PENSANDO EN VOZ ALTA.
Cuando el presidente Petro, un orador descomunal comparable a Gaitán, Galán y Rodrigo Lara, habla en la plaza pública y señala las cosas por su nombre, de inmediato ripostan con la cantilena de “el presidente divide”. ¿Quiénes son los que de verdad descuartizan al pueblo? Fácil de explicar: A partir del año 30, con el liberalismo y más en el período del gran López Pumarejo, los conservadores aupados por la iglesia se opusieron a las reformas democráticas de ese gigante estadista a quien, con todos sus seguidores liberales, señalaban de masones, ateos, comunistas, enemigos de la iglesia y de la fe católicas. En el año 46, los liberales, flojos e irresponsables permitieron la aparición en el escenario político de dos grandes: Jorge Eliécer Gaitán y Gabriel Turbay. Así hicieron el juego para que mataran a Gaitán a quien las dos oligarquías miraban con recelo y Colombia perdió la oportunidad de profundizar en las reformas de la Revolución en Marcha, que en la base tenía el respeto a la propiedad privada, pero con función social, cosa que el establecimiento no aceptaba. La elección de Laureano Gómez produjo tal estallido de violencia que los ospinistas con los liberales llamaron un general para que apagara la hoguera y cuando decidió esperar un poco para devolver a entregar, los mandamases se unieron para sacarlo a empellones porque lo estaba haciendo bien y los privilegiados se veían amenazados. Él, que pudo disparar a unos cuantos, gestores de la protesta, prefirió salir.
Enseguida pactan El Frente Nacional, bastardo y excluyente para repartirse el poder, los puestos y el presupuesto. Rojas regresó en el año 70 y lo volvieron a correr, con el robo de las elecciones. Luego reencauchan a López Michelsen que nos volvió Caro, el “Mandato Claro”. Ponen la cereza al pastel con Turbay Ayala, el más antiliberal de todos los liberales que, implantó el Estatuto de Seguridad y ahí fue Troya para la incipiente democracia: Capturas ilegales, tortura y desaparición. Llega Belisario, ese viejo maravilloso que nos quiso mostrar un camino distinto a las balas para salir del estercolero y, lo dejaron solo en ese intento renovador de pacificar el país. Como si fuera poco le matan al más valiente de sus ministros, Rodrigo Lara Bonilla. Engrupen a Galán al nuevo liberalismo y tome su pepazo mortal. Negocian con el M-19 e inmediatamente, Tongo le dio a Borondongo en un fatal vuelo de Avianca. Matan a 6402 muchachos, algunos con retardo mental y el jefe de estado les responde a las madres que “no estarían cogiendo café”. Para combatir la infame guerrilla de las FARC, desborda en bajeza como lo han confesado en la JEP, crearon ejércitos privados, peores que el enemigo a combatir, para liberar a las tropas institucionales del trabajo sucio. ¿Entonces, quién es el que divide al país? Según Jesús, el hombre más extraordinario de la historia humana, la verdad nos hará libres.
Jaime Bedoya Medina.
Cordial saludo: un buen resumen de historias de Colombia para los olvidadizos o desmemoriados, o cínicos y oportunistas que parecen no recordar las causas de los males presentes. Mil bendiciones.
Buenos días profe, así se le refresca la memoria a los que en ningún momento han querido ver una Colombia en paz.
Muchos todavía son admiradores del Impuesto de guerra, pero día a día avanza más la revolución de la sociabilidad y el bien común.
No podemos aceptar más la cultura del odio.
Un abrazo con cariño.
Jhon.