Hace algunos días, una profesional encargada de reclutar personal para empresas cazatalentos, me aseguró: “si no es virtual, gran cantidad de profesionales, especialmente los más jóvenes, no aceptan la propuesta laboral”.
Abogados, contadores, economistas, programadores, analistas, docentes, psicólogos, asesores financieros, comunicadores, expertos en marketing digital, diseñadores gráficos, e-commerce, analistas de datos, responsables de CRM, entre muchos otros profesionales, especialmente relacionados con las tecnologías de la información, buscan teletrabajar o un empleo remoto.
Luego de levantadas las restricciones sanitarias provocadas por la Covid 19, que obligaron al trabajo en casa, muchas empresas hicieron que sus trabajadores regresaran de tiempo completo a sus tradicionales puestos de oficina, pero con muchas insatisfacciones de estos (¿renuncia silenciosa?). Un estudio de McKinsey (2022), revela que “cuatro de cada diez colombianos están dispuestos a renunciar a su empleo en los próximos meses, aun sin tener otro puesto asegurado”. Este dato es bajo frente al promedio mundial (64%), que tiene metidas en graves problemas a economías como la norteamericana, con las denominadas “grandes renuncias” (48 millones de personas renunciaron a sus trabajos en USA en 2021).
Otro estudio, la encuesta Pulso Social del DANE (octubre de 2022), concluyó que el 87% de los trabajadores quiere teletrabajar, pero las empresas se resisten. Hoy en Colombia menos del 10% de los trabajadores lo hacen desde la distancia.
La pregunta que se desprende de las conclusiones de estas investigaciones, es si con el modelo laboral tradicional hay felicidad y productividad entre los trabajadores. El estudio ¿Qué tan felices son los latinoamericanos en su trabajo?, realizado por HubSpot, señala que sólo el 32 % de los trabajadores colombianos dice ser completamente feliz.
Las empresas deberían tomar nota de estas nuevas realidades, porque podrían empezar a tener problemas con la retención o contratación de personal especializado. Los jefes de talento humano tienen claro que muchos profesionales difícilmente van a ir a una oficina. Un experto en marketing digital o un animador de tercera dimensión, pueden hacer el trabajo desde su casa. Un abogado seguramente avanzará en sus responsabilidades mientras maneja su carro. Un asesor político o de gobierno, hará las recomendaciones mientras camina por la playa. Un arquitecto intercambiará imágenes y videos con su cliente mientras espera en un aeropuerto.
Adicionalmente, las empresas se están dando cuenta, a veces de manera traumática, que los jóvenes quieren tener control sobre su tiempo y que no están dispuestos a permanecer en los mismos puestos de trabajo durante años, como ha sido la aspiración de sus padres. Además de la constante movilidad laboral, los jóvenes quieren reconocimiento y respeto.
Las preferencias de ellos están en vivir y acumular experiencias, estudiar en modalidades disruptivas, viajar, estar ligeros de equipaje, no invertir en activos que los amarren a un sitio específico, acceder a las mejores tecnologías y tener permanente conectividad para la comunicación.
Tanto jóvenes como profesionales veteranos, prefieren la virtualidad.
*Estos conceptos no comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy subgerente de planeación regional.