En el actual campeonato mundial de fútbol femenino, pasó lo que tenía que pasar, después de una maravillosa racha la selección femenina de Colombia perdió 2 – 1 frente al seleccionado de Inglaterra, campeón femenino de Europa; luego de una gesta victoriosa aterrizamos en la realidad, o mejor dicho, caímos en cuenta de la poca posibilidad de lograr en ésta ocasión el campeonato mundial, un hecho no imposible, pero sí muy difícil por las estructuras del fútbol femenino entre las nuestras y las últimas rivales, me explico: aquí no hay una liga femenina cuyas divisiones inferiores permitan el ascenso de categorías a las miles de niñas que ven en las jugadoras de la selección Colombia femenina, un modelo a seguir, éste es el gran primer escollo; al no existir divisiones inferiores no existe toda la infraestructura de alimentación, prevención y curación en casos de problemas de salud, fundamentación técnica, ni de promoción de estilo de vida deportiva y saludable; en todas partes hay miles de jugadores y jugadoras de fútbol que tienen poca oportunidad de participar en campeonatos de largo aliento, donde puedan obtener alimentación balanceada, seguimiento y control deportivo y, atención médica permanente, no es lo mismo salir a jugar un partido inter- veredal y terminado éste, quedarse bebiendo el resto del fin de semana, a seguir entrenando, recibiendo fundamentación técnica y corrigiendo los errores personales o grupales evidenciados por el técnico; además en un ambiente de abundantes escuelas de formación, un jugador o jugadora podría tener más opciones de escoger un entrenador que pueda potenciarlo con humanismo y motivación sicológica, sin gritos, insultos o acoso sexual; las pocas escuelas que hoy existen no permiten escoger a entrenadores más carismáticos y gentiles y, los padres deben soportar muchas veces que sus hijos sean menospreciados y hasta agredidos por entrenadores que ni siquiera les permiten jugar para ganar confianza y mejorar sus capacidades. No todas las escuela de formación deportiva son semilleros de promoción de valiosos seres humanos, generalmente en mala situación económica (cuya única puerta de escape de su entorno de limitaciones es el triunfo deportivo), algunas son meras agencias de negocio, para fichaje de jugadores que van siendo promocionados y comercializados por quienes se lucran de sus talentos, y a quienes pueden dejar botados sin opción en el camino (cuando por las propias limitaciones personales o sociales los jugadores no pueden superar su ciclo de carencias previas o debilidades), o cuando no pueden pagarle a un entrenador sinvergüenza, para que los ponga en la formación titular.
El día del partido mencionado vi al señor Ramón Jesurum, muy elegante al lado del señor Infantino presidente dela FIFA, espero que además de posar como un elegante caballero pueda demostrar que es un buen dirigente deportivo en Colombia, especialmente cuando se trata del futbol femenino. ¡Qué contrastes! Algunas jugadoras colombianas como Linda Caicedo volverán a sus equipos de futbol profesional, y es posible que otras queden paradas hasta ser convocadas a nueva competición, mientras tanto todas las Inglesas regresarán a participan en sus ligas de futbol profesional, donde son bien pagas.
En el bien merecido recibimiento a nuestras heroínas, se oirán otra vez las palabras de elogio para estas mujeres que a pesar de innumerables dificultades sacaron pecho representando a América Latina, las que como dijo el locutor Javier Hernández Bonnet de Caracol son unas guerreras; pero ya es tiempo de mirarlas, sin falsos paternalismos, no como humildes negritas o niñas de barriada pobre (justo es reconocer que excepto la portera Catalina Pérez quien viajó al extranjero y logró el sueño americano), casi todas lucharon por sobresalir como deportistas en medio de enormes dificultades y, todas por su pundonor deportivo merecen honores, es tiempo de darle respeto al futbol femenino como empresa pagando buenos salarios. Qué sonora bofetada le propinaron en la cara al señor Camargo dirigente del Deportes Tolima, quien decía que el futbol femenino era de lesbianas y, qué elegante bofetada para todos los misóginos que no son capaces de aceptarlas como futbolistas.
