Karl R. Popper fue un filósofo y científico que inspiró nada menos que a la señora Tatcher. Como a menudo sucede con los ingleses era profundamente liberal y a la vez bastante conservador, pues la concepción anglosajona acepta principios liberales como parte de una tradición qué debe mantenerse. Para un conservador británico el liberalismo es parte de su doctrina…y esto no es un juego de palabras.
Popper planteó muchísimas paradojas. Una de ellas la llamó ¨teoría liberal de la libre discusión¨ pues sucede que la verdad no es manifiesta y no es fácil llegar a ella. Se necesitan numerosos juegos de ensayo y error, además del descubrimiento gradual de nuestros prejuicios. Pues el valor de la libre discusión no reside en llagar siempre a acuerdos, sino más bien en qué los participantes cambien de opinión en cierta medida, y se separen un poco más sabios.
El liberal o el conservador inglés no sueña con un perfecto acuerdo de opiniones. Solo desea la mutua fertilización de los conceptos, pues la tradición de una discusión así racionalizada creará la tradición de gobernar mediante la discusión y con ella el hábito de escuchar el punto de vista de otros, lo cual a su vez desarrolla el sentido mutuo de la justicia y la predisposición al compromiso.
Uno de los temas analizados por Popper se refiere a la ingenuidad de luchar por ideas o sistemas que pretenden explicarlo todo y resolverlo todo, cuando triunfen. Él consideraba que más bien deberíamos trabajar por la eliminación de males concretos, antes que por la realización de bienes abstractos. No deberíamos creer qué la felicidad llegará por medios puramente políticos. Luchar, por ejemplo, por eliminar la miseria asegurando que todos tengan ingresos mínimos en un plazo corto es más importante que luchar por ¨la justicia social¨
Como esto puede parecer ¨muy inglés¨ Popper advierte que si alguien cree que estos no han padecido la violencia o los abusos del poder os debería leer el testimonio de Shakespeare en Macbet, en Ricardo III o en las tragedias de los reyes Enrique IV o Enrique VI.
AGM-9.VI-2024