- El fraude, engaño, la mentira política y el robo de la democracia . Un hijo político de un fraude, en show mediático fallido.
- El último refugio del elector es su autodeterminación, dignidad, para no ser cómplice de la ilegitimidad.
La escena épica de los músicos tocando su melodía hasta hundirse con el Titanic en la película que recrea aquella tragedia de 1912, es el estoicismo irreductible que practican quienes luchan con plena conciencia, contra el hundimiento definitivo de la verdad, en la certeza del final sin huir ni fijar precio por su pellejo a bordo de la catástrofe de la humanidad que tiene como escenario el siglo veintiuno en decadencia incontenible de la vida en sociedad, libertad, democracia y derechos. El diluvio de codicia que arrasa la utopía de la vida justa para todos.
Todo sucede en vivo y tiempo real con una algarabía y estridencia mediática, herramienta de ruido infernal, confusión, caos mental y desinformación mercenaria usada para el descabello de la verdad de todos. Una pandemia de pánico mediático universal y un tsunami de tecnología abrumadora aplicadas en tales fines, tienen a la turbamulta de la especie sapiens contra las cuerdas en conteo regresivo, a disposición de los patrones del apocalipsis. Gaza, Ucrania, oriente medio, no son ficción. Latinoamérica es realidad retratada en la metáfora de Macondo.
En medio de todo esto los hilos de las naciones están en manos de las caricaturas de «líderes» apócrifos que hoy aún escandalizan desde el burdo espectáculo mediático. Un condenado, delincuente 34 veces contra la ley de la llamada «primera democracia del mundo», mentiroso patológico, asume el mando de la nación que imparte órdenes a todos los países que se arrodillan a sus designios de imperio decadente. Por esa línea el espectáculo bochornoso del negocio electoral en el mundo en nombre de la agónica democracia tiene como reparto de mediocridad absoluta los nombres repetidos día a día en los titulares de lo que queda de prensa oficial del capital y plataformas mediáticas digitales, sociales.
La selección de ilegitimidad la encabeza el mercachifle Trump en el papel protagónico que lo pone como jefe de los «buenos» frente a un tal Maduro antagonista, nombres que se suman en el nivel de la terrible saga Milei, Bukele, Ortega, Díaz Canel, dentro de la región continental de las Américas, mientras que en el infierno del genocidio palestino el sociópata Netanyahu al lado de Putin, Zelenski, Al Asad derrocado y similares que completan tamaño elenco. En la legión de los superhéroes del cinismo, impunidad y atrocidades contra la juventud e infancia, una primera línea de parásitos jubilados encabezados por Duque, Pastrana, Aznar, Calderón, haciendo ruido mediático con su mediocre actuación en el papel de salvadores legitimadores. Uribe y Santos en lo mismo. Jokers. Repugnante.
Para mantener la línea de mediocridad con hilos y marionetas, ahora pretenden inflar con ruido mercenario una ficha agente de banqueros dueños de «gobiernos» títeres para distraer con la alternancia de género y una primera vez histórica de una mujer en el primer empleo público, jefatura de Estado, para arrastrar el péndulo del odio electoral y devolverlo desde el averno de la siniestra a la diestra extrema de los dioses con licencia para saquear, despojar y ajusticiar en nombre de los privilegios de los buenos por linaje y dinastía de poder ancestral. El eterno retorno a ése «orden» feudal está representado hoy en la reyerta electoral por los delfines, un hijo de un fraude y un nieto del determinador del mismo en 1970, en guerra mediática con un insurgente reinsertado en paz y legalidad, elegido en legitimidad, cuyo origen político fue en la guerrilla urbana que nació por aquel chocorazo electoral cuyos vástagos siguen copando la escena de la disputa del erario. Nada más aprendieron.
La ficha de los operadores dueños del capital con sus gremios, una ex periodista que instrumentó la fé pública desde el transgenerismo ideológico y ocupacional para convertirse en recalcitrante opositora del régimen en 2016 y ahora en 2022 luego de la connivencia con el periodo de su ideología durante la pandemia. Una tal Eugenia se postula como la síntesis de la serie del territorio con apellidos Bolsonario, Duque, Bukele, Trump, Milei, virus que atraviesa el continente y conecta con la secuencia de tierra santa y mundo árabe. Eugenia que no eugénica ni eugenesia frente a los opositores como en tiempos de falsos positivos y el estallido social donde declararon a niños y jóvenes máquinas de guerra objeto de bombardeo según ése lenguaje fascistoide. Si quieren saber de tales ideologías de los «buenos somos más» pueden ver la película la Virgen Roja sobre la escritora Hildegard Rodríguez hace un siglo en la España franquista, cine stream Amazon.
He ahí el mosaico de apellidos usados para operar un sistema podrido que defrauda toda posibilidad de democracia decente, legítima, respetable en el denominado mundo libre del siglo veintiuno. ¿Quién se irá primero? No importa, los apellidos son anécdotas de un sistema que los reemplaza uno a uno. La lógica de este juego de trampas, fraudes y robos electorales es la misma de «Si no lo hacemos nosotros los hacen otros tramposos», respuesta de un entrenador a sus atletas sin discapacidad ganando podios y medallas creadas en el juego limpio de los atletas vulnerados por la guerra y la exclusión en la realidad de la discapacidad. Si la sal se corrompió después del siglo veinte cambalache, el tango que describe el mundo de los humanos antes de la sociedad de la verdad artificial y las trampas costumbre generalizada, engaño a punta de imágenes y pantallas, qué le queda al individuo raso, común, de a pie con ruana que no gusta de tanta inmundicia.
La única realidad posible de ser transformada uno a uno por cada ser humano digno en libertad es su propia vida para la decencia sin daño, engaño ni trampas. Autodeterminación es el antídoto de una vida digna por cuenta propia. ¿Quiénes son capaces de entenderlo, aplicarlo, practicarlo por costumbre cada día por vivir?. Todos quienes viven de su esfuerzo limpio, de su trabajo honrado, de su mérito paso a paso, día a día. Todos los seres humanos anónimos que no viven del esfuerzo de otros y que se levantan cada día a luchar a su medida y capacidad por salir adelante. Gente cero daño, cero engaño, cero marrullas, componendas ni abuso de la confianza de otros en nombre de cuyos derechos y representación dedican su vida a despojar y saquear lo público y todo lo que no les pertenece.
Los depredadores seguirán en lo suyo, pero en cada lugar, en cada sitio, en cada pie de lucha personal que no sea permitido el abuso de cada tramposo, la vida prevalecerá hasta donde sea lo mejor posible. Quien quiere vivir en integridad sabe como es. Quien quiera sumarse a la basura del mundo, no hay quien se lo impida. Cada ser humano determina y asume resultados, consecuencias de su elección. La autodeterminación es la única certeza en vida digna de todo ser humano que prefiera ser dueño de su libertad genuina. En esa dimensión de vida es posible la única paz real. A nadie regalarle ni atención ni la paz propia.
Escrito por Hernando Ayala M. Periodista – Sociedad para Todos – Autonomía

Hernando, que radiografía exacta del mundo y sus miserias. Relaciona la pleyade de mediocres y brutales especímenes que hoy nos rigen en el mundo.
Ninguno caerá primero, pues se utilizarán mutuamente, precisamente para sostenerse.
A un lado de tu columna, la de Jairo Arango, donde devela el velo de héroes de papel disfrazados de sicarios.