Por POR HUMBERTO TOBÓN*
Envases plásticos. En el mundo se producen y utilizan cada año 500 mil millones de botellas de plástico de un solo uso, o sea, alrededor de 70 unidades por cada habitante de la Tierra. Colombia contribuye con 4 mil millones de recipientes anuales, de acuerdo con datos de Acoplásticos. Sólo el 25% de estos envases logran ser rescatados en los procesos de reciclaje. El resto terminan contaminando los ríos y los mares y ensuciando los bosques, los parques y las calles. Una barbaridad.
Frente a la dimensión del problema y el poco interés ciudadano de reciclar, muchos gobiernos han prohibido los plásticos de un solo uso y otros han implementado el cobro de una sobretasa a los productos envasados en plástico, con el fin de asegurar su retorno una vez sean usados.
Los rellenos sanitarios. Las autoridades ambientales han advertido que muchos de los rellenos sanitarios que funcionan en el país están agotando la capacidad técnica de sus celdas. La posibilidad de que se puedan adaptar otros terrenos para estos fines es poco probable, dada la capacidad de movilización de las comunidades, para impedir que cerca de sus viviendas se instalen estos depósitos de residuos o que las vías se congestionen con los camiones que trasladan los desechos. Un relleno cercano a las casas tiene efectos negativos en la calidad de vida de las familias y desvaloriza las propiedades.
Por ello, es incomprensible que se siga buscando en los rellenos sanitarios la solución a la disposición final de los residuos sólidos. Actuar de esta manera, es ir en contravía de las tendencias basadas en nuevas tecnologías, que usan las basuras para incinerarlas con el objetivo de producir energía. Aunque los incineradores son objeto de debate por sus potenciales impactos ambientales, las innovaciones tecnológicas han mejorado su eficiencia. En Colombia ya hay algunas pruebas exitosas implementadas por el sector privado y la Alcaldía de Bogotá trabaja en este modelo. El país produce 13 millones de toneladas anuales de residuos.
Conexión a internet en sitios remotos. Chile y México son los países escogidos por Elon Musk para iniciar la implementación en América Latina de su propuesta de Internet satelital inalámbrico a través de la interconexión de 1.500 satélites de Space X. Las operaciones las lidera Starlink, que promete que su señal tendrá grandes beneficios en las áreas rurales dispersas y alejadas, donde llevar el servicio por métodos convencionales es muy costoso tanto en la instalación como en el mantenimiento.
Bien merece Colombia auscultar la posibilidad de tener un servicio como este, que garantiza velocidades de mínimo 50 Mb con una latencia no mayor a 40 milisegundos, que permitiría superar las brechas digitales que hoy se tienen entre las zonas urbanas y rurales y contribuiría a mejorar la oferta educativa, impulsar el trabajo remoto y, por fin, poner al país en la senda de la telemedicina.
*Estos comentarios no comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy Subgerente de Planeación Regional.