Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadSeguridad y soberanía alimentaria, calentamiento global y campaña electoral 2022.

Seguridad y soberanía alimentaria, calentamiento global y campaña electoral 2022.

En días pasados la Unión Europea expresó que espera  reducir el uso de químicos en su producción agrícola, lo que traería como consecuencias: la disminución de su producción hasta en un 11% y elevación de precios hasta en un 89%;  luego hubo una propuesta norteamericana hacia América Latina para enfrentar esa posibilidad.

Ojalá  en esta oportunidad nuestros gobernantes, acostumbrados a arrodillarse  ante el amo yanqui, no caigan en emboscadas como la pasada  Área de  “libre” comercio de las Américas,  A.L.C.A., cuando los norteamericanos intentaron poner a los países de América (menos Cuba) a competir para ofrecer sus productos, a los  precios  que la metrópoli quisiera pagar, es decir, poner a 33 países pobres a competir para venderle a U.S.A. sus productos al más bajo precio posible, creyendo que así  mejorarían  sus economías.

En este siglo XXI  cerca de 800 millones de personas padecen hambre, para el año 2050 se calcula serán 2.000 millones si no se toman correctivos, y aunque la agricultura genera riqueza  y existe potencial agrícola para dar de comer a millones  de personas, la seguridad alimentaria sigue siendo una tarea pendiente; por eso uno de los objetivos del desarrollo sostenible de la O.N.U., que habla de acabar con la desnutrición y todas las formas de hambre para el año 2030, parece solo una ilusión ¡Ya estamos a finales del 2021¡ y contando…y según el DANE en Colombia en 2020 había 21,02 millones de personas en situación de pobreza y 7,7 millones más en pobreza extrema…. Y  la cifra sigue creciendo.

El concepto de la seguridad alimentaria, nació en la década de los 70,  se refiere a la importancia de consumir alimentos no dañinos para la salud, pero no solo esto, implica otras  cosas como: Tener comida disponible;  que haya modo de conseguirla (dinero); que los alimentos sean suficientes,  sanos y nutritivos, que aporten los nutrientes y la energía necesaria para una vida sana; y lo más importante, que la situación sea estable y continua en el tiempo, no una aventura enmarcada en la incertidumbre.

También  existe el concepto de soberanía alimentaria: “La Facultad de cada pueblo para definir sus propias políticas  agrarias y alimentarias  de acuerdo con los objetivos del desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria”. Lamentablemente  nuestros gobernantes firmando de manera inconsulta  los T.L.C. con U.S.A  y Europa, renunciaron a nuestra soberanía alimentaria a cambio de nada. El Banco Mundial dice que 28 países en África enfrentan inseguridad alimentaria,  pero calla hipócritamente que nuestros  presidentes, marionetas de los gringos, han puesto en el mismo peligro a nuestra población.     

¿Si la seguridad alimentaria se considera un asunto de seguridad nacional para las potencias mundiales, por qué nuestros líderes no lo ven así?

La producción de alimentos es  asunto de interés nacional,  fundamental para el desarrollo socio económico de las naciones;  producir sus alimentos resguarda a las poblaciones del hambre, de sub-aprovechar su potencial agro productivo permitiendo impulsar al sector agrícola tanto vegetal como animal. Infortunadamente por las apátridas decisiones de nuestros gobernantes, no tenemos la capacidad de suplir las necesidades de una población en crecimiento; somos un estado donde la producción normal se encuentra  disminuida, por lo que debemos importar  y tenemos dependencia foránea.

En el colmo del cinismo, el Ministerio de Agricultura pone a Nairo Quintana a pedirnos que consumamos más papa, para que sus productores no pierdan dinero cuando tienen buenas cosechas, igualmente quieren que consumamos más arroz, para seguirlo importando y así sortear la sobreproducción ¡qué idiotez! La verdadera solución es no importar esos alimentos. Qué falta de seriedad y nacionalismo.

La agricultura es una buen estrategia para favorecer a  personas en situación de pobreza y estimular el crecimiento económico, con intervención del estado en: Titulación de tierras; capacitación, tecnología, escuelas de campo para agricultores, pago por servicios ambientales y gestión forestal.  Tristemente en nuestro país no hay  autoridad  que garantice que millones de desplazados  recuperen y cultiven sus tierras, arrebatadas por: guerrillas, paras, ganaderos, jueces, magistrados  y otro bandidos de cuello blanco; se dirá que tampoco hay dinero para hacerlo, pero al recuperar  los dineros de Reficar, de los Nule, los Moreno  Rojas y  los  70.000 millones de Centros Poblados, se garantizaría el capital para empezar la tarea (pero claro, lo robado por los ratas no regresará); a los grandes comerciantes no les interesa auto-abastecernos sembrando nuestra propia comida,  perderían sus ganancias. Tampoco hay políticas nacionales serias y  a largo plazo para buscar nuestra auto-suficiencia alimentaria;  y  a nivel regional, gobernación y  alcaldías  a través de las Umata, se dedican a programas de asistencialismo (léase limosna), no siempre dirigidos a quienes los necesitan, ni con la transparencia necesaria. No se capacita, ni se organizan cadenas de producción y mercadeo con: planificación, seguimiento, evaluación y retroalimentación que permita su continua mejoría.        

 El portal “Amigos de la tierra” hablando de soberanía alimentaria dice: “La crisis alimentaria, financiera y climática a que nos enfrentamos  están provocadas por el modelo actual(subrayado en el texto original)  que, en el contexto de la alimentación y la agricultura, tiene un carácter intensivo, a gran escala, liderado por las multinacionales y altamente dependiente de insumos químicos. Los alimentos se han convertido en una mercancía  importada y exportada alrededor del mundo”. Por eso se debe transformar el sector agropecuario  para atajar muchos de los problemas  de nuestra sociedad “Para alcanzar esta transformación  es necesario apostar por la soberanía alimentaria, por un sistema local ecológico,(subrayado en el texto original) de gran biodiversidad  y a pequeña escala, que vele por la tierra y las personas, en vez de buscar  beneficios a corto plazo como sucede en la actualidad.

 El diagnóstico de cómo salir de nuestra dependencia de alimentos norteamericanos está claro. En la pasada campaña electoral solo Petro habló de la necesidad  de  la auto-suficiencia alimentaria producida por nuestros campesinos en sus campos;  también preocupa saber que harán  nuestros futuros gobernantes para frenar el cambio climático, una  grave amenaza para las personas subalimentadas y con hambre. Mauricio Botero C. “El Espectador” domingo 31 de Octubre, página 62 ,buscando desprestigiar a Petro, califica de insensata la propuesta de suspender  la exploración y explotación de hidrocarburos (de manera perversa el señor Botero calla que, el carbón y el petróleo tienen sus días contados como fuentes de ingresos) porque esos dineros se necesitan para importaciones ”corremos el riesgo de quedar sin con que comprar bienes de capital y consumo importados, Incluyendo 12 millones de toneladas de alimentos” ahí está el problema del modelo neoliberal: que prefiere mal vender nuestras riquezas mineras para comprar alimentos, que cultivarlos;  sabiendo que la minería de oro causa deforestación, contaminación y  genera poca utilidad para el país, prefiero que el oro quede enterrado y sembremos nuestros alimentos.  El cambio climático, la  política y  la soberanía alimentaria se interconectan. ¿En la  actual campaña cuál será el líder nacionalista?, No creo que el que diga Uribe, ni los ex-ministros Gaviria y Echeverry se salgan del libreto neoliberal. Ojo con el ¡2022 no elijamos al peor!

En Santa Rosa la empresa llamada “Granja el Mirador” en el barrio “La Reina” es un emprendimiento de los hermanos Jorge y Rodrigo Naranjo, al primero de ellos lo conocí porque produce abono orgánico a  base de lombriz roja californiana, posteriormente siendo vecinos, Jorge y  Rodrigo iniciaron un piloto de cultivos de agricultura limpia, inicialmente su idea era tener agricultura orgánica, para vender a parientes, amigos y restaurantes productos  de calidad gourmet como: el tomate Cherry, la lechuga y algunos desconocidos para  mí como: el tomate mejicano, la Cúrcuma, lechuga crespa etc.  Asesorados por un agrónomo, tuvieron resultados diversos y aprendizajes logrados a punta de ensayo y error.

La experiencia adquirida les sirvió para entender que el área sembrada debía ser más grande para que pueda ser rentable, por lo  que se asociaron con un dueño de  tierras para cultivar tres hectáreas, buscar apoyo financiero para comprar insumos, y contratar  los trabajadores necesarios para repartir las tareas, que resultan una carga muy pesada para dos o tres personas

En días pasados  pude visitarlos y conocer sus nuevas instalaciones, que incluyen un módulo de oficinas  para comunicarse con clientes y proveedores, un gran cuarto frío que les permitirá refrigerar sus productos y los excedentes de cosecha y un sitio para lavar apropiadamente los productos cosechados, antes de  empacarlos  y enviarlos  a sus clientes.

Hablando con Rodrigo se contagia uno del entusiasmo y amor por su sueño de cultivar alimentos sanos; es la energía positiva del proyecto, en primer lugar anhela proporcionar verduras y legumbres sanas para el consumo de los santarrosanos, pero con la idea de ampliar el mercado de sus productos hasta Dosquebradas y Pereira, Jorge es más parco y parece escéptico, pero hablando con él se descubre que es  el realista, o el necesario polo a tierra de este ambicioso proyecto.

En éste país, sin conciencia de la necesidad de la soberanía alimentaria, que no se preocupa por ella, que prefiere importar alimentos, antes que incentivar y subsidiar a su agricultores, para  auto-abastecernos sin necesidad  de acudir a importaciones, que además de perjudicar nuestra economía,  nos someten  a los caprichos del imperio del norte; ésta granja se enmarca dentro de las alternativas que propone “Amigos de la tierra” para la transformación de la agricultura, Por desgracia ni la gobernación, ni la alcaldía local que en campaña se decía “verde” ofrece ningún apoyo económico, financiación blanda, o  incentivos fiscales para que estas empresas salgan adelante.      

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