que habían entregado sus escasos  fondos, cesantías o incluso dineros prestados en bancos,  que esperaban pagar con esos intereses de DMG, y quedar con dinero en el bolsillo.  Ese  año  inició  su  alcaldía  Alejandro Martínez y  Margarita,  mi señora,  fue  elegida como uno de los tres concejales de oposición a ese mandatario;  en un país de corruptos, pronto hubo alguien conocido nuestro que comentó:  ¡Que belleza! ¿Cómo será de bueno ser concejal y como serán los torcidos?  Mire que  Margarita siendo de  la oposición ya  consiguió  para comprar carro para que el marido la lleve  y  la  traiga.

El grupo  DMG S.A.  Se  fundó en 2005 y según la fiscalía  entre 2007 y 2008  recaudó más de 2.000 millones de dólares,  los afectados serían más de un millón de personas, David Murcia deportado de USA  en junio 2019 sigue preso  en  la cárcel Tramacuá en Valledupar, cumpliendo una condena de 22 años 10 meses. En  este escrito quiero recordar otras  dos historias: una  antigua y famosa, otra  tan local y discreta,  que no alcanzaron a ser identificadas  como pirámides.

De la primera  dan cuenta  Jorge Child  y  Mario Arango,  en  texto de su  autoría  narran  las crisis económicas ocurridas en nuestro país  entre 1842 y 1988. La quiebra más  famosa  en el siglo XIX ocurrió con la cesación de pagos del Dr. Judas Tadeo Landínez en Bogotá.  Años antes a la capital del país había llegado una clase emergente provinciana, deseosa de negociar con todo y adquirir las mejores propiedades, eran personas con solvencia económica y sin ataduras nobiliarias, y dispuestas a empezar nuevas empresas vedadas a las tradicionales familias santafereñas: la intermediación financiera y la usura. Uno de los recién llegados era Judas Tadeo Landínez , boyacense nacido en Samacá de familia de lejanos orígenes  italianos, desde joven fue comerciante y político, en 1831 hizo parte del  Congreso  constituyente, luego sería  congresista por Tunja en varios periodos, gobernador de la  provincia de Pamplona, secretario  del interior y de relaciones  exteriores y hasta candidato a la vicepresidencia del país en 1838.

Fue Director de la renta de Tabaco;  al retirarse  en 1839, funda  con un pequeño capital un establecimiento mercantil y financiero, iniciando  la  recepción de dinero  a interés y  préstamo del mismo, se asocia con dos grandes comerciantes antioqueños Francisco Montoya y Raimundo Santamaría, iniciando la especulación con vales del gobierno, lo que reporta grandes utilidades y aumenta su  fama. Motivado por su prestigio y por el aumento en las captaciones , pasa de intermediario  a  gran banquero,  al  asociarse  con don  Sinforoso Calvo y fundar en Abril de 1841 “La compañía de Giro y Descuento”, considerado el primer  establecimiento de características bancarias en el país, paga avisos de prensa para promocionar su institución y  meses más tarde, ante la liberación de las tasas de interés,  ofrece pagar intereses del 2% mensual,  cifra record pues solo se pagaba ½ %, o 1% mensual, su oferta despertó verdadero  furor y todo mundo empezó a llevar sus dineros, incluidas comunidades religiosas,  todos  recibieron documentos que acreditaban el desembolso, que  siendo  endosables   circulaban de mano en mano, tanta era la confianza del público que Landínez logró lo que no había podido hacer el gobierno : emitir papel moneda, el banco  alcanzó mucha popularidad y lo apodaron:  “La  Ballena”.

La especulación de Landínez contagió  a todos: “Creando un verdadero mundo de ficción económica,  de transacciones en cadena con base en papeles de crédito. Unos lo admiran y le confían sus bienes.  Otros lo vituperan calificándolo de “charlatán” y “caballero de industria”. Lo cierto es que  todos directa o indirectamente tienen que ver con él” (Nota 1).

Con el prestigio  y   liquidez lograda,   se  dedicó a adquirir  casi siempre a crédito y pagando el 2%  haciendas en todo el país, siendo propietario de las mejores de la sabana y la cordillera oriental, las más famosas fueron: Novillero (del Marqués de San Jorge), Tibaitatá, la Majada, Palo quemado, Hato de Hunza, Tunjuelo,  entre otras;  se apoderó de las incipientes industrias manufactureras, las fábricas de Loza y tejidos de Bogotá, y la  ferretería de Pacho, el  más importante establecimiento industrial del país, también entró al negocio de las minas: Zipaquirá, Nemocón y Tausa, en la provincia de Bogotá,  también fue  dueño de minas en  Tunja y  Chámeza, de igual manera compró las más importantes minas de carbón  de la sabana.

En Bogotá compraba a crédito  solares, casa, tiendas, boticas, hipotecas, pasivos, llegó a tener una cadena de almacenes en Bogotá y otras ciudades donde vendía toda clase de productos nacionales e importados que transportaba en  sus propias  mulas, llegó a exportar tabaco y fundó además la primera compañía de seguros de Colombia; “Que se sepa una de las pocas actividades en donde no participó  Landínez fue  en la minería de oro .Y ello era explicable; había descubierto algo mejor y menos costoso: comprar propiedades con papeles por él emitidos” (Nota 2).

En el año de 1841 hubo un momento en que el gobierno subsistió  por  los préstamos de  Landínez, que  pagaba en su banco los sueldos  oficiales e  incluso equipaba las tropas;  tenía agencias en todo el territorio nacional (excepto en la parte occidental, no  había  ocurrido la colonización antioqueña). ” Landínez  fue el primer empresario colombiano en lograr una verdadera integración del complejo y variado mundo económico. Sus instituciones captadoras y crediticias le servían  para auto- financiar sus especulaciones.  Su red mercantil le permitía adquirir materias primas para sus industrias y vender sus productos,  movilizados  en su propio  transporte. El carbón lo utilizaba en sus factorías de sal y siderurgia. Hasta montó la actividad de los seguros para cubrirse de todos los riesgos, menos del que nadie presentía, incluido él mismo: la bancarrota” (Nota 3).

La inflación, desconocida hasta ese entonces y los rumores sobre la quiebra de Landínez disminuyeron sus captaciones, acreedores y ahorradores le exigían  el  pago o devolución de sus ahorros en metálico, en una época que el presupuesto nacional eran 2 millones de pesos el pasivo de Landínes  superó los dos millones  siendo sus activos solo  medio millón.

En  mis tiempos de docente en San Gil, conocí de oídas y vi de lejos a Don Marcos Calderón, apodado  cariñosamente  “ marquitos” un conocido y próspero comerciante, a quién amigos y conocidos  empezaron a entregarle  sus cesantías, ahorros, dineros de ventas de casa  o lotes a  cambio de intereses,   también prestaba  dineros  cuando  el respaldo era una propiedad raíz; según sus malquerientes, marquitos vendió  bienes entregados a él en hipoteca, que nunca devolvió, no había comprobantes  porque  los negocios se hacían de palabra. Inicialmente don Marcos cumplía sagradamente sus compromisos, luego  tuvo problemas financieros  y,  en sus años  postreros  incluso el  municipio  le permutó un lote pedregoso y feo,  por uno plano y fácil de construir,  sede de la Nueva Normal Superior a cambio de condonarle prediales vencidos,  a su muerte  se presentaron muchas personas a reclamar dineros, intereses e incluso  bienes  comprados sin escriturar, por  los cuales habían pagado ya tres o más personas;  a pocos le pudieron cumplir, dicen que se robó una calle al  levantar  una pared en  un lote, abrirle una puerta y poner allí un parqueadero, al parecer  el  municipio  sigue  reclamando el predio. Aunque  no causó tantos daños como Landínez ni como DMG, marquitos  montó  su pirámide en San Gil.

La intervención del gobierno despertó  suspicacias políticas,  en el caso de DMG creo recordar  que se quiso  pintar la estafa como una libre empresa de un emprendedor pobre,   atacado por los gobernantes, personas de  los estratos altos del país. En la época de Landínez  se gestiona  su salvación con apoyo del gobierno y  financistas de Bogotá, quienes le prestarían un millón de pesos “Pero esto provocó la reacción de sus enemigos, encabezados por Ezequiel Rojas , el más prestigioso  de los jefes liberales de aquellos días que veía en Landínez  el soporte del gobierno conservador. Se propagó la noticia de que “La república  iba  a  ser sacrificada favor de mis acreedores”,  relataría luego Landínez” (Nota 4).    

En estos casos anteriores y en  los nuevos que surgirán, las autoridades actuaran cuando el daño esté hecho, más  ahora, que  se trata de  “negocios internacionales” sin vigilancia o control de nadie, caso del Bit Coin o de  ofertas de invertir en Amazon, prometiendo un sueldo extra como fruto de la inversión; en esos casos digo como mi abuelo  minero ¡No creo en  mina de tanto oro!

Notas.

1-Bancarrotas y crisis, Jorge Child-Mario Arango  Grijalbo  segunda edición 1988, Bogotá. Página 25.

2- 3- Bancarrotas y crisis, Jorge Child-Mario Arango  Grijalbo  segunda edición 1988, Bogotá. Página 27.

4–Bancarrotas y crisis, Jorge Child-Mario Arango  Grijalbo  segunda edición 1988, Bogotá. Página 29.          

2 COMENTARIOS

  1. Mil gracias, todavía muchos colombianos saldrán tumbados, como decían mis viejos «primero se acaba la aguamasa que los marranos»

  2. Buen escrito investigativo sobre asuntos económicos ilegales que prosperan al amparo de la ley y que sólo se judicializan cuando el daño está hecho, todavía subsisten los prestamistas y los captadores de dinero como una actividad extra bancaria, no obstante que está prohibido, Art. 335 de la CN.

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