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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadTEORÍA DEL NOOGENOMA: LA MEMORIA QUE TRASCIENDE VIDAS

TEORÍA DEL NOOGENOMA: LA MEMORIA QUE TRASCIENDE VIDAS

 

Desde que decidí convertirme en terapeuta, me he dedicado a estudiar el trauma, tratando de resolver cuestiones como ¿por qué nos comportamos como lo hacemos?, ¿de dónde nacen las heridas más profundas?, ¿por qué pesa la existencia?, ¿ cuál es el propósito de la experiencia humana?, ¿estamos condenados a sufrir? Mi camino de descubrimiento me ha llevado a lugares inimaginados y me ha permitido crear conexiones que parecerían redes previamente tejidas, a las cuales, inevitablemente, estaba destinada a llegar. Entonces surgió un interrogante más: ¿existen otras vidas? Les invito a que lean esta teoría que hoy presento sin juicios de religiones ni dogmas, simplemente como el planteamiento de una persona del común -como todos los que están leyendo esto- que se ha dedicado a estudiar y a experimentar orgánicamente las dimensiones más profundas de la mente humana.

 

Etimología

La palabra NOOGENOMA proviene de la unión de dos raíces, a saber:

Noo (del griego nous): mente, intelecto o conciencia superior.

Genoma (del griego genos, “raza” u “origen” y del sufijo -oma, “Conjunto”): hace referencia al conjunto completo de la información heredada que define la estructura de un ser vivo.

NOOGENOMA podría traducirse entonces como: EL CONJUNTO DE INFORMACIÓN HEREDADA DE LA CONCIENCIA.

 

La teoría del Noogenoma plantea que la psique humana puede experimentar memorias emocionales que no provienen únicamente de su biografía directa, sino que han sido heredadas epigenéticamente o transmitidas simbólicamente desde generaciones anteriores. Estas memorias pueden aparecer como visiones, sensaciones, sueños o “recuerdos” que la persona interpreta como experiencias de vidas pasadas. Lo que algunas tradiciones llaman vidas pasadas, podría ser la manifestación de memorias transgeneracionales que parecieran ratificar la existencia de un “yo” que perdura en el tiempo y el espacio, aunque  en realidad pertenecen a la historia del linaje.

 

En varias cosmovisiones se habla de otras vidas, no necesariamente en el sentido estricto de la reencarnación, sino, sobre todo, de tener múltiples experiencias, mayoritariamente humanas. Abordar este tema, es a la vez tocar sutilmente la dimensión de lo que algunas creencias llaman alma, o lo que, en el budismo se conoce como conciencia Alaya. El postulado central de la teoría del Noogenoma, abre la posibilidad de que el alma humana (o la conciencia Alaya), además de conservar huellas emocionales y existenciales de vidas pasadas, pueda también preservar memorias cognitivas. Estas memorias no se limitan a deseos o traumas, sino que incluyen conocimientos, comprensiones, lenguajes, inclinaciones filosóficas o científicas cultivadas en otras existencias, por los ancestros biológicos en esta misma línea genealógica. Así como el genoma contiene la información biológica, el Noogenoma contiene la información transvida que da forma a la experiencia del ser. Esta teoría integra elementos de la epigenética1, la psicología transpersonal2 y la filosofía de la mente3.

 

Mi propuesta sostiene que, ciertos aprendizajes profundos, interiorizados con intensidad emocional o espiritual, pueden quedar impresos en lo que denomino el Noogenoma: un campo de memoria sutil que se encuentra de alguna manera codificado dentro del ADN físico y que interactúa con él a través de mecanismos epigenéticos. Esta información puede permanecer latente, hasta que determinadas condiciones (eventos significativos, estados meditativos, crisis vitales o procesos de autoconocimiento) activen esa capa profunda de saber. Este fenómeno podría explicar, por ejemplo, afinidades hacia ciertos temas o habilidades no aprendidas en esta vida pero que emergen con naturalidad, facilitando la reactivación espontánea de conocimientos debido a la resonancia con experiencias previas almacenadas en nuestros genes y expresadas en nuestro Noogenoma como aprendizajes arraigados en nuestro linaje ancestral, de tal suerte que, esta información previamente almacenada nos pueda servir de brújula para desarrollar nuestro potencial o para encontrar lo que hemos llamado, NUESTRO PROPÓSITO DE VIDA.

 

La epigenética ha centrado sus esfuerzos en áreas de estudio como el trauma y el estrés; sin embargo, el campo que introduzco además de sutil es mucho más amable y nos brinda esperanza.  La epigenética como campo de la biología demuestra que las experiencias, las emociones y el entorno pueden modificar la forma en que los genes se expresan. Con mi planteamiento cambio el foco del trauma a la memoria que trasciende vidas, como todo aquello que nos puede dar una guía para conocernos mejor, conectar con nuestras raíces, encontrar nuestro propósito y trascender. Mientras el genoma guarda la forma, el Noogenoma conserva el propósito, es la memoria invisible donde residen los aprendizajes, las emociones, los anhelos, las inclinaciones y los significados que hemos ido incorporando a través de la vida y de las memorias que heredamos de nuestros ancestros. Así como el ADN contiene la instrucción biológica, el Noogenoma guarda la instrucción existencial como aquello que nos impulsa a evolucionar, a repetir o a sanar.

 

Según esta teoría, hay dos tipos de memorias heredadas:

1) las memorias de dolor no resuelto, que piden ser reconocidas, integradas y liberadas.

2) Memorias de dirección o legado (grupo en el que hago énfasis), que aparecen como atracción hacia lugares, lenguajes, culturas, caminos espirituales, vocaciones o decisiones que “no tienen lógica”, pero se reconocen o recuerdan; no vienen a sanar el pasado, sino a mostrar el camino.

Desde esta perspectiva, no se ve la herencia psíquica solamente como una carga, sino también como una guía ancestral. Esto empodera y nos libera del paradigma de únicamente buscar heridas, sintonizando con una visión de la vida como acto consciente y no meramente como reparación.

 

Mi abuela paterna, hace aproximadamente cincuenta años, desafió las convenciones sociales al salirse de la norma y no ser la mujer abnegada y carente de estudio, que parecía estar condenada a ser; en cambio, se dedicó a estudiar durante casi cinco años, hasta conseguir graduarse como Médico homeópata; hoy, varias décadas después de su muerte, hay al menos un médico en cada una de las tres generaciones subsiguientes. ¿Pudieron ellos heredar de mi abuela el anhelo de ser médicos?

 

Quizá un día podamos entender que no sólo heredamos rasgos físicos, sino también memorias que buscan sentido, porque la verdadera evolución no ocurre en la materia que se ve, sino en la conciencia que la habita. Cada despertar individual es una nueva codificación con una faceta colectiva y en ese reconocimiento, podemos asumir la responsabilidad de ser los autores de la herencia que dejamos al mundo.

 

  1. Epigenética: Estudio de los cambios en la función de los genes que son hereditarias y que no se pueden atribuir a alteraciones de la secuencia de ADN. (National Human Research Institute, www.genome.gov)
  2. Psicología Transpersonal: Rama de la psicología que integra los aspectos espirituales y trascendentes de la experiencia humana con el marco de trabajo e investigación de la psicología moderna. (es.wikipedia.org)
  3. Filosofía de la Mente: Rama de la filosofía que se encarga de estudiar la relación entre los procesos mentales y el cuerpo (el cerebro en concreto), y por ende, el vínculo entre la mente y el comportamiento (psicologiaymente.com)
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