El día del partido con Inglaterra, vi una Colombia desdibujada, cuando los locutores alababan el espíritu de sacrificio de Catalina Usme, yo supe que la cosa estaba grave, como no soy entrenador, no supe porque el cambio de estilo, porque si ”la mejor defensa es el ataque”, estábamos graves: la delantera Usme defendiendo, Maira Ramírez, la incansable alimentadora de las atacantes de fechas anteriores sola y desconectada de Linda, y ésta siendo marcada escalonadamente por las inglesas, es decir un equipo descuadernado en ataque, Inglaterra no nos pasó por encima, solo ganó aprovechando las fallas de Catalina Pérez, según comentario de Luis Fernando Cardona, creador y editor y del Opinadero, nuestra arquera llena de amor patrio, salió a jugar enferma, de ser así, fue más perjudicial que beneficioso para el equipo su coraje y compromiso con la camiseta nacional.
A todas estas ¿Cómo va el escándalo por acoso sexual en anteriores convocatorias? , ¿Dónde están las jugadoras vetadas por desnudar una parte del sórdido mundo del futbol? Donde se han denunciado entrenadores que cobran para poner de titulares a jugadores, sobornos, arreglo de partidos y donde también deben existir entrenadores homosexuales que seguramente también acosaran a sus jugadores masculinos.
Hablando de la Copa Libertadores y sin querer ser profeta de desastres, creo que en ésta ronda el Pereira saldrá de competencia, no quiero minimizar la otra gran hazaña de un equipo colombiano chico, debutante exitoso en el torneo, aquí la lógica se impone al deseo de ver al Pereira ganar hasta la Copa Intercontinental de clubes; según entiendo hay tres equipos brasileños entre los semifinalistas, ese es el primer escollo a superar, no creo que estemos condenados a perder por la jerarquía o títulos del rival, en futbol siempre son 11 contra 11 y, ni siquiera los mismos 11 juegan todas las veces como un relojito; las nóminas son otra diferencia, nuestro equipo tiene que enfrentar tres torneos con una nómina pequeña, lo que hace que se descuiden los rentados nacionales para escalar en el torneo que da más ganancias económicas, y en sana lógica, terminada la competencia internacional se volverá a los torneos nacionales para buscar escalar y alejarse del descenso.
No puedo dejar de manifestar mi admiración por el equipo y el entrenador antioqueño, que parece ser un gran motivador y conocedor de sus jugadores, ni minimizar lo conseguido hasta ahora; a todo señor todo honor, supongo que es un disciplinado entrenador como lo han sido dos a los que admiro: Jorge Luis Pinto cuyo padre conocí y traté ocasionalmente y, Juan Carlos Osorio, a quien como el técnico anterior, tampoco conozco en persona, recuerdo haber leído que Osvaldo Juan Zubeldía era fanático de entrenar y repetir y repetir jugadas, ese era gran parte de su éxito como entrenador en Estudiantes (diariodemocracia.com 4 Septiembre de 2017) , esa disciplina hacía que sus jugadores supieran que hacían parte de una familia y, que hasta sus matrimonios debían ser celebrados en vacaciones; Zubeldía pasó por el Nacional de Medellín ganando dos torneos y, dejando huellas con el famoso” kínder de Zubeldía” (vavel.com/Colombia).
Es bueno destacar que los jugadores exitosos colombianos pasaron por equipos argentinos y, que por esa disciplina que aprendieron allá lograron largas y exitosas carreras profesionales; también oí al Tino Asprilla (que en su esplendor fue considerado uno de los mejores 5 jugadores del mundo) reconocer en una entrevista, que la disciplina del medio argentino y los consejos financieros de sus compañeros de equipo italiano, le permitieron alcanzar el nivel económico de que disfruta en la actualidad.
De corazón espero que el Pereira pase por encima del Palmeiras y gane la Libertadores, pero, como en el caso de la selección femenina, no basta que cuarenta millones de colombianos con ojos desorbitados gritemos hasta quedar disfónicos: ”sí se puede, sí se puede”, ese grito no es suficiente para conseguir el milagro, se necesita mejor organización; hay que hacer un revolcón en el futbol colombiano y, por lo visto, los actuales dirigentes no son los indicados para hacerlo.
La selección Colombiana de fútbol carece de preparación física y psicológica, además de apoyo económico que les garantice un futuro justo.
Mil gracias don Néstor por su opinión, esas mujeres fueron buenas leonas, pero sin cambios en la organización en el país,el fútbol femenino estará en inferioridad y falta de aprecio.