¿Qué hay detrás de la garrotera de la Cámara?

Por: Luis García Quiroga

En cierta película, el padre sentado a la mesa con sus hijos les dice que hay tres clases de hombres: Los lobos, las ovejas y el perro pastor. Los hombres que teniendo algún poder en sus manos (político, económico o armas) quieren someter a la sociedad inerme (la manada de ovejas). Es el perro pastor quien tiene la noble misión de alertar y proteger a la manada.

Los sucesivos hechos que tienen en crisis a la directiva de la Cámara de Comercio de Pereira CCP, han conducido a la pregunta almendra del título de esta columna, porque el margen de duda se reduce después de la reunión de columnistas convocada el pasado viernes en el Movich.

Fue bueno ver allí al presidente ejecutivo Jorge Iván Ramírez Cadavid y varios miembros de junta dando la cara a los medios y explicando lo que debieron hacer y decir antes, no cuando el rumor, la comunicación de pasillo, las redes sociales y los columnistas ya habían sacado sus propias conclusiones y era vox pópuli que algo raro sucedía en la cúpula de la CCP.

Así las cosas, culpar a los medios y las redes, como lo indiqué allí, era volver a la tragedia griega de matar al mensajero cuando trae malas noticias y desconocer la misión de control social que ejercemos cuando lo público está amenazado, cuando se sospecha que detrás hay algo oculto y dañino. El control social del periodismo parece más incisivo y letal que los controles del Estado e incluso del precario control político.

Porque no es lo mismo la CCP cuyo 90% de sus recursos son públicos, que una entidad privada como el Ingenio Risaralda cuando se involucró en el escándalo del cartel del azúcar y costó multimillonarias multas a los implicados.

Nunca el Ingenio citó rueda de prensa (no está obligado) como sí lo hizo el viernes la CCP para explicar las obras que ha hecho, el crecimiento exponencial de su patrimonio, los proyectos y los contratos exitosos y los frustrados. Y claro, también dando su versión sobre esta “garrotera” como la llamó Alexander Ríos Arboleda.

La lección es clara: En la era digital, los tiempos son claves para ejercer la defensa propia y demostrar que honestidad e integridad pesan y valen más que la tal transparencia en la que ya nadie cree porque se sospecha siempre que solo se muestra lo que se quiere mostrar. Transparencia es un terminacho out.

Creo con firmeza que mientras haya libertad de opinión no habrá nada oculto entre cielo y tierra. Como dije en la reunión, el ruido en la CCP no es de hace dos semanas como se dijo allí. Todo inició hace casi dos años con la salida del vicepresidente administrativo Mauricio Vega López por desavenencias con Mauricio Vega Lemus justo por el tema que obligó a ambas partes a corregir acciones irregulares. Media Pereira lo sabía a medias, pero en la CCP nadie dijo ni mú.

Dije también que en febrero pasado llamé al presidente Ramírez Cadavid (a quien respeto) y cordialmente me dijo que no iba a hablar sobre el asunto. Días después me reuní largamente con Mauricio Vega Lemus (a quien le reconozco el mérito ejecutor). Ninguno tocó el fondo del lío que desde afuera se vio siempre como un choque de poderes mientras otros aseguran, con detalles y audios, que hay líos personales.

Por supuesto que allí en la junta hay personas como Fernando Ramírez, animadas por el servicio a la ciudad y al empresariado. Y empresarios como Juan Guillermo Franco Londoño y Carlos Reyes Vélez, que llegaron con la mayoría de votos y las ganas superiores de ayudar, pero con esa garrotera, el primero prefirió no volver y el segundo renunció.

Es un error desconocer la importancia de la CCP para la ciudad. Es cívicamente un error desconocer la gestión de Vega Lemus, aún con sus veleidades. Como dije allí, es corporativamente equivocado linchar a Vega Lemus o a Ramírez Cadavid, pues ellos hacen lo que la junta les aprueba y les permite hacer.

Por eso fastidia saber que la junta había prohibido a Ramírez Cadavid hablar sobre esta crisis, para que después, cuando ya el daño estaba hecho, saliera a pronunciarse como lo hizo el viernes en el Movich.

A todas estas, la ciudad que clama por salir de este berenjenal, quedó atrapada entre la política y en manos de los deseos del gobierno Duque que debe o aceptar la renuncia de sus representantes o nombrar unos nuevos en medio de la cascada de presiones, postulaciones y otras lagartadas.

Uno aprende que la política es inevitable como la muerte y los impuestos, pero hay momentos en los que la política es el peor y más decadente de los mundos. En ese escenario circulan los rumores de infiltración de fuerzas políticas en la cúpula de la CCP.

Ojalá no sea cierto, pero hay indicios de que en la CCP la yema del huevo es la infiltración política en alianza con algunos poderosos del sector privado que maniobran tras bambalinas. En la junta o a espaldas de ella, se han tomado decisiones con ese cariz. Es más que un rumor.  Así lo dije en el Hotel Movich, reclamando el derecho de los pereiranos, incluso los municipios donde opera la CCP, a no permitir que ningún proyecto electoral se apropie de la institución, como desgraciadamente ya ha ocurrido.

Que nadie venga a decir que la Cámara no está infiltrada por fuerzas políticas con intenciones electorales. Así fue en pasadas elecciones y así seguirá siendo si esta junta no hace una catarsis al respecto, porque con lo público no basta ser transparente. Hay que ser íntegros.

Y como dijo Martha Alzate: En el contexto internacional, una Cámara de Comercio es el mejor referente de confianza que cualquier inversionista primero busca en cualquier parte del mundo y que cosa muy distinta es que una vez conocido el resultado electoral, la Cámara adhiera al gobernante para trabajar juntos en favor de la ciudad.

Pero -digo yo- otra cosa es prestarse para el cruce de intereses y favorecer a un candidato porque en una organización que maneje recursos públicos, toda infiltración política-electoral corrompe lo que toca. Más claro aún.

La pregunta sigue ahí y responde a otra que hace varios meses me hizo Germán Calle Zuluaga, sobre si yo creía que la Cámara no debía meterse en política. Le voy a decir, si la Cámara no escucha este consejo gratis, con toda seguridad, vendrá otra crisis, porque quien pide aguaceros, deberá lidiar con el lodo.

Tengo amigos que aprecio en ambos bandos en disputa, y se lo dije personalmente al presidente Diego Panesso: soy amigo de mis amigos, pero soy más amigo de la ciudad.

Y también para los amigos lobos que desde afuera quieren o están ejerciendo control sobre la Cámara, quienes, si de verdad aman la ciudad y respetan a los comerciantes, no usen ni permitan que otros usen la Cámara para fines políticos, porque ahí estaremos los perros pastores.

Si como se rumora, es verdad que han montado un cartel político-empresarial para controlar esta institución y otras (como ya lo han intentado) con el fin de ser factor electoral dominante y desde el poder obtener beneficios o aumentar los presentes, si eso es así, están en el lado equivocado de la historia y sería claro que su codicia es superior al amor y al respeto por la ciudad que tanto dicen querer.

Quisiéramos creer que hay miembros de junta que ni sospechan que esto sucede, pero si la ciudad no está primero, estamos jodidos y perdidos.