- La autonomía universitaria debe ser preservada sin impunidad.
- El negocio académico es asunto para revisar en cuentas claras.
¿Imaginan ustedes el tamaño del presupuesto público y de cooperación nacional, internacional que se va a la colombiana en todo el negocio de las investigaciones, estudios, documentos, formulaciones de políticas públicas escritas inútiles? Ésa caja de pandora está por destapar y ahí las universidades son usadas como aquella que tenía gobierno de bolsillo entre 2018 y 2022.
El examen a fondo de la universidad pública apenas comienza con la crisis del Alma Mater de todos los colombianos la Universidad Nacional de Colombia, en la más dura confrontación jurídica que está por venir en el litigio por la designación del rector 2024 que para tirios y troyanos permanece en interinidad por los hechos que llevaron a lo que hoy se denomina la intervención indebida del gobierno nacional en detrimento de la sagrada autonomía universitaria que estaría siendo aplicada para no rendir examen ni cuentas claras a la sociedad en los aspectos de manejo y administración de los recursos públicos y privados que ahora cruzan por la institución sin que haya transparencia debida. Transparencia es otra palabra vaciada de significado en la esfera pública.
Las tecnocracias convirtieron en costumbre rutinaria que hace ley, la privatización de recursos de erario, públicos, de cooperación y privados en los famosos convenios interadministrativos extra régimen legal de contratación, en el boom de las políticas públicas escritas, formuladas en autocracia, documentos pagados y engavetados, en el ámbito de la profundización de investigaciones y estudios sociales y políticos por élites del conocimiento y sus corporaciones de régimen privado que coptan billonarios presupuestos públicos y se declaran exentos del examen público, fiscal y la rendición clara de cuentas. Este gobierno tiene un pendiente que le va a costar, por no haber realizado cortes de cuentas en todos esos sectores plagados de actos sin escrutinio. La universidad pública hace tiempo entró en el negocio académico con su autonomía mal usada para no rendir cuentas. Esas realidades son una caja de pandora en este tiempo y en la Universidad Nacional según denuncias múltiples hay un iceberg para mirar.
Otro fenómeno estructural que evidencia por dónde se van los recursos para los derechos de la población que se diagnostican, formulan, escriben en metodologías pero no se materializan como en el caso de los más vulnerables en vulnerabilidad extrema que se ahogan o mueren de sed en los territorios marginales que viven otros siglos.
El asunto de la UNGRD y todo el sector social, la cooperación internacional, las corporaciones privadas del ámbito no gubernamental y sin ánimo de lucro, en el boom de las políticas públicas, la acción social, la industria de la inclusión hablada y escrita, el negocio académico sin resultados verificables, es de un tamaño insospechado.
La investigación científica, el desarrollo de la ciencia, los procesos sociales, culturales, que deberían ser prioridad y mostrar avances determinantes en el rumbo de esta sociedad, están atrapados en la maraña y los entramados propios de la forma de saquear lo público en esta democracia enferma. Generalizaciones no son responsables, lo bueno que debe existir en este ámbito y de mostrar, ha de ser muy significativo con procesos dignos de toda exaltación, pero en su nombre hay una cantidad de hechos por sacar a la luz y corregir. Hay que recordar procesos de organismos no gubernamentales multilaterales que tienen pendientes muchas claridades que nunca tendremos. ¿Qué pasó con la SECAB Convenio Andrés Bello? ¿Cómo están los procesos de convenios interadministrativos con la OEI que fue dirigida por el actual Contralor encargado? ¿Que fue de Alma Mater un proceso en la región?. ¿Quién conoce las transferencias de presupuesto público a las corporaciones de deporte negocio en Colombia? Ojo con el Mindeporte hoy, en sus cinco años en la mira por inoperancia.
La Universidad Nacional, la más respetable de las instituciones de la educación pública, tiene una zona de muy alta opacidad, sin claridad, con relatos que escandalizan, testimonios de profesores y otros actores de esta comunidad que hoy hablan de negocios académicos con altas contrataciones cero rendición de cuentas en resultados y ejecución de recursos.
El fenómeno de extrema complejidad, está apenas planteado, puesto en la agenda pública y ojalá no se diluya, porque lo cierto es que recursos de la «industria académica» de la inclusión social y políticas públicas sociales toman tales rumbos y nadie hace claridad en nada. El iceberg es mega gigantesco. Lo cierto es que a la hora de formar y realizar políticas públicas en derechos fundamentales y en todo el ámbito social, la gran barrera siempre es la falta de datos, investigación, información técnica, no sabemos cuántos somos ni donde estamos en cada tema y la academia, bien gracias, sin mancharse como en una especie de concordato de inmunidad eclesial. Este gobierno tiene que dejar claro que pasa en cada renglón de impunidad de lo público.
Escrito por Hernando Ayala M. Ciudadano colombiano. Mail disnnet@gmail.com