Los últimos informes del DANE han revelado que Pereira figura entre las siete ciudades colombianas con mayores índices de desempleo.
Este problema se agrava aún más cuando observamos la situación específica del desempleo profesional en la región.
Al comenzar el cuarto mes del año, la incertidumbre se cierne sobre aquellos profesionales que, hasta finales del año anterior, estaban contratados bajo modalidades de prestación de servicios.
La transición de los gobiernos municipal y departamental ha dejado en vilo a muchos trabajadores, quienes temen no ser recontratados debido a los cambios en el personal de confianza de los nuevos gobernantes.
Es de resaltar que el sector público sigue siendo el principal empleador de profesionales en la región, ya que los sectores manufacturero y de la construcción están experimentando una desaceleración preocupante.
Mientras tanto, las universidades continúan graduando y expulsando al mercado laboral nuevos profesionales, que se estrellan con la dura realidad de un mercado laboral que no siempre coincide con los saberes, habilidades y competencias que adquirieron durante su formación académica.
Es fundamental reconocer que la formación universitaria en Colombia fundamentalmente prepara profesionales para el mundo del empleo subordinado, tanto en el sector público como privado.
El modelo educativo debería también formar profesionales para el emprendimiento, para la creación de nuevas empresas productivas, con el apoyo del Estado en sus comienzos. Así, no tendríamos tantos profesionales buscando empleo o trabajando en empleos inadecuados.
Hace falta más diálogo y concertación entre los gobiernos locales y departamentales con el sector privado y la academia para dar solución a este problema del empleo profesional.
Excelente Javier. El principal cáncer del profesional son las tristemente célebres OPS, ordenes de prestación de servicios o la nueva forma de esclavitud laboral, hoy defendida por los huérfanos del poder.
A pesar de sentencias del Consejo de Estado, sobre la prohibición de esta figura en el sector salud en particular, todos los organismos del estado la siguen aplicando y ninguna hace absolutamente nada por erradicar tan despreciable forma de contratación.
Porque no se presupuesto cada año la conversión de un un número de funcionarios, que son necesarios en cada área de la admon, para ingresarlo a las nóminas oficiales?. Pues no lo hacen para mantener «presa» a la clientela.
El mayor problema es que las universidades están graduando profesionales que no tienen mercado, muchos abogados. Es muy barato formar en profesiones blandas, de bajo costo, que en ingenierías, por ejemplo. Es problema estructural al que no le han parado “bolas” los gobernantes. Excelente columna