Cuando tuve la oportunidad de vivir en Madrid un periodo de mi vida, me interesé por un curso especializado que dictaban en la Universidad Complutense “derecho al desarrollo y a una vida digna”; y desde ese entonces sentí que tanto mi cerebro, mi alma, mi corazón, mi ser todo se abrió a un arco iris de ideas, de conocimientos, de desafíos al entender la pluralidad, la necesidad de valorar las diferencias y de respetarlas y examiné en significado de lo que es la dignidad. Siendo ello la cualidad de digno y con eso adjudicable a lo que le corresponde a alguien o a algo.
Es la dignidad un mérito de una persona o la libertad que tiene cada individuo de vivir con la satisfacción de ejercer la existencia en las condiciones que se siente felicidad y/o satisfacción.
Estando la dignidad vinculada a la autonomía habrá que empezar por trabajar y trasmitirle a la gente que es vivir con dignidad, para tomar una decisión, la persona debe estar consciente y preparada con los mínimos conocimientos de lo que quiere elegir y para qué.
Me concentro en este momento a definir que es una vivienda digna, puede interpretarse la vivienda digna como el mínimo vital para subsistir en un espacio y condiciones de ese bienestar elemental para lograr el menor equilibrio básico. La otra definición de vivienda digna será lo que considere la persona que se merece según su lógica recibida y vivida.
Vivienda digna, relacionada con el mínimo hábitat para vivir deberá contar con la salubridad de agua potable con servicios de acueducto y alcantarillado con piso y techo, con ventilación y acceso al sol y un área mínima para prevenir la alteración de la salud mental.
Naciones Unidas recomienda 7 elementos para una vivienda “adecuada”, reconocidos como derecho. Es una recomendación que las habitaciones humanas sean más que nuestras paredes, deberán estar construidas con materiales duraderos y libres de asbesto y componentes tóxicos. Viviendas construidas en zonas sin riesgos y con acceso a los servicios básicos.
Una vivienda construida en un área de 50 metros cuadrados para VIS y 42 metros2 para las VIP.
¿Se imaginan ustedes apreciados lectores si sus viviendas familiares para más de tres personas tuvieren ese metraje?
Por lo general en las casas habitadas por las personas de escasos recursos son mínimo de 3 a 7 personas las que allí conviven; esto ya altera el sistema nervioso y no garantiza el mínimo espacio para un bienestar digno. De 60 a 70 mts2 debería ser el metraje mínimo para dos personas, es por ello que se hace necesario dar línea legal y obligatoria a los constructores de este tipo de vivienda para que reinventen cifras y propongan planes de vivienda digna y saludable para las próximas soluciones habitacionales y por su puesto con entornos de parques, facilidades para la práctica de deportes, sala comunal de multiusos, espacios especiales para personas con discapacidades o para el cuidado de los niños (que en este segmento son cada vez más numerosos) y lo que se requiera de ese mínimo vital según las teorías sociales que nos aproximen al derecho humano del disfrute y poder llevar una vida digna.
Programas de financiación, regulación del valor del metro cuadrado y apoyo tributario tanto para constructores de este tipo de vivienda y productores de materiales para la construcción involucrándolos en programas de responsabilidad empresarial, asimismo al sector financiero para que permita el acceso a productos como el leasing hipotecario en estratos 2 y 3 ayudarían mucho a incentivar el crecimiento en la oferta de viviendas con mejores características para el disfrute del tan anhelado” techo” que tanto inspira y mueve a millones de personas para alcanzarlo y poder lograr el disfrute de lo que significa la certeza de ser propietario y gozar del espacio de mayor convivencia de una familia.