Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

Actualidad¿Sociedad o Zoociedad?

¿Sociedad o Zoociedad?

CONTRACRITICA CON HUMOR, AMOR Y ARDOR

Así como prosperan las asociaciones defensoras de animales como los toros, perros, los gallos, los loros, los pescaos; reclamo el derecho legítimo a que alguien nos defienda de los animales que nos gobiernan”.

Hace un par de semanas, la Corte Constitucional promulgó la inconstitucionalidad de la pesca deportiva bajo el entendido que, no pueden avalarse excepciones al maltrato animal, cuando se trata de esa práctica; los efectos de esa acción se han diferido a un año; y tuvo el salvamento de voto de la magistrada Cristina Pardo y la reserva de comentar su voto por otros 4 magistrados; lo cual explica que dicha sesión tuvo más tirones que pelea de bagre con señuelo de caucho.

Más de 400 clubes de pesca en el país se pronunciaron, inclusive un club de pescadores de votos en Pereira, cuyo líder pregona que, “Plata es plata”, declarando la misma inconformidad que en su momento sintieron los aficionados a las corridas de toros, las peleas de perros, y hasta las peleas de gallos, los de corral y los del Congreso, cuando se prohibieron actividades relacionadas con esos animales, seres sintientes.

Según los pescadores deportivos, en Colombia, dicha actividad mueve alrededor de 60 mil personas que disfrutan su arte en ríos, lagunas y espacios en mar abierto, en donde irrigan las economías locales con más de 90 mil millones de pesos al año, en el mercado de insumos, anzuelos, botes, trajes especiales, hospedajes, gastronomía, paseos familiares o en gallada, y hasta peces comprados en la galería por quienes en sus jornadas no pescan nada, compran el pescado, se toman la foto y luego se lo comen frito.

Uno, que es lego en materia jurídica, asume que, en su infinita sabiduría, La Corte no consideró a los peces como parte de la cadena alimenticia o no tuvo en cuenta que Jesús, en una de sus maravillosas manifestaciones, multiplicó los peces; Claro está que, en ninguna parte de la biblia se explica como hicieron para matar los “pescaítos” multiplicados, para podérselos comer, ¿Los hipnotizaron? ¿Les dieron burundanga para que se dejaran comer? ¿Les hablaron de FICO para que se murieran del susto?  O, les entregaron la factura del predial con la que el alcalde Maya nos tiene “Mataos”; nadie sabe, lo cierto es que los mataron y se los comieron, sin saber si sentían o no, Son misterios de la Biblia.

Desconozco los contenidos de los animalistas que demandan protección de los seres sintientes, como los peces, o de los espectáculos o actividades de recreo que incluyen animales, deberían entonces prohibir las elecciones del próximo 29, cuando millones de seres sintientes van a Votar por los mismos verdugos pescadores, que llevan 200 años maltratándolos, robándoles, dejando que los maten, y en 6.400 casos, matándolos, para obtener ascensos y premios por parte de un vampiro insaciable.-

A esos animalitos de Dios, borreguitos que cambian su voto por un tamal, tiernecitos corderos que son también animalitos sintientes, ¿Quién los protege de esa jauría malévola?, que, como en la pesca deportiva, les tiran el anzuelo, los pescan, y después de las elecciones los sueltan y no los vuelven a ver (¿Quién, por Dios, quien los cuida?.

Estoy por ingresar a un nuevo club de “Defensores y protectores de las gallinas”; Seres sintientes que deambulan por los patios de las casas o en las fincas, picotiando granitos de maíz,, algunas semillas, y también cruelmente picotean humildes lombricitas, seres también sintientes que, merecen un club que las defienda.

En éste club defensor de las gallinas, creen que el ritual preparatorio para un sancocho de gallina, tiene manifestaciones de crueldad infinita que, la misma corte debería prohibir. La sacerdotisa de turno (La cocinera) en una danza macabra inclina su tronco, estira sus brazos, y entonando unos mantras diabólicos “Cutu cutu cutu cuuutuu”  atrapa el animalito que mansamente llega a sus manos, como si fueran las de FICO, mueve sus ojitos redonditos,  y en un abrir y cerrar de ojos, creyendo que se trata de una caricia, la mano aprieta la cabecita y tuerce el  pescuezo, no dice  “Ni pío”,  hay un sonido seco, “Crack”, y el plumífero sintiente, ya no vuelve a sentir nada porque, estiró  la pata, a pesar de que lo que le estiraron fue el pescuezo.- Al final, se convierte en sancocho de gallina para el almuerzo de unos animalistas furibundos, que,  también comen chuleta de cerdo sintiente, y “sudao” de sobrebarriga de res, sintiente. Y les gustan las salchichas, y hasta comen huevos de Gallina, que “sienten” un dolor inmenso “Allá”, por donde sale el huevo ¡Qué hipocresía tan bestial!; ¿Es una sociedad o una Zoociedad?.

En estos tiempos de sensibilidad animalista extrema, cuando convirtieron a los perros y gatos en parte de la familia; familias que encierran a sus abuelos en ancianatos, pero abren espacios y lujos para sus mascotas, tenemos sentencias que prohíben el maltrato animal, pero no hay acciones para impedir el maltrato infantil. Mujeres y ancianos que mueren de hambre, campesinos y líderes asesinados por pensar distinto; da la impresión que nos gobiernan los más animales, como en Pereira, o como en el palacio de Nariño.

He reflexionado profundamente, y me pregunto: ¿Cómo no cuidar, proteger defender a ese ser sintiente que te acompaña por las noches, que te hace sentir vivo en las madrugadas porque te despierta, te hace revolcar en la cama, que deja su huella en tu piel, que cuando te toca sientes un ardor enloquecedor, que por donde te toca te hace que hundas tus uñas, ese ser que cuando se hace sentir cerca de tus orejas, hace que aplaudas varias veces en la noche?. Hoy he despertado con la intención de fundar la ZOOCIEDAD PROTECTORA DE LOS ZANCUDOS, bichitos sintientes, que se hacen sentir.-

Ya tuve el primer tropiezo en mi intención de defender los seres sintientes llamados Zancudos, pregunté en la farmacia de la esquina por un remedio para los zancuditos, me trajeron BAYGÓN… NOOOOO,  ESSOOOO NOOOO .-   Por Dios, eso los mata..  La Corte me va a escuchar.

Ahí les quedo.

4 COMENTARIOS

  1. Profe, si no fuera tanta mi admiración por su forma de decir sus cosas, juraría que se le zafaeon los tornillos.. Genial muy genial.

